Pablo aparca el auto en el estacionamiento de su casa y bajo del auto, mientras el me alcanza lo antes posible. Toma mi mano y nos encaminamos hacia la puerta de su casa. Toma el pomo, e ingresamos lentamente, pero seguros. No estoy nerviosa ahora, conozco a Pablo y a su familia desde que tengo memoria, como había dicho antes, son amigos de mis padres, me parecen personas increíblemente talentosas y amables, y no lo digo porque me hayan enseñado eso en casa, lo digo porque es verdad, su madre es un amor de persona, su padre es muy amable y atento, aunque si tuviera que escoger entre ambos, diría que la más dulce es su madre, por eso Pablo es tan caballeroso, amable y cordial, tuvo de quien sacarlo y aprenderlo.
-Camila, querida- Dijo su madre cuando ingresamos al salón, mientras ella se ponía de pie para recibirnos.
-Buenas tardes Señora Susana- Dije con una sonrisa y correspondiendo su abrazo- Gracias por la invitación.
-Oh, de nada Camila- Sonrió, apretando mi mano ligeramente, con cariño- Sabes que esta es tu casa y siempre serás recibida con eterno placer.
Noté el cariño en sus palabras y me sentí mal al instante, por no corresponder a su hijo como quisiera.
-¿Y papá?- Dijo Pablo mientras tomábamos asiento en el sofá.
-Esta arriba cariño. Ahora baja -dijo la señora Susana mientras nos miraba con dulzura.
Es una mujer muy hermosa, diseña ropa de alta costura, vestidos y trajes. Su esposo se encarga del negocio como empresa, y creo que es evidente decir lo elegantes que son.
-¿Desean algo de tomar, mientras está el almuerzo? – Cuestionó.
-Un poco de agua estaría bien- Dije con una sonrisa.
-Yo también mamá.
-De acuerdo cielitos. Ahora vuelvo- Dijo poniéndose de pie y yendo hacia la cocina con pasos llenos de gracia.
-¿Tienes hambre?- Preguntó Pablo tomando mi mano.
-Puedo esperar un poco- Dije con una sonrisa.
No me di cuenta que había empezado a acariciar la parte superior de su mano hasta que clavó su mirada en la mía y luego la bajó hasta donde nuestras manos estaban unidas. Repetí su acción y me sonrojé al ver lo que hacía. Me detuve y sonrió, sabía que estaba avergonzada.
-No te detengas, me ha gustado- Dijo sin dejar de sonreír. Le devolví la sonrisa y posé mi cabeza sobre su hombro.
-Que dulce eres- Murmuré.
Oí unos pasos cerca del salón y me aparté ligeramente de Pablo, ruborizada. El padre de Pablo, Jhon Thompson, se hizo presente en la habitación. Vestía un traje negro que lo hacía lucir algo serio y formal. Pablo y yo nos pusimos de pie al instante.
-Camila, Buenas tardes- Dijo acercándose y tendiéndome la mano.
-Buenas tardes señor Thompson. Gracias por recibirme- Declaré estrechando su mano suavemente.
-Oh, no tienes que agradecer. Estás en tu casa- Dijo y se acercó a Pablo para darle un abrazo a modo de saludo.
-Tomen asiento por favor- Dijo mientras el hacía lo mismo.
La madre de Pablo entró al salón con una bandeja y los vasos de agua y un té que le entregó a su esposo.
-Y cuéntame Camila- Dijo el señor Jhon- ¿Cómo están tus padres?.
En ese momento recordé algo que debí tener en cuenta antes de aceptar la invitación.
-Se encuentran bien, papá se encuentra en Carolina del Sur, viendo negocios. Y mi madre en New York, encargándose de la decoración de un nuevo hotel.
ESTÁS LEYENDO
VEMOS LA MISMA LUNA
Teen FictionCamila tenia todo controlado, una vida perfecta , una familia unida y los mejores amigos. Hasta que conoció a aquel chico con problemas, aquel chico que iba a hacer que todos sus sentimientos florecieran,trayendo consigo un sinnúmero de problemas y...