Capitulo 10

4.6K 366 14
                                    


Alexander POV.

Siento como si estuviera en un castillo.

Nunca he estado en un castillo antes, pero apuesto a que sería como esta habitación.

La suite imperial es hermosa.

Es como un departamento completo.

Tiene sala de estar, comedor, cocina, una enorme cama de madera con techo y tela blanca cayendo, un minibar e incluso un pequeño despacho de trabajo.

Además la arquitectura es preciosa.

El reloj marca las diez de la mañana, ya no tengo sueño, y mi cuerpo está cansado de estar acostado.

Estos últimos días he tenido tan poca actividad física que lo menos que quiero es seguir en la cama.

Así que cuidadosamente, para no despertar a Roman, salgo de ella.

Voy al baño, me aseo y me pongo una de las batas blancas que están en el perchero.

Roman sigue durmiendo profundamente, así que decido salir al balcón.

Mi celular marca que estamos a 4 grados centígrados, pero por la ubicación estoy seguro que la sensación térmica es de mucho menos.

Así que tomo una de las gruesas cobijas que están dobladas sobre el cofre a los pies de la cama, y me envuelvo en ella antes de salir.

Como lo suponía, el frio es muy intenso.

Pero el sol brilla en lo alto del cielo azul, completamente despejado.

Y cuando mis ojos se adaptan a la luz quedo maravillado con la hermosa vista que tengo frente a mí.

El lago, las montañas con puntas nevadas, y la hermosa arquitectura medieval de Lucerna.

Es precioso.

Jamás había visto algo tan hermoso, y eso que he visitado muchos lugares impresionantes.

Pero es que aquí... era mágico.

No parecía que estuviera en este mundo.

Fue como abrir la ventana y salir en una época pasada.

Como haber viajado al siglo V con tan solo correr la cortina de la habitación.

Y es que literalmente la ciudad había conservado su infraestructura.

Sentía que en cualquier momento pasaría la caballería anunciando el discurso del Rey.

Mientras contemplo la bella vista que tengo frente a mí escucho a mis espaldas que Roman ha despertado.

Lo escucho entrar al baño, y abrir la llave del agua.

Pero realmente me es imposible moverme de este lugar.

Por suerte un par de minutos después y la puerta corrediza se abre.

-Buenos días –me saluda con su voz ronca matutina.

-Buenos días –le digo dándome media vuelta para mirarlo.

Automáticamente mi instinto protector se activa.

-Ni se te ocurra salir así –replico rápidamente.

Viste únicamente la parte inferior de su pijama, y una sudadera demasiado ligera como para que le cubra algo.

Por lo menos viene en pantuflas.

Y sí. Me ignora por completo.

Medio sonriendo y acercándose a mí para besarme en los labios.

HunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora