A WolfstarReal por hacerla llorar más que los productores de The Walking Dead y J. K. Rowling juntos.
Caminé por el pasillo del tren, echando un vistazo rápido a cada compartimento. El aire dentro tenía ese olor familiar de madera, tela gastada y pastel de calabaza, aquello despertó mi apetito. Me aferré a esa sensación mientras buscaba a Elaia y Dax. Ya tendría tiempo de probar postres cuando los encontrara. La verdad es que los había echado mucho de menos durante el verano, más de lo que me atrevía a expresar en voz alta.Bueno... también porque lo último que quería era quedarme sola con mis pensamientos, esos que me arrastraban de vuelta a él. A nosotros. Y a ese momento en que todo se desmoronó en el campo de Quidditch a finales de sexto año.
Porque sí, cómo una broma cruel del destino, James Sirius Potter y yo tuvimos una historia. Una que se suponía no iba a recordar más.
Comenzó en primer año, cuando ambos fuimos seleccionados para Gryffindor. Para mí en ese entonces, el mundo mágico era un misterio; me resultaba fascinante pero seguía siendo desconocido así que me aferraba a la única manera de pertenecer, las reglas. James, en cambio, parecía no tener necesidad de ellas.
No era simplemente otro compañero, y no lo decía solo por ser el hijo del salvador del mundo mágico, era una tormenta que arrasaba con todo a su paso. Era un alborotador con todas sus letras, sus travesuras —a menudo de mal gusto —causaban tal revuelo que más de una vez la pobre directora McGonagall estuvo a punto de renunciar.
Él y sus amigos formaron una pandilla, se llamaron a sí mismos "Merodeadores 2.0". Listos para sacarle canas verdes a más de un profesor y a la mayoría de prefectos. No había mayor orgullo para el grupo que seguir los pasos de sus antecesores, por eso la calma no duraba demasiado con ellos cerca.
Se conformaba de la siguiente manera:
James, el fundador, se puso como sobrenombre "cornamenta ".
Le seguía su primo Fred Weasley, mejor conocido como "canuto".
También uno de los gemelos Scamander, Lorcan, como "lunático".
Y por último se encontraba Frank Longbottom II, apodado "colagusano".
Por un tiempo intenté ignorarlos, mantenerme al margen de sus travesuras, pero había límites para lo que una niña de once años podía soportar así que decidí darles una lección. Una poción depiladora en sus shampoos fue suficiente para dejarlos incapaces de mostrar sus caras en clase durante una semana entera y con gorras por mucho, mucho tiempo.
Como era de esperarse, se enteraron quién fue la causante de su pequeño problema capilar. No es que hubiera hecho un gran esfuerzo por ocultarlo, para ser honesta. Gracias a la directora, profesores y hasta sus padres, no tuve represalias. Y si hubieran decidido vengarse, no era nada que no pudiera manejar; después de todo, haber crecido con Athena me había enseñado a defenderme.
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Un Solo Momento // James S. Potter© (CORRIGIENDO)
Fanfiction[En corrección, algunas partes publicadas a la semana] En su último año en Hogwarts, Diana Gryffin recibe una noticia devastadora: sus padres han sido secuestrados. Al mismo tiempo, comienza a ser atormentada por una serie de sueños extraños que no...