Capitulo 8

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Alexander POV.

-Buenos días –le digo diez segundos después de que escucho cambiar el ritmo de su respiración.

Pasan de las nueve de la mañana, desperté hace más de cuarenta minutos. Pero estoy tan cómodo que podría quedarme aquí todo el día.

Estamos acostados sobre nuestros costados izquierdos. Mis brazos envuelven su torso desnudo, y su espalda se pega a mi pecho.

Junto mis labios a su hombro y le doy un par de besos.

Roman se retuerce entre mis brazos y se da media vuelta, recostándose sobre mi pecho.

-Buenos días –dice por fin.

Acaricio su espalda con mi mano y él entrelaza nuestras piernas.

Ambos dormimos únicamente con un bóxer, así que la mayor parte de nuestra piel se toca cómodamente.

La mano de Roman que reposaba sobre mi abdomen se mueve directamente a mi pubis, metiéndola por debajo del bóxer y envolviendo mi miembro, provocándome un ligero estremecimiento.

Desperté hace ya más de media hora, así que mi erección matutina ya se ha ido. Lo contrario a la suya, la cual se aprieta contra mi muslo.

-Extrañaba mucho despertar de esta manera –masculla.

Llevo mi mano hasta su cabello, desato la coleta y comienzo a peinarlo mientras escucho como su respiración va acompasándose poco a poco nuevamente.

-¿Irás al trabajo? –me pregunta.

-No –contesto-. Es sábado. Una de las ventajas de tener un puesto administrativo es que solo voy de lunes a viernes.

-¿Cómo te ha ido con eso, por cierto?

-No he empezado –le explico-. Apenas el lunes.

Le doy un beso en la frente y lo aparto de mí cuidadosamente.

-Voy al baño –le digo.

Había despertado hace casi una hora. Mi vejiga estaba a punto de explotar.

Aprovecho que estoy en el baño para asearme y tomar una ducha rápida.

-Voy a pasar –me dice cuando estoy terminando de ducharme.

-Adelante –exclamo.

Termino, me seco con una toalla y salgo de la regadera.

Roman está cepillándose los dientes frente al espejo. Completamente desnudo.

-Voy a darme una ducha –me dice con el cepillo dentro de la boca.

-Hay toallas limpias en la repisa –le digo pasando a su lado y dándole una nalgada en sus glúteos firmes.

Si me quedo ahí por demasiado tiempo terminaré mordiéndolos, y eso llevará a otra cosa.

Y acabo de bañarme. No quiero tener que hacerlo nuevamente. Puedo esperar un poco.

Con este nuevo trabajo no tengo que andar arreglado todo el tiempo, incluyendo fines de semana; además técnicamente comienzo hasta dentro de dos días.

Por tanto decido darle gusto a Roman, y vestirme con algo más que no sea un traje oscuro.

Me pongo unos jeans de mezclilla, un suéter verde militar y unas botas color camello.

Tengo un abrigo del mismo color de las botas, así que se verá muy bien con este conjunto.

Estoy peinándome frente al espejo del tocador cuando Roman regresa a la habitación en boxers y terminando de secar su cabello con la toalla blanca.

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