El diablo viste de rojo (Juliantina G!P)

Lo peor

Le entró un temblor en el labio por la osadía de Juliana. Una cosa que le permitiera comportarse de forma obstinada en privado y otra que le encarara así delante de sus empleados. Apretó la mandíbula y apoyando las manos sobre la mesa se levantó encarándose:

_ Primero te voy a pedir un poco de respeto Valdés_ dijo con su tono frío_ Segundo, otra más como esta y estas en la puta calle, tercero y aun que no me siento en la obligación de darte explicaciones de nada te contestaré a tu_ hizo un mohín de desagrado_ falta de confianza, ¿te crees que vigilo lo que hacen mis amantes en su tiempo libre? Pues no, y sinceramente me paso por el arco del triunfo lo que haga tu prometida también, así que no, no tenía ni idea_ apretó los dientes_ a no ser que te llame necesitándote para algo_ agarró sus cosas y se dispuso a irse, no sin fijar su mirada dolida en la morena_ será mejor que no te acerques a mí, hipócrita.

Juliana agarró de la muñeca, pero esta se zafó de su agarre y salió de la cafetería, ya en la calle se giró hacia la puerta afligida. Le había dicho y confirmado en más de una vez que dejaría a Liah, incluso cuando le preguntó si estaba enamorada de ella vio la duda en sus ojos y por unos instantes tuvo esperanza, pero la forma como reaccionó al enterarse de que su prometida le había sido infiel, daba a entender que la señorita Hall aún seguía siendo importante en su vida.

Juliana regresó abatida hasta la mesa donde estaban Catalina y Lizzie, que claramente habían estado expectantes a la discusión de ambas, pero que se hicieron las remolonas cuando Juliana estuvo junto a ellas:

_ Si puedo mudarme esta misma tarde lo agradecería.

_ Catalina sale antes, te damos la dirección_ respondió Lziie más seria al ver cabizbaja a la morena_ ella te estará esperando con un manojo de llaves.

Catalina posó una mano en su hombro, en señal de apoyo, parecía ser que lo suyo con la jefa era algo más que una aventura:

_ Bienvenida compañera

La morena suspiró decaída. Se había expresado mal, había dado entender algo que no era. Lo que le jodía era que en el fondo se había estado sintiendo mal, lo que sentía por Valentina no estaba bien, por Liah y seguía siendo un error mientras no le dejara. Resulta, que su inocente y maravillosa prometida, le había puesto la cornamenta mucho antes, había sido capaz de mirarle a los ojos, de besarle, tocarle y para colmo hablar de boda. Ella solo pudo soportarlo dos semanas, dos jodidas semanas y bien que decidió cortarlo. Teniendo claro que no podría besar, abrazar ni si quiera desearle como antes, teniendo a Valentina en sus pensamientos.

Valentina gruñó dolida y se fue hasta su despacho, ¿por qué todo se estaba complicando? Con lo fácil que era sesión de sexo y cada una por su lado hasta la siguiente ¿por qué carajo estaba llorando? Se juró y perjuró que después de Oliver no volvería a llorar por nadie más. Y pensando en el rey de roma. Se lo encontró esperándola enfrente de su despacho. Vestido elegante, con un traje negro, Valentina agachó la cabeza y suspiró:

_ Oliver si vienes a darme tu dosis de humillación_ dijo intentando mantener la compostura_ no estoy de humor

Intentó cerrar la puerta del despacho en sus narices y perderle de vista. Pero Oliver puso la mano en la puerta y la empujó para que eso no ocurriera:

_ No vengo a eso_ los ojos húmedos de la rubia le dedicaron una mirada de odio_ ¿has estado llorando?

La ojiazul comenzó a reír con ironía. No se lo podía creer, a esas alturas de la vida:

_ No me jodas Oliver ¿ahora te preocupas si lloro o no?_ si bien a Juliana le dedicó una mirada afligida, a Oliver le dedicó la mirada más fría que un ser humano era capaz_ después de haberme tenido arrodillada a tus pies suplicando_ Oliver comenzó a retroceder, Valentina podía dar mucho miedo_ Después de haberme humillado y abandonado cuando más te necesitaba, no vengas del hermanito preocupado eso ya no te pega, largo de mi vista antes de que llame a seguridad y te echen como el perro que eres.