Pedida de mano

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Después en horas intempestivas Valentina quedó totalmente dormida. Con la satisfacción de dejarle con las ganas a Juliana, ¿no se andaba quejando que no le daba ni un momento de descanso? Ahora iba a catar que era la negativa y aun después de esa negativa, no insistió en ningún momento. La ojiazul sonrió cuando la morena le rodeó con los brazos, le dio un beso en el hombro y trató de dormir. Que orgullo, sus hijos iban a ser unos Valdés y tendrían unos valores que ella ni en sueños hubiera sido capaz de inculcarles.

Cuando despertó por la mañana la vaquera ya no estaba, tuvo que hacer un esfuerzo por salir de la cama, pero que perezosa estaba últimamente. Hizo un mohín de asco, ¿Café? Pero es que ese aroma tenía que estar en todos lados, ni que fuera una fuerza divina, puso cara afligida, es que hasta hace un mes y pico era como una fuerza divina, se pasó la mano por la tripa y se notaba más hinchada, se desperezó y poniéndose los pantalones del pijama, no cometería el mismo error que en la noche y fue hasta el baño, se miró en el espejo levantándose la parte de arriba, no estaba tan plana como hace una semana, no era un embrión si no dos, aun les faltaba mucho tiempo para comenzar a luchar por el sitio y estar cómodos, cada uno con su bolsa amniótica, pero igualmente se sentirían, no de la misma manera que Joss los gemelos sí que compartían todo.

Juliana y Diego se acercaron por la mañana al pueblo para comprar, sobre todo la vaquera quería comprar zumos, últimamente Valentina bebía mucho, sobre todo el de mango y melocotón, pipas de girasol, desde que las probó dejó de lado el chocolate y ahora pedía semillas, había leído que, para el crecimiento del sistema nervioso y la medula espinal, las nueces venían muy bien, algunos yogures también para el desarrollo de los huesos:

_ ¿Qué piensas poner ceporra a tu mujer?

Preguntó Diego cuando vio toda la cesta llena de artículos y alimentos. Juliana puso los ojos en blanco, ella podía ser basta pero su hermano le superaba con creces:

_ No_ respondió con obviedad_ tan solo pienso en lo que le gustaría desayunar y lo que ayuda al desarrollo de mis hijos, hay que ser un poco más atentos en esas cosas, implicarse

Diego asintió con la cabeza, aunque su expresión era de "desconecté en la segunda frase" Juliana puso los ojos en blanco y terminó de hacer la compra. Justo a tiempo antes de que Valentina despertara, Joss la pobre ya llevaba buen rato de un lado para el otro tratando de controlar a las cuatro fieras, su hermana pasó ya a por el pequeño Marco así que era uno menos del que preocuparse. Juliana amablemente le explicó a su cuñada que había dejado apartado a un lado todo para cuando Valentina apareciera, ya que en un intento de darle descanso con los cuatrillizos se los llevaron de paseo a caballo, cada uno con un potro domado, no les iban a dejar montar a un caballo adulto y mucho más si eran de pura sangre, esos bichos eran altísimos:

_ Que bien_ escuchó a Juliana cuando Valentina le pilló trasteando en la cocina_ en la primera bandeja de la nevera te dejó Juliana zumos y yogures_ señaló a una bolsa que había encima de la un mueble auxiliar_ ahí te dejó frutos secos y semillas de girasol, dijo que te gustaban

Valentina dibujó una sonrisa, pero que atentos eran esos Valdés:

_ Gracias_ miró a su alrededor, que silenciosa estaba la casa_ ¿Dónde están los culos inquietos?

_ Montando a caballo_ señaló a la ventana_ si te asomas, a lo mejor los ves, no les dejo alejarse los niños aún son demasiado pequeños_ puso los ojos en blanco y suspiró antes de imitar la voz de su marido_ Pero mujer Juliana y yo ya hacíamos equitación incluso antes de que tuviéramos conciencia, eso es lo que me dice mi marido, Valdés tenía que ser_ sonrió bobalicona_ pero aun siendo todo un rudo, es lo mejor que nos ha pasado_ miró a Valentina que se estaba sirviendo un zumo_ nos casamos en secreto ¿Sabes?

El diablo viste de rojo (Juliantina G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora