Ahogué un grito, mis lágrimas comenzaron a brotar sin remedio.
Ese hijo de puta fué el que mató a mis padres el 21 de noviembre de 2001, y ese bebé que llevaba en sus brazos era yo.
No sabia que hacer, debia ir con calma y sin levantar sospechas, preparar un plan y contarle a la policia que tube la prueba irrefutable del asesinato de mis padres en mis manos.
Se la daria a Kane, corriendo el riesgo de que rompiera el pendrive, pero me arriesgaria.
Kane era el cabecilla de ese grupo tan temido de Riverside, estaba segura de que él mando a matar a mis padres y ese hombre de la cicatriz lo hizo.-¡Alex! -susurró Anton detrás de mi. -¿Qué coño haces?
-Luego te lo cuento. -sequé mis lágrimas y guardé el pendrive en mi bolsillo. -Larguémonos de aquí.
-¿Lo teneis? -dijo bajito Óscar. Asentimos los dos y volvimos a subir de uno en uno por la cuerda de la chimenea.
Subí la última, con mi cabeza desorientada por lo que acababa de ver y descubrir.
-Voy a haceros justicia. -pensé.
Con fuerzas trepé por la cuerda, volviéndome a llenar de cenizas. Me despisté un momento y casi me resbalo, tirando al suelo una piedra que sonó bastante fuerte. Me puse muy nerviosa y salí de aquel agujero lo más rápido posible.
Una vez en el tejado pudimos ver cómo se encendia la luz de una de las ventanas de la casa y saltamos al suelo. Caí en unos matorrales, cortándome los brazos y noté sangre bajar por mi cara. Mierda.
Salimos de ahí corriendo por los callejones más oscuros de la ciudad, hasta que por fin llegamos sin aliento al garage de Kane.
Tan solo con verle la cara me dieron ganas de vomitar, y contuve mi rabia lo mejor que pude cuando apareció el hombre de la cicatriz.
-Te lo dije Kane, estos tres son buenos. -le comentó.
-Genial, gracias chicos. Aquí teneis vuestra recompensa. -nos repartió un sobre a cada uno.
-Kane, debo hablar contigo. -le dije intentando que no se notara mi cabreo y sin dejar que mis lágrimas cayeran. Descubrir al asesino de mis padres fué un duro golpe.
-Sea lo que sea puedes decírmelo aquí. -me dijo sentándose en su sillón.
-Este ha sido mi último trabajo, no volveré más. -le dije así de simple. Sonrió de manera maliciosa.
-¿Crees que dejaré escapar a uno de mis mejores ladrones así como así? -rió. -Estás de broma.
-Pues lo siento, hasta aquí ha llegado mi servicio, ya no te necesito. -le dije cruzándome de brazos.
-No puedo arriesgarme a que me delates a la policia. Así que tendrás que trabajar conmigo. -me dijo serio, dándole un sorbo a su wisky.
-¿Por qué tendria que delatarte? Me has ayudado durante mucho tiempo, tienes mi palabra. -dije intentando sonar lo más agradecida posible. El pensamiento de que llevaba más de un año entre los hombres que asesinaron a mis padres me congeló por dentro.
-Tengo una idea mejor. -sonrió terroríficamente, y Anton que estaba ahí plantado me miró con preocupación. -Socio, enséñale a esta cria que le pasará si nos delata.
El hombre de la cicatriz se acercó a mi sonriendo temiblemente, me cogió por los brazos y me arrastró sin yo poder escapar. Anton gritaba y quiso venir a por mi pero Óscar lo agarró diciéndole que no era buena idea.
Me llevó a un pequeño cuarto con sólo una luz que brillaba muy poco, olía a humedad. Incluso ví una rata salir de allí cuando el "socio" abrió la puerta.
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When you opened your eyes | Billie Eilish
Fiksi PenggemarAlex Miller (tu) es una chica de 17 años con una vida dificil. ¿Qué parasá cuando entre a robar a una casa, y se enamore a primera vista? Historia inventada por mi, contenido adulto.