Amistosos

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Camila:

Se acerca navidad y año nuevo, la escuela está a rebalsar de decoraciones brillantes, de tonos dorados, rojos y verdes. A decir verdad, hemos hecho un buen trabajo con toda la organización, el director nos ha recalcado que le gusta mucho como todo ha quedado.

Voy rápidamente al gimnasio y encuentro a la mayoría de mis compañeras listas para empezar, me da tanta emoción y a la vez pena saber que este será mi último año aquí, mis últimos meses.

-Buenos días chicas- Digo con una sonrisa mientras dejo mi botella de agua en una de las bancas de la tribuna.

-Hola Cam, estamos listas- Dice Katie mientras salta estirando los brazos.

-Ya veo- Todas reímos.

Olive y Milagros ingresan al gimnasio, riendo, sin embargo, apenas Olive me ve cambia la felicidad que trae reflejada en el rostro, por una de bochorno o pena. Sé que no hay problemas entre nosotras, nunca los hubo, no obstante, debo admitir que me hizo sentir mal, tuve rabia, pero no la odio, es demasiado buena para odiarla, sobre todo por algo tan tonto como lo que sucedió.

-Hola Cam- Dicen y les sonrío.

-Hola chicas, ya empezaremos- Nos ubicamos y sin perder mucho tiempo empezamos, a practicar la coreografía que ya hemos terminado, está preciosa, dudo mucho que no nos tomen en cuenta con ella, será una presentación perfecta.

El día de hoy son los amistosos, mis compañeras y yo nos vemos realmente bonitas con el uniforme y nuestros peinados con lazos rojos. Estoy tan emocionada que quiero chillar, pero no, compostura.

Me acerco a mis amigos, que están listos para salir a demostrar su talento en el futbol. Camino con dirección a Pablo y el sonríe genuinamente, se ve tan guapo con su uniforme.

-Suerte- Le digo mientras dejo un corto beso en su mejilla. Queda una pequeña mancha de labial rojo- Lo siento, te manché- Digo y trato de acercar mi mano a su mejilla para limpiarlo. Pero me detiene.

-Ese beso me dará suerte, déjalo ahí- Dice sin dejar de sonreír y logra que me ruborice.

-De acuerdo- Bajo la vista y ahogo una risita.

-Suerte también cariño, lo harán muy bien- Dice levantando mi mentón con su dedo índice y plantando un beso en la comisura de mis labios.

-Gracias, debemos irnos- me percato de que mis amigas están llamándome, Pablo nota lo mismo con sus compañeros.

-Gracias a ti, te veo en la cancha- sonríe y gira, se aleja corriendo. Hago lo mismo hasta llegar con mi grupo.

Nos ubicamos delante de un gran círculo con la insignia de nuestra escuela, al lado hay un gran muñeco con forma de león que representa a nuestro equipo. Tras el círculo se encuentran los varones, en la parte delantera están Pablo y Lucas, seguido de todos los demás miembros del equipo.

Suenan los tambores de la orquesta, dándonos a entender que es nuestro turno, la música resuena por los altavoces y saltamos y corremos de la alegría, mientras agitamos los pompones, varias de nosotras hacemos volteretas por el camino, mientras otras se acercan a la tribuna y saludan al gentío, mandando besos y mostrando sonrisas. Los chicos corren tras nuestras espaldas, emocionados por el primer juego de esta temporada, se lo mucho que se han esforzado para este momento, pero principalmente para las regionales.

Ambos equipos se saludan y se ponen en posiciones para empezar el partido, nosotras nos quedamos de pie a un lado del campo.

El árbitro toca el silbato, significa que es tiempo de empezar, la pelota se mueve demasiado rápido a causa de las patadas constantes que recibe, cuando Sean la maniobra, mis compañeras y yo saltamos y gritamos mientras agitamos los pompones, todavía no es hora de uno de los bailes.

VEMOS LA MISMA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora