Unos meses atrás, mi padre me había dicho que un corazón roto era más difícil de curar que una herida física. Que no habían medicinas que pudieras tomar para aliviar el dolor que causaba porque no era visible a los ojos de los demás sino algo nacido en tu interior. No importaba la edad que tuvieras, cada ser humano en el mundo atravesaría esa sensación alguna vez en la vida.
No importaba por qué razón fuera, ya sea por perder a alguien amado, ser decepcionado, hasta por una despedida. Cada corazón roto era como una patada en las costillas, te quitaba las energías y cambiaba tu manera de ver la vida.
Había pasado por tres en unos cuántos meses, cada una de ellas de distinta manera.
La desaparición de mis padres con miedo de no hallarlos, la decepción por lo que creí que James hizo a inicios de séptimo, con ira, y cuando la realidad de su despedida me golpeó esa noche, la tristeza se sentía en cada parte de mi cuerpo.
El tirón en el estómago, que me provocó náuseas y me obligó a caer de nuevo a la cama, me lo hizo saber. Las lágrimas se agotaron, no podía llorar más aunque quisiera así que grité sobre la almohada con tanta fuerza que mi garganta me recriminó.
Una cantidad de pensamientos intrusivos cruzaron por mi cabeza en ese instante, cada uno de ellos con imágenes de tragedia, cada una peor que la anterior. Mi cerebro lo interpretó como si James acabara de atar mis manos y decirme que viera como se iba camino al matadero frente a mí.
Nada de lo que hiciera podría evitarlo.
Se lo había rogado, sin embargo, estaba empeñado en ser útil en la guerra de fuera y protegernos que unas lágrimas no pudieron hacerle cambiar de parecer. Renunciar no estaba en el vocabulario de James Sirius Potter, si él o sus amigos se proponían algún objetivo, eso sucedía, más ahora con las cosas que sucedían allá afuera.
Empecé a transpirar con la sola idea de que se marcharan para nunca regresar, el miedo era asfixiante.
¿Era un castigo del destino que se fuera cuando acababa de enamorarme de él?
¿Después de tantos años, cuando por fin había alcanzado a sentir lo que él sentía?
No puedes retenerlo, Diana.
Pero el señor Harry tal vez pueda, conciencia...
Deseché el pensamiento de inmediato, eso no era correcto. Era su decisión, la única diferencia que haría contarle a su padre —antes que él tuviera la oportunidad— de no hacerlo, era que él estaría dolido conmigo por no respetarlo si me dejaba llevar por la primera opción.
Se iría de todos modos.
Y tal vez, si tuviera la mitad de su coraje y cero sentido de supervivencia, lo seguiría a esa misión.
Pero no podía. Elaia me necesitaba y reencontrarme con mis padres era más probable si me quedaba en la Madriguera. Por mucho que quisiera a ese chico, habían razones que me retenían, supuse que esa era una de los motivos por los que no me ofreció acompañarlo.
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Un Solo Momento // James S. Potter© (CORRIGIENDO)
Fanfiction[En corrección, algunas partes publicadas a la semana] En su último año en Hogwarts, Diana Gryffin recibe una noticia devastadora: sus padres han sido secuestrados. Al mismo tiempo, comienza a ser atormentada por una serie de sueños extraños que no...