El amor en los tiempos de la Revolución

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Con la fecha de nuestra primera aparición en público ya fijada, la guerra estaba declarada formalmente y la gente decidió no callar más sus intenciones. Comenzó como un pequeño rumor entre los pasillos de la universidad, que se confirmó cuando fue apareciendo una gran cantidad de propaganda pegada en sus paredes y banderas imperiales izadas en puntos clave; esto incrementó mucho más el interés por las reuniones y no tardó en llegar el día en que alguien detuvo a Víctor para preguntarle si podía llevar a un amigo, y ellos terminarían por traer a más personas. Como era de esperarse, él estaba más que encantado con la idea, pero el grupo había crecido tanto que no era una opción seguir reuniéndose en C.U.

Las futuras tertulias se celebraron en casa de los Vega, Eduardo Vega había logrado convencer a su padre de las nuevas salidas que podría ofrecernos el Imperio, de la gran oportunidad que esto representaba para la catastrófica situación de la República en caso de llegar a concretarse. Fue así como el influyente doctor Vega se convirtió en el primer miembro de la clase alta tolucense que nos apoyó abiertamente, y no faltó quien lo tachara de loco en su centro de labores; pero al ser el director de su propia clínica, no vio mucho problema al ignorar, tal como él decía, "las estupideces de sus empleados".

Los treinta y dos miembros iniciales que invitamos a la reunión en casa fueron comentando a sus allegados lo que teníamos en mente, y sumados a los otros veinticinco del "círculo de estudios" llegamos a ser cincuenta y siete, los que rápidamente se convirtieron en ciento veinticinco y no tardaron en aumentar a doscientos sesenta y tres, hasta alcanzar la formidable suma de trescientos ochenta y nueve fieles adeptos a la causa. Ver a Víctor emocionarse hasta el borde de las lágrimas cuando expresaba sus ideales de Imperio frente a esos cientos de personas, oír los gritos y silbidos de estos últimos en genuina señal de apoyo, ver sus rostros, oír sus conversaciones posteriores a los discursos y notar cuánto se iban encariñando con su líder, con su forma tan acertada de dirigirlos, y con la enorme familia de la que ahora eran parte; eran de las cosas más hermosas que me tocaría vivir durante aquel peligroso y dulce período de mi vida.

Podría decirse que lo que más me inquietaba en ese momento era la relativa soledad que debía soportar, las chicas que me habían recibido en su grupo a inicios del semestre cada vez se volvían más distantes, no estaba en posición de juzgarlas porque cualquiera hubiera reaccionado de igual forma. ¿Quién querría exponer su imagen o su propia vida solo por tenderle la mano a una forastera que jugaba a la revolución?

Mis amigas trataban de ofrecerme toda la atención que podían, pero me resultaba incómodo fingir que no tenía nada que ocultar cuando la verdad estaba muy alejada de todo aquello. A veces llegaba a preguntarme si realmente era tan malo haber vuelto con mi ex, o al menos, lo suficiente como para que me vetaran de sus vidas.

Lo único que me calmaba eran las conversaciones con mi madre, podía sentir que ella tampoco estaba muy feliz con mi situación, porque había sido testigo de todo lo que pasó con Víctor, pero me apoyaba y era lo importante. Aunque también tenía el conflicto de no poder decirle lo de la revolución, pues estaba segura de que eso sería lo bastante grande como para que me obligue a volver a casa. ¿Mis intereses me habían vuelto una mitómana?

—Hola mamá. —Saludé con una pequeña sonrisa a la cámara de mi teléfono, había aprovechado la ausencia de un maestro para llamarla.

—Hola mi vida, ¿cómo estás?, ¿cómo está Víctor?, ¿por qué casi no me llamas? —Murmuró lo último con un puchero en su rostro.

—Perdona, he estado muy ocupada con los trabajos y los quehaceres, ya ves que nos mudamos juntos y nos repartimos el trabajo de casa a la mitad, así que... —Me encogí de hombros, sin ánimos de terminar la frase—. Él está bien, justo ahora está en clase y como tengo un par de horas muertas, decidí llamarte.

Memorias del Poder. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora