Alexander POV.
-¿No crees que esto es... demasiado? –le pregunto mientras lo miro fijamente.
Tiene más de diez minutos detrás de los binoculares.
-No –contesta-. Estoy esperando el momento adecuado.
-Llevamos más de una hora aquí –replico-. Es más fácil si te bajas y entras.
Se quita los binoculares y voltea a mirarme solo por un par de segundos antes de volver a ponérselos.
-Ahí están todos –masculla, arqueando sus cejas-. No quiero toparme con nadie.
-Son tus amigos.
-Lo sé, lo sé –exclama-. Pero no estoy listo.
-Yo voy a esperarte aquí –le digo-. Solo irás a saludarlos. Puedes quedarte incluso.
Roman me ignora, y comienza a mover el artefacto frente a sus ojos.
-Van a salir –masculla para él mismo.
-Pues ve –le digo.
-Los haré venir –dice, quitándose los binoculares nuevamente-. ¿Puedes bajarte?
-¿Quieres que te acompañe?
-Los saludaré primero. Pero tienes que bajar después. Necesito un relevo.
-Solo vas a saludarlos, Roman. No necesitas un relevo.
-Por favor –exclama, frunciendo el ceño.
No puedo negarme a esa carita.
Así que termino encogiéndome de hombros.
-Sí. Te lo prometo –le digo-. Voy a darte un tiempo a solas. Y después te acompañaré. ¿Okay?
-Okay –sonríe-. Pero no me des mucho tiempo. ¿Okay?
-Okay –acepto.
-Dame como... un minuto.
-Roman –replico.
-Por favor.
Nos miramos por un par de segundos, fijamente.
Hasta que termino accediendo.
Sonríe, me da un beso rápido en los labios, y baja del Jeep.
Estamos en la parte trasera del estacionamiento del hotel, junto a un largo jardín que lleva hasta una especie de domo luminoso en donde se está llevando a cabo la boda.
Llegamos hace más de una hora, y Roman no se había animado a bajarse.
No sé exactamente cuál es su plan, pero por lo menos ya no está solo sentado aquí esperando quien sabe qué cosa.
Y aunque creí que iría hasta allá, no lo hace.
Se queda parado en medio del gran jardín, a solo unos metros de la camioneta.
No sé qué está haciendo, solo él lo sabe.
Pero voy a darle su tiempo, y su espacio.
Es un gran logro que hayamos llegado hasta acá.
Literalmente.
En primer lugar por lo tanto que le costó decidir si venir o no venir.
Creo que fui yo quien terminó convenciéndolo.
Y lo hice solo porque sé que Roman tiene un gran corazón, y jamás se perdonaría no haber estado en ese día tan importante para los suyos.
Así que terminó accediendo.
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Hunter
Romance"¿Estás dispuesto a morir por alguien?" me preguntó "Yo no moriría" respondí "Viviría en él".