Competencia

57 8 0
                                    


Me encuentro en una cafetería, sin nada que hacer en particular, excepto pensar, la cita para las medidas de mi vestido ya estaba hecha, mi hermana estaba en casa con Katie así que era una preocupación menos, pero lo que ocupaba la mayor parte de mis pensamientos es que haré para quitarme de encima a Liam y poder superarlo, soy consciente de que las cosas están sumamente mal y que no estoy poniendo de mi parte, sin embargo de ahora en adelante las reglas van a cambiar, va a tener que probar su punto, tendrá que demostrar que me quiere, y tragarse su ego cuando me vea feliz con las personas de mi entorno, quiero ver que tan lejos puede llegar.

-¿Estás sola?- Levanté la vista y me sorprendí al ver a un chico que se había mostrado algo arrogante conmigo, Alexis.

-Si- dije secamente mientras movía la pajilla de mi vaso.

Alexis seguramente lo tomó como una invitación a sentarse, porque fue exactamente lo que hizo.

-Y, ¿Cómo estás? – Dijo suavemente con una sonrisa.

¿Qué?

-La verdad muy bien. - dije tomando un sorbo de mi frappé.

Esbozó una sonrisa aún más grande. Me está tomando el pelo ¿o qué?

-Me alegro de que estés bien, y yo también lo estoy, gracias por preguntar. – Dijo con sarcasmo.

Reí ante sus gestos.

-Pues de nada. – dije sonriendo.

-Hay Rumores Camila. – me miró con sinceridad.

-¿De qué estamos hablando? – estaba muy nerviosa.

-Dicen de que Liam y tu terminaron por que te fue infiel, porque lo fuiste tu, otros dicen de que estaba contigo por tu dinero y otros que lo dejaste porque es adicto.

Mi mundo se derrumbó lentamente, ¿Liam era adicto?, una cosa era ver que se drogaba a veces y otra ser adicto, no, definitivamente no, Liam no era adicto, no lo era.

-Por la expresión de tu cara veo que no es ninguna, mira, sé que no empezamos muy bien pero quiero que sepas que si necesitas a alguien con quien conversar estoy aquí, imagino que eres una buena chica y sé que tan lejos puede llegar el... Camila no llores-. Dijo mientras limpiaba una lagrima que bajaba por mi mejilla.

Ni si quiera había notado que estaba llorando, la verdad si necesitaba a un amigo, que entienda que yo estaba mal, sé que mis amigas querían ayudarme y por eso me hacían salir o divertirme, pero solo necesito a alguien que me escuche y se siente conmigo a conversar, necesito a un chico como Alexis, que a pesar de que yo haya hecho cosas malas, no me juzgue.

-Gracias-. dije con un tono de voz bastante bajo.

-Cuando quieras Camila, en mi tienes un amigo.

Asentí mientras sacaba un billete de veinte dólares de mi bolso y lo colocaba en la mesa.

-Yo invito. – Dije intentando sonreír.

-No es necesario, pero no me opondré. - Dijo suavemente. - vamos, yo te llevo a casa.

El camino a casa fue tranquilo y en silencio, Alexis era un chico un par de años mayor que yo, pero creo que aun así me entendía, sabía que yo estaba en una posición bastante difícil. A decir verdad, me caía bien, era honesto y amable, creo que podríamos ser buenos amigos.

-Ya estás en casa. - dijo mientras se estacionaba frente a mi hogar.

-Gracias por traerme, y ... por hablar, de verdad necesito desahogarme y contarle a alguien todos mis problemas.

VEMOS LA MISMA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora