Sucesos

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Llegaron temprano a la casa donde se celebraba el evento, no exageraba cuando decía que era grande, ni tampoco cuando dijo que era muy rural. Era diferente otro aire lejos a lo metropolitano, más limpio y a lo lejos un lago, salvo el clima, recordaba a su hogar de acogida. A lo mejor por eso lo compró, no se paró a preguntarle, aun no acostumbraba a responder preguntas personales, pero poco a poco ya le contaba las cosas por ella misma.

Valentina estaba sentada a los pies de la cama leyendo un folleto que le había dado Juliana, "The University of Chicago" una de las instituciones privadas ubicada en Chicago, también era una de las más reconocidas y prestigiosas del mundo, aunque Juliana sopesaba la idea de esa universidad para evitar irse más lejos, aunque Valentina le había dejado claro que no tendría problemas en mudarse, ya tenía planeado dejar a Alex Vause sin algunos de sus empleados para que trabajaran en su cadena de almacenes. Entre ellos estaba Lizzie y Catalina... al final les había agarrado cariño y sopesó la idea de Liah, quitando los problemas personales que podría haber era sabedora que era buena manejando los negocios y conociendo su codicia no rechazaría un trabajo mejor pagado, no estaba segura de que a Juliana le gustara la idea, así pues acabó descartándolo, una pena.

Juliana estaba enfrente del espejo poniéndose la camisa negra con lentejuelas en los hombros, los pantalones vaquero y las botas con flecos, miró el reflejo de Valentina, totalmente elegante con un vestido rojo liso con escote asimétrico y con una obertura en la falda dejando ver su hermosa pierna, unos zapatos rojos con unos tacones que daban vértigo y mejor no mencionar el peinado recogido y el maquillaje, toda una mujer con clase:

_ ¿Por qué me miras tanto?

Preguntó antes de dejar el folleto a su lado y dirigir su atención en la vaquera:

_ ¿De verdad que no te molesta que vista así?_ se giró para estar cara a cara_ mírate, estas preciosa, elegante y yo..._ agachó la cabeza_ puedo quedarme aquí y no inmiscuirme en el evento. No quiero avergonzarte delante de tus amigos o tus contactos

_ Cariño_ se levantó y se acercó hasta la vaquera, le acarició con dulzura su perfecto pómulo y deslizó las yemas de los dedos hasta el mentón_ no me avergüenzas, me encanta que me acompañes y conozcan a la mujer más maravillosa, capaz de bailar la macarena con unos ancianos.

Juliana se pasó la mano por su pelo moreno suelto y salvaje:

_ No te lo dije, pero hasta que empiece la universidad encontré trabajo en unos almacenes_ Valentina no replicó, sabía que había perdido la batalla de que Juliana aceptara llevar una tarjeta con acceso a su dinero, bastante aceptó el crédito que le daba para la universidad_ aun teniendo trabajo, ¿qué pensará la gente? Que soy la querida de almacén intersexual que dejó a una ricachona embarazada para aprovecharme de su dinero y no quiero. La gente juzga rápidamente, Valentina

_ ¿Desde cuándo importa lo que piensen los demás?_ Preguntó huraña_ a ti solo te tiene que importar lo que piense yo, y si hay alguien a quien deben juzgar es a mí, la gente no es estupido aunque lo mantuviéramos en secreto todo el mundo sabe que fui la asistente amante de Alex Vause ¿por qué crees que cambiaron la plantilla de empleados cuando pasé a ser la directora de Division Models?_ pasó los brazos por detrás de la nuca_ a la mierda con los demás, antes lo único que me importaba era el trabajo, ahora lo que importa eres tú y estos dos pequeños parásitos que vienen de camino_ rio entre dientes cuando Juliana puso los ojos en blanco_ somos una familia y nunca me avergonzaré de eso, me enamoré de ti así y así te quiero

Juliana amplió una sonrisa y puso la palma de la mano en el vientre de Valentina. De un día para otro se vio formando su familia, una muy distinta a la que habría creído, pensaba que los hijos llegarían después de casarse y voilá, ahí estaban de revote y por el momento habían llegado a la conclusión de que ninguna tenía pensado casarse aún, si ni si quiera vivían del todo juntas. Con la otra mano acarició la mejilla de la rubia, perdiéndose en el azul claro de sus ojos, aun arriesgo, mejor dicho acabaría corriéndose el carmín de sus labios, tenía que besarlos, un acto del cual la rubia no opondría resistencia llevaba un buen rato esperando que le besara, el comienzo fue casto, solo los roces de los labios inferiores y superiores, sabor a carmín rojo pasión, hasta que se implicó la lengua, cuando Valentina entreabrió su boca, la mano que tenía en el vientre le deslizó hasta la parte baja de su espalda y atraerle, los besos retornaban más desesperados conforme sus lenguas se acariciaban, recorriendo por sus cuerpos las corrientes eléctricas haciendo de ellas imanes de deseo, teniendo que hacer de tripas corazón y separarse antes de perder por completo la cordura. Valentina sonrió y pasó el dedo por los labios de Juliana manchados de carmín:

El diablo viste de rojo (Juliantina G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora