Episodio 4: Nuestro ¿zorro?

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Minato investigó el ático, resultó haber varías ratas allí arriba. Encontró antigüedades y libros de idioma para aprender árabe, eran los libros que Naruko había visto.

Lo que les preocupaba eran las ratas, así que tuvieron que limpiar a fondo el lugar, encontrando ratas muertas y escuchaban algún que otro correteo por el tejado. Al final decidió que deberían buscar otra forma de hacer que se vayan.

Al otro día, el rubio fue a la tienda de mascotas y refugio animal, y compró ratoneras y ese tipo de cosas. Mientras esperaba a que le dijeran el precio de las cosas, un perro llamo su atención. Era extraño, con un pelaje anaranjado, lo miraba de forma triste, tanto así que lo conmovió. Al llegar el dependiente de la tienda, no pudo evitar preguntar por el cachorro, lo sorprendió la respuesta del señor

Dependiente: El cachorro fue abandonado en la calle, por sus dientes nació hace poco. Suponemos que lo separaron de la madre ¿Usted quiere llevárselo? - Su tono fue temeroso al hacer la pregunta, estaba evitando cierta información que debería haberle dado

Minato: Pues... Creo que su mirada me convence, aunque debo hacer unas preguntas... No creo que un zorro coma lo mismo que un perro - Él era más inteligente que eso, no se dejaría engañar tan fácilmente, se había dado cuenta desde el principio que ese no era un cachorro convencional.

Ese día llego un poco más tarde a casa. Escondió a Kurama, nombre que le otorgó de camino a casa, en su abrigó y entró esperándose una golpiza de su esposa. Así iba a suceder pero se detuvo al ver qué su esposo ocultaba algo es su abrigó, los niños miraba desde la distancia con curiosidad por la pelea de sus padres.

Kushina: ¡¿Qué llevas ahí?!

Una cabecita anaranjada asomó del abrigo del rubio. Ambos niños se levantaron rápidamente y corrieron hacía su padre con emoción

Kushina: M-Minato... - Detuvo a sus hijos antes de que lleguen a su padre - ¡Eso es un zorro!

Minato: Si, lo sé, le puse Kurama - Dijo con inocencia acariciándolo

Naruko: ¡Es tan lindo! - Intentaba esquivar a su madre para poder ver más de cerca al animalito

Naruto: ¡Yo quiero cuidarlo! - Hacía lo mismo que su hermana

Kushina: ¡¿Están locos?! ¡Es un animal salvaje!

Minato: ¿Podemos quedarnoslo? - Miró suplicante a su esposa, sus ojos tiernos la convencían normalmente, pero no estaba funcionando

Naruto/Naruko: ¡Si mamá, por favor! - Imitaron la mirada de su padre, maldecía que en ese aspecto se parecieran a él.

Kushina: ¡De acuerdo! ¡Pero van a tener que entrenarlo! - Se cruzó de brazos mirando hacía otro lado

Minato dejó a Kurama en el suelo delicadamente, mientras los dos pequeños rubios iban a su encuentro. Fue hacia Kushina y depósito un pequeño beso en sus labios y la abrazo de lado, haciendo que se rindiera ante sus encantos. Miraron a sus hijos que acariciaban al zorro con ternura

Kushina: Dime que al menos le compraste una cama... - Cerró los ojos esperando que su marido hablara

Minato: Eh... - El tiempo que se quedó pensando hizo que la Uzumaki volteara con una mirada sádica

En todo el barrio se escuchó el nombre del rubio, viniendo de los labios de una Uzumaki muy enojada.

[...]

A pesar de las dificultades, lograban educar bastante bien al mamífero. Se había convertido en amigo de los más pequeños, en específico de Naruko, que lo necesitaba. Esta se encargaba de las necesidades del pequño zorro, con la ayuda de, obviamente, su familia.

La extraña familia de al lado | Naruko y SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora