Álbum

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_ Valentina, no es por ti, es por mi_ después de decir eso, Juliana gruñó y se restregó la cara de puro nervio_ doctora Gadot, pensará que no la quiero o que ya no me parece atractiva.

_ Juliana_ dijo la mujer que estaba sentada enfrente de la morena_ para que una relación sea sólida debe de tener una buena base, que es la confianza y la sinceridad

Cuando Valentina y Juliana regresaron a chicago retomaron sus vidas, en un principio el tema de los puntos y el reposo le dio tiempo a Juliana, obviamente se esforzaba por dejar satisfecha a Valentina con otros métodos en los que no intervenía su pene. Desde el incidente, la vaquera comenzó a sentir cierto estrés y temores, los cuales afectaban a la hora de mantener relaciones sexuales. Por ello y sin que Valentina lo supiera comenzó a ir terapia. Lo suyo sería ir a un psicólogo, pero se agarró al primer clavo ardiendo que pilló en el periódico y comenzó a tener sesiones con una terapeuta matrimonial. Juliana frustrada se levantó de la silla:

_ No es fácil doctora_ dijo estresada_ ¿Cómo le digo a mi mujer la embarazada ninfómana...? _ se señaló la entrepierna_ que me he quedado eunuco y si le digo que cada gatillazo que sufro es porque veo la imagen de mi madre entrando por la puerta_ se sentó en la silla y se tapó la cara_ es vergonzoso

_ ¿Por qué no llamas a tu mujer y nos sentamos las tres a charlar? _ la doctora Gadot, suspiró se levantó de su sitio para luego acercarse a Juliana y sentarse a su lado_ piensas demasiado, ¿qué miedo tienes por comentarle sus problemas? ¿temes que te deje?

_ No digo que el sexo sea lo más importante para ella_ puso expresión abatida_ estos días hemos hecho otras cosas, ir a comprar, ir al cine o a cenar, nos hemos conocido más y en ese sentido estamos muy felices, pero por el tema del embarazo también está muy sensible y que coño es que me avergüenza admitir que me da miedo volver a sufrir ese dolor_ negó con la cabeza_ no se lo deseo a nadie, me haría el cambio de sexo solo por no sufrir ese dolor de nuevo

La doctora Gadot nunca había tenido un caso así, todo había que reconocerlo y el primer día que piso Juliana su consulta le tocó informarse. En un principio la doctora estuvo reticente a pasar consulta solo a Juliana, sin que su pareja lo supiera, pero le vio tan desesperada que al final dio su brazo a torcer.

Gadot tenía acento hebreo, era castaña, ojos oscuros, delgada, rondaba los entre los treinta - treinta y cinco años:

_ No pienses que es una lesión común, es un incidente aislado que seguramente no ocurra más_ curvó la comisura de los labios_ no te exijas demasiado ni quieras darlo todo de golpe, poco a poco hasta que cojas otra vez confianza y si temes que puedes sufrir otra vez esa fractura, para eso están las precauciones, la mayoría de los casos es porque la mujer está encima, sé tú quien se ponga encima o mira otras posiciones que no se corra ese riesgo. El tema de tú madre_ arqueó las cejas, una chica de veinticinco años traumatizada por su madre_ pueden tratar de cumplir fantasías, adquirir roles otros roles. Por ejemplo, la repartidora de pizza y la clienta cachonda.

Juliana también tenía mucha imaginación, pero tirando a lo realista, en vez de imaginarse una escena erótica, en la que Valentina abría la puerta en plan seductora con un picardías, se imaginó a una rubia embarazada arrebatándole la pizza de la mano y comenzar a devorarlo, llenando la comisura de sus labios de queso y tomate. Hizo un mohín:

_ No, repartidora de pizza no.

Gadot esbozó una carcajada. En el fondo la vaquera le parecía muy chistosa, nunca se aburría cada vez que iba a su consulta:

_ Doctora Gadot_ le comunicó su secretaria_ la cita para las 17:00 ya está aquí

_ Dile que espere cinco minutos

El diablo viste de rojo (Juliantina G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora