El diablo viste de rojo (Juliantina G!P)

Buckbeak

Valetina esperó la respuesta de Juliana con el corazón en la garganta. Conociendo su lado posesivo casi estaba segura que diría "sí, sé mía", sin embargó, aun costándole mucho respondió otra cosa que no se esperaba. La morena tragó saliva y con el corazón a mil:

_ Valentina, voy a salir de una relación de doce años_ se volvió a relamer los labios_ no sé si estoy preparada para pedirte algo así

Esa respuesta no gustó nada a la ojiazul, después de que se estaba abriendo a ella, se estaba dejando conocer y cuando le pareció buena idea intentar algo más, toma rechazo. Le dio un empujón para que se alejara de ella:

_ ¿Quién te has creído que eres? ¿El perro del hortelano que ni come ni deja comer?_ dio otro paso y le volvió a empujar_ no eres nadie para reclamar nada, largo de mi casa.

_ Valentina_ le agarró de las muñecas para que le dejara de empujar_ lo que te quiero decir es que no hay que tener prisas, sin presiones y que todo fluya_ pasó sus manos por la cintura de Valentina para pegarse a ella_ Liah ha marcado cada paso que he dado en mi vida, necesito saber quién es Juliana Valdés para ofrecerte lo mejor de mí_ acarició con suavidad su mejilla acabando por pasar su dedo gordo por sus labios_ déjame ubicarme antes porque te juro que ando perdida

La ojiazul que había dejado de luchar se quedó fija en ese marron intenso, sentía mariposeo en el estómago, la respiración agitada y el pulso acelerado. No podía seguir ignorando las señales que le mandaban su cuerpo y sus deseos más profundos. Juliana Valdés era algo más que una amistad, algo más que atracción sexual, era la mole que estaba derribando todas sus fortalezas, aquellas por las cuales había luchado por construir, era el fuego que comenzaba en su pecho y se esparcía hasta la punta de cada uno de sus extremidades. Alzó sus manos hasta pasarlas detrás de su nuca, Juliana la pegó aún más a su cuerpo, irradiando todo ese calor que desprendían sus cuerpos. Valentina quería besar a Juliana y ésta besar a Valentina, anhelos que aumentaban sus ansias de querer acariciarse, tocarse. La punta de sus narices se rozaron, su respiración entre cortada hizo que se le escapara un suspiro sonoro:

_ Está bien_ añadió Valentina con sus labios rozando los de Juliana_ nada serio, ni nada de nombre a lo que tenemos_ gimió cuando notó una mano de la vaquera estrujar uno de sus glúteos_ ¿Es mucho pedir que no te acuestes con otra? Solo conmigo

Juliana giró con Valentina y le empotró contra la pared, rozó sus labios, despertando un hormigueo en ellos que se extendía por todo su cuerpo, los humedeció con una acaricia de su lengua, humedad que sintió en otra parte de su anatomía, las manos posesivas de la morena comenzó a explorar todo su cuerpo, incrementando su hambre, haciéndola jadear de nuevo cuando notó su miembro erecto contra su pelvis:

_ No tenía pensado acostarme con otra_ acarició su seno por encima de la tela a la vez que le daba un pequeño mordisco en la barbilla_ solo te deseo a ti

No hizo falta decir nada más, las manos de Valentina adquirieron vida propia y empezaron a desabrochar los botones de su camisa, las ansias le pudieron cuando los dedos de la morena acariciar su sexo por encima de los pantalones incitando a abrirla de golpe haciendo saltar el resto de los botones, recorriendo su torso semidesnudo con ambas manos, descendiendo sus besos húmedos, junto con pequeños mordiscos o succiones en los puntos más sensibles, Juliana era tan hermosa, bajó un poco su sujetador, exponiendo sus pezones a su boca dispuesta a saborearlos y torturarlos. Juliana enredó sus dedos en los cabellos rubios, a la vez que jadeaba, excitada dispuesta a más, pero cierta situación le pareció de lo más incómodo, ya que un par de ojos no dejaban de mirar:

_ Valentina

Dijo Juliana tragando saliva, mientras que miraba a Buckbeak. La ojiazul ya se había aventurado a desabrochar el botón de sus vaqueros e introducir su mano, humedeciéndose más al acariciar su miembro erecto: