Hace un poco más de cinco días que estabas molesta contigo misma y aunque la razón podía sonar a algo estúpido, para ti era un tema que te afectaba.
— N-No es nada que no pueda arreglar sola — Comentaste pero aun así no te dejo escapar del sillón y se abrazo a tu espalda
— ¿Qué no confías en mi?
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Suspiraste cansada.
— Es solo que...
Recordaste que el fin de semana pasado fueron tu y los chicos a ver una de las peleas de Seo Ji, la prima de Nam y aun no se borraba de tu memoria la cara de asombro que ponía Kook cada que ella hacia un movimiento en el ring.
No acostumbrabas a ser celosa pero sabias perfectamente que su tipo ideal era una chica deportista y con una hermosa figura cosa que sentías no tener.
— Estoy celosa — Dijiste armada de valor — ¿Listo, era lo que querías escuchar?
— ¿C-Celosa? — Fruncio el ceño — ¿De quién? Es más ni me digas ¿Te he dado razones para estar celosa?
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— No — Dijiste cabizbaja
— Entonces te lo repito, debes confiar en que te quiero más que a cualquier otra y si algún día pasara que deje de amarte serías la primera en saberlo