Mi profesor de piano [YoonTae +18]

Capítulo LVI

Comenzaron a escucharse disparos por toda la casa, además de gritos por parte de la mujer y llantos del bebé.

-¡Ve a esconderte! ¡Ahora!- ordenó aquél hombre a su esposa, la cual estaba tan asustada que no sabía ni qué hacer.

Se escuchaban camionetas llegando y rodeando la casa, al YoonGi mirar hacia afuera a través de la ventana se percató que no eran camionetas cualquieras, eran de los compañeros del hombre al que YoonGi debía asesinar, ahora debía acabar con todos aquellos intrusos que estaban llegando a montones. Sin dejar pasar mucho tiempo, los hombres comenzaron a bajar de las camionetas de forma apresurada.

Min comenzó a correr por todo el pasillo hasta llegar a la cocina, fue ahí cuando el hombre y Min se encontraron frente a frente por primera y última vez.

-Vienes por parte de Max, ¿cierto? ¡¿Él te envió?!- el hombre quería respuestas, pero lo que ahora más tenía era miedo, temor de lo que YoonGi pudiera llegar a hacerle puesto que ahora su esposa y su hijo se encontraban ahí, observando todo lo que sucedía, y sabía perfectamente que Min no dejaría evidencia, a nada ni nadie que supiera de ello.

-Por supuesto- respondió Min un tanto burlón, sin esperar más se abalanzó contra el hombre haciendo que ambos cayeran al suelo, pero no sin antes el otro hombre soltar un disparo el cual dio a la vitrina donde se encontraba toda la vajilla, obviamente algunos vidrios cayeron al suelo haciéndolo peligroso.

El hombre golpeaba a YoonGi y este último devolvían cada uno de esos golpes, sin dejar de perder el tiempo tomó su navaja y la clavó en el abdomen del hombre, este se quejó al sentir el objeto puntiagudo entrar y salir casi al instante, obviamente la sangre comenzó a brotar, los gritos que la mujer daba al ver a su marido en el suelo desangrándose taladraban la cabeza de YoonGi, por lo que optó por terminar con ese insoportable ruido de una vez por todas.

Tomó con fuerza la pistola y disparó directo a la frente de la chica, la cual en cuestión de segundos cayó al suelo con el pequeño aún en brazos, el bebé lloraba y gritaba desconsoladamente, Min se puso de píe dejando al hombre agonizando en el suelo, cerró la puerta con llave e interpuso la vitrina en la puerta para que nadie pudiese entrar, o no tan fácil, se acercó al bebé y lo tomó en brazos, acarició su rostro con delicadeza para calmarlo.

-¡No te atrevas a hacerle nada a mi hijo!- gritó el hombre intentando arrastrarse por el suelo para llegar a YoonGi, pero estaba tan mal que no podía moverse.

-Tranquilo, mi esposo y yo lo cuidaremos bien- dijo para después disparar, pero cuando eso pasó la puerta principal se abrió mientras, a la vez, entraban y entraban hombres disparando hacia cualquier cosa.

YoonGi abrazó con fuerza al pequeño así protegiéndolo de todo, incluyendo d elas balas por si llegaban a ellos. Min comenzó a ver todo su alrededor buscando una salida, pero comenzaron a escucharse golpes en la puerta acompañados de balazos, los cuales iban en aumento, y no solo eso, sino que algunas balas tras pasaban la puerta y la vitrina.

-Tranquilo, bebé, todo está bien- decía YoonGi al pequeño para calmarlo, puesto que el llanto aún no cesaba. Fue entonces cuando Min vio una ventana, solo tenía una oportunidad para salir de ahí.

Se acercó rápidamente a la ventana, hizo pedazos el vidrio con una simple patada, los pequeños trozos del vidrio cayeron haciendo todo un desastre.

Los hombres estaban a punto de tirar la vitrina y entrar, así que YoonGi, en un rápido movimiento, tomó un encendedor de la cocina, tomó un líquido flamable que se encontraba en una repiza y lo tiró al suelo junto con el encendedor, aquella habitación comenzó a arder en llamas, sin pensarlo más se colocó en la ventana para finalmente saltar, pero una bala lo tocó antes de siquiera poder hacerlo...

....

-¡Honorables caballeros! Tengo el placer de estar esta noche con ustedes en este lujoso lugar, además, hoy tenemos una función nunca antes vista y ustedes tendrán el privilegio de ser parte de esto, así que, sin más preámbulos, demos la bienvenida a nuestra nueva belleza, ¡Kil Ahn! ¡Qué se escuchen esos aplausos!- el presentador, al decir esto, comenzó a aplaudir junto con los demás asistentes.

Unos segundos después las luces bajaron y una sola luz daba directo al centro del escenario. TaeHyung se encontraba en el suelo, pero, al comenzar la canción se puso de píe de manera delicada. Su hermosa figura lucía tan bien aquél vestido negro con lentejuelas, se amoldaba tan bien a su delgado cuerpo, su cintura era igual o hasta más formada que la de una mujer.

Todos se quedaron callados al ver que era un hombre, un hombre que los estaba haciendo dudar de su sexualidad. Tae se movía tan bien al compás de la música, era de una manera frágil y un tanto inocente, su rostro serio era lo que lo hacía ver mucho más hermoso, tan concentrado. Unos segundos después un tubo comenzó a descender para después quedar en el suelo, inmediatamente TaeHyung comenzó con lo mejor de la noche.

Con sus delgadas manos tomó el tubo, se impulsó con su hermoso cuerpo y comenzó con su rutina que le habían enseñado. El vestido que llevaba se levantaba un poco gracias a los movimientos que hacía, pero no dejaba mucho a la vista, mejor dicho, nada que fuera inapropiado para él.

De la nada, la canción cambió de ser un tanto tranquila a algo más sensual, más pasional, y, al igual que la canción, el chico cambió sus pasos a algo más candente. La audiencia comenzó a aplaudir con fuerza, se escuchaban algunos silbidos y, con ello, palabras obscenas.

TaeHyung no pensaba en nada más que no fuera YoonGi, imaginaba que todo eso que hacía era para él, para su ser amado, era por eso que lo hacía tan bien. Mordía ligeramente su labio y echaba su cabeza para atrás luciendo un tanto más sexy. Parecía una delicada ave.

Unos segundos después la canción fue desvaneciendo hasta que terminó totalmente, Tae se quedó en el centro del escenario jadeando, estaba cansado, para él era demasiado cansado eso.

-¡Gracias!- dijo con una enorme sonrisa después de controlar su respiración. Perlas de sudor adornaban su agotado rostro.

Todos los hombres presentes gritaban y aplaudían, lanzaban dinero al escenario y también majadería y media, pero un asistente en especial se encontraba observando a aquél joven con una gran sonrisa, sostenía una copa de cualquier licor caro, le dio un sorbo para después relamer sus labios y morder uno de ellos, estaba fascinado con lo que había visto, y sabía que esa sería la mejor noche de su vida.

-Oh~ mi lindo Tae, esta noche descubrirás lo que es follar con un verdadero hombre...