La inauguración

49 6 1
                                    


Caminaba impaciente por mi armario mientras decidía que zapatos usar, esta noche era la inauguración de un nuevo hotel de mi madre. Visto un vestido negro, con la parte superior de encaje, y la falda de seda , mostrando una de mis piernas. Tengo entendido de que muchos empresarios y personas importantes de la ciudad estaban invitados, al igual que sus familias.

Mi acompañante esta noche sería Pablo, obviamente, sus padres estaban invitados al ser amigos íntimos de mi familia. Lo mejor de todo es que todas las familias de mis amigos asistirían,esto no seria tan aburrido.

Decidí ponerme unos zapatos color nude, para no verme de luto, llevaba unos pequeños pendientes y el cabello me caía por los hombros en ondas muy bien trabajadas, no estaba tan maquillada, pero si lo suficientemente para ser un evento de mis padres.

Tomé el bolso de mano y con cuidado bajé los escalones hacia la sala, donde mi padre esperaba a mi hermana y a mi madre. Yo siempre era de las que se arreglaba mas rápido, sabia que mi papi se aburría esperando, aunque de todos modos nos dejaba ser.

Mi madre y Sam, venían bajando las escaleras y lucían preciosas. Sam llevaba un vestido Palo rosa que resaltaba su bello cuerpo, y el cabello en un pequeño moño con unos cuantos rizos a los lados de su cara, mientras mi madre llevaba un vestido color vino, con manga tres cuartos, muy elegante y apropiado para su edad. El vestido combinaba con la corbata de mi padre, que observaba embelesado a mi madre, este par se amaba con locura.

-Mis tres amores se ven hermosas.- Dijo mi papá colocando una mano sobre su corazón.

Yo quería algo así, que en unos años haya un hombre que se enamore de mi de esa manera, una manera sana, respetuosa y sincera, conocía a muy pocos hombres tan correctos como él. Obviamente discutían aveces, pero no era nada del otro mundo.

-Gracias pa.- Dijo Sam abrazándolo.

Mi madre le sonreía como si fuese una adolescente, definitivamente quería un amor de esos.

Nos subimos a la limusina que nos estaba esperando. En el camino brindamos con unas copas de champaña mientras conversábamos sobre el éxito que tenían los negocios de mis padres.

Después de maso menos quince minutos de trayectoria, el auto se estacionó al pie de la alfombra roja, donde muchos fotógrafos nos esperaban, para fotos familiares, de mis padres y de nosotras con alguna pareja, para ver que podían decir.

Alguien abrió la puerta y vi a ese chico que era tan simpático conmigo, Pablo estaba tendiéndome su mano.

Automáticamente me levante de mi asiento sin soltar su mano, cuando por fin estuve frente a el, besó mis nudillos, sin apartar la vista de la mía. Era tan dulce. Algunos flashes nos apuntaron, pero seguíamos embelesados el uno en el otro.

Mi familia y yo caminamos hacia un espacio determinado para las fotos. Mis padres se colocaron en el medio, mientras Sam y yo íbamos a los lados, sonriendo para cientos de cámaras que apuntaban en nuestra dirección.

Parecía que nadie empezaría la fiesta hasta que nosotros termináramos nuestra sesión de fotos, era algo que me desagradaba, el mundo no giraba en torno a nosotros, pero supongo que es por que somos los anfitriones dela fiesta.

Mis padres seguían tomándose fotos, con algunos invitados, mientras Sam y yo posábamos a un lado, me iba a quedar ciega de tantas fotos.

Mis amigas y Katie, estaban esperándonos a unos pocos metros, se acercaron a Sam por pedido de los fotógrafos y sonrieron a todas esas maquinitas que hacían clic al mismo tiempo.

Me acerque a Pablo que era fotografiado, al instante volteo su rostro hasta que sus ojos encontraron los míos. Pablo era hijo de un empresario, su padre era dueño de una marca de ropa muy conocida, diseños de su madre.

VEMOS LA MISMA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora