Cuando por fin sonó el timbre para irse, Naruko salió del baño y se dirigió a la entrada donde la esperaban su hermano y su mejor amigo.
Naruto: ¡Naruko! ¡¿Estuviste llorando?!
Naruko: No tengo ganas de hablar de eso ahora... Quiero ir a casa - Desvió su mirada, se sentía avergonzada
Sasuke: ¿Te sucedió algo malo?
Naruko: ¡No...! ¡Sólo quiero irme a casa! - Dijo notando como su voz comenzaba a templar y algunas lágrimas se asomaban por sus ojos. Sin dejar que vieran como comenzaba a romperse otra vez, comenzó a caminar delante de ellos.
En el camino a casa nadie se atrevió a decir nada. Al llegar a la puerta de la casa Namikaze, Naruko entró sin ni siquiera despedirse de Sasuke y cerró la puerta fuertemente.
Naruto: Quieres quedarte ¿Verdad? - Levantó la ceja mirando a su amigo
Sasuke: Si, al menos quiero quedarme hasta saber que le sucede a tu hermana
Naruto: Te diría que no pero... Yo también quiero saberlo, y no creo poder averiguarlo solo - Rodó los ojos con resignación - Mamá dijo que estaría con tu madre en tu casa, iré a avisarle que llegamos...
Sasuke: Dile a mí madre que me quedaré un rato - Procedió a entrar a la acogedora casa que antes consideraba sólo una casa para personas sucias
Entró y buscó a Naruko con su mirada. No había nadie. Minato estaba en el trabajo, Kushina con su madre, y Naruto había ido a avisarles, Se supone que sería fácil encontrar a la rubia.
Subió las escaleras y pasó por su cuarto, tampoco estaba allí. Había sólo un lugar en el que podía estar.
Aquel ático que habían explorado juntos hace ya mucho tiempo, se había convertido en un lugar tranquilo en donde cualquiera podía ir a descansar del ruido de la ciudad, por qué si, a veces los aturdía a todos.
Ese era el refugió de la Namikaze, cuando se encontraba triste miraba por la pequeña ventana que daba una perfecta vista a la calle, y así intentaba distraerse. Debajo de la pequeña ventana había un pequeño sillón en el que se recostaba y intentaba despejar su mente.
Cómo sospechaba, la encontró allí, sentada sobre el sillón, mirando por la ventana. Se acercó en silencio y pasó sus brazos por sus hombros apoyando su cabeza en los hombros de la rubia. Desde es ángulo vió como lágrimas resbalaban por sus mejillas, tenía la miraba perdida
Sasuke: ¿Qué pasó? - Susurró en su oído
Naruko: Fui una idiota... Eso sucedió
Sasuke: ¿Porque dices eso?
Naruko: Esperé demasiado a Gaara, él me estuvo engañando todo este tiempo... - Agachó la cabeza para ocultar sus lágrimas
Sasuke: Ese hijo de... - Apretó sus labios llenos de rabia para no decir nada más - No vale la pena que llores por él Naruko...
Naruko: No lloró por él, lloró por no tener la valentía de haber acabado con él antes, quizás no me sentiría tan estúpida - Se apartó del azabache y se recostó en el sillón, este se sentó a su lado y acaricio su cabello
Sasuke: Tú no tienes la culpa de nada, no podías saber que esto ocurriría... No te preocupes, le daré una lección a ese idiota
Naruko: No, no quiero volver a saber de él, y no quiero que siga cerca de ninguno de mis seres queridos. - Continuaban saliendo lágrimas de enojo de sus ojos celestes
Sasuke siguió allí hasta que por fin se durmió. Se quedó mirando el rostro de su amiga pensando en quien podría hacerle tanto daño a alguien tan bueno como ella.
De repente alguien entró al cuarto sorprendiendolo. Era Minato, que lo miraba con reproche al verlo en su casa, solo con su pequeña hija. Su cara aumentó aún más cuando vió rastros de lágrimas e hinchazón en el rostro de su hija... Había estado llorando, y quién sea que lo haya provocado, pagaría.
Sasuke: Buenas tardes señor Minato - Un poco temeroso saludó al mayor, realmente se tenían confianza después de tanto verse
Minato: Buenas tardes... - No pudo evitar hablar entre dientes - ¿Sabes que le sucedió a mí hija que está así?
No sabía si contarle la verdad de la situación, después de todo no le había dicho a nadie más que él
Sasuke: Peleó con alguien que es importante para ella y ahora está agotada...
Minato: ¿Cómo se atrevieron a hacerle daño a alguien tan maravillosa como mí niña? - Había susurrado para sí mismo, pero Sasuke logró escucharlo
Sasuke: También me lo pregunto... - Volvió a ver el rostro de la Namikaze, y no pasó desapercibido por el mayor.
Minato: Sasuke... Quiero confiarte uno de mis más grandes tesoros - Sentía que perdía su orgullo de padre al decirle esto al Uchiha, sólo esperaba que no se lo dijera a Fugaku
Sasuke: ¿Si señor Minato? - Levantó una ceja con curiosa
Minato: Bueno, mí familia es lo más valioso que tengo... No quiero que les pase nada, son mí vida, pero no siempre puedo estar para todos... Así que, Sasuke Uchiha ¿Podrías cuidar de Naruko? - Sonrió costosamente, no era fácil para él decir eso... Quizás porque sentía que le estaba ofreciendo la mano de su hija al Uchiha.
Sasuke no pudo evitar sonrojarse, no pudo decir una palabra, sólo asintió y se inclinó con respeto hacia el mayor
Minato: Bueno... Ahora que ya hablé contigo, será mejor que vayas a casa - A pesar de haber dicho lo que dijo, no quería tenerlo cerca ahora... ¿Cómo se atrevía a mirar a su hija tan enamoradamente?
Sasuke se levantó rápidamente y salió casi corriendo de la casa, se cruzó con Naruto y Kushina de camino a la suya, se despidieron porque ya se iban a su propia casa. Ya al llegar ni siquiera cenó, estaba tan cansado que terminó durmiéndose ni bien se recostó en su cama, con la imagen de la rubia en su cabeza.
Por otro lado, Naruko fue despertada por su hermano un poco alarmado
Naruko: ¡¿Que sucede?! - Sonó cansada y triste al preguntar
Naruto: Que creo que tendré que golpear a algunas personas.... - Volteó su teléfono y mostró enojado la pantalla de su teléfono - Ino se lo estuvo mandando a todo el mundo ¿Lo sabías?
Se quedó en silencio observando la foto, su hermano la miraba apenadoNaruto: Lo siento, te aseguro que pagará por esto...
Naruko: Los vi en persona... - Confesó antes de que una lágrima saliera de sus ojos
Naruto abrazo a su hermana. No podía entender la crueldad de Ino y la de su ex amigo... ¿Por qué le hacían eso a su hermana?
Naruko estuvo un rato así, descargándose lo más que podía. Luego de ese triste momento escucharon que su madre los llamaba para la cena. Cuando cenaban Naruko pidió por favor no ir a la escuela al día siguiente, al preguntar el porqué no se atrevió a confesarlo, así que no hubo permiso. Se retiró de la mesa enojada con su madre, fue la que dio la negativa, aunque sabía muy bien que no era culpa de ella.
Durante la noche no pudo dormir, reunía las fuerzas para resistir las burlas y miradas que recibiría mañana.
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La extraña familia de al lado | Naruko y Sasuke
Short StoryUna nueva familia llega al vecindario Konoha, Unos 3 rubios y una Pelirroja intentarán adaptarse a este nuevo lugar.