Capitulo 3

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Alexander POV.

-¿Qué te pareció? –me pregunta mientras le da un trago a su copa de vino.

-Sabe muy bien –admito-. Me sorprendes una vez más.

-No soy un inútil –dice sonriendo-. Lo era. Pero empecé a vivir solo, y a darme cuenta que la comida callejera era asquerosa después de un mes comiéndola.

"Así que aprendí a cocinar.

-Aprendiste muy bien –le digo-. Te ha quedado delicioso.

Preparó lasaña, verduras al vapor gratinadas con queso gouda. Abrimos una botella de vino tinto y nos sentamos en su comedor.

Me había tenido junto a la barra durante horas mientras él preparaba todo.

Literalmente no me dejó ni siquiera pasarle el salero, o un vaso de agua.

Tomó control completo de la cocina. Y debo admitir que hizo lo correcto.

La comida le ha quedado deliciosa.

Aunque bueno, ya es casi cena.

Cuando llegamos al apartamento Roman me mostró todo, como un niño pequeño, emocionado.

La verdad era un lugar hermoso. Es de dos plantas, literalmente es un lienzo blanco, y el tipo de estructura es muy llamativo.

Incluso se vería bien si no tuviera muebles. Porque su verdadero encanto son los muros y las vistas de mármol.

-Y mira, este es mi lugar favorito –me había dicho mientras me conducía hacía el comedor.

Creí que se refería a la mesa, y al gran candelabro que colgaba sobre esta.

Pero no, continúo hasta que llegamos a la cortina que tiene de fondo, y me deja ver un ventanal.

Automáticamente entiendo por qué le gustó este lugar.

Roman y los ventanales.

Pero además de eso, es una puerta corrediza, que lleva a un jardín trasero.

-Es pequeño para mi gusto –me dijo-. Pero de verdad lo necesitaba.

-Tener un jardín en tu propio apartamento, justo en el centro de Washington es otro de los placeres que no todos se pueden dar –le dije-. Así que hay que aprovecharlo.

Y era cierto.

Nuevamente no era por el costo, sino por el espacio.

Washington está muy poblado, por tanto ni las casas, ni los departamentos, ni los apartamentos pierden espacio construyendo jardines.

Hay áreas verdes en toda la ciudad en donde está prohibido construir, y cada zona tiene la propia, así se cubre la necesidad de tener naturaleza cerca de nosotros.

Solo las casas de los suburbios tienen sus grandes jardines, las mansiones, las residencias, y todos esos lugares que fueron construidos sobre áreas verdes.

Pero son costosos. Muy costosos.

Y no están en el centro de la ciudad, sino a las afueras.

-Pero me molesta que el comedor esté aquí –me había dicho-. Me urge hacer todas las modificaciones a este lugar.

-Tranquilo –le dije-. No seas ansioso

-Es que si lo soy –admite sonriendo-. También le cambiaría el color.

-¿El color? ¿No te gusta el blanco? Se ve muy bien.

-No por dentro –dice-. Por fuera.

-Eso sí está de más. Se ve bien. Además va en tono con el resto.

HunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora