Capitulo 14

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Alexander POV.

Mis ojos se abren de golpe cuando escucho la perilla de la puerta girarse.

Es el doctor Frey.

-La cirugía fue un éxito –me dice sin darme tiempo de preguntarle-. Roman se recuperará.

Después de escuchar esas palabras todos mis músculos y mis células dan un respiro.

-Gracias, Doctor –le digo.

Él camino hasta mí y me pongo de pie para mirarlo a los ojos.

-Tengo que ser completamente honesto contigo, Alexander –me dice-. Roman se recuperará. Despertará, no sentirá dolor o algún otro síntoma.

"Pero no está bien. No está sano.

"Esta cirugía solo nos dará el tiempo que necesitamos para encontrar una solución real al problema.

"Sin el marcapasos probablemente no hubiera pasado la noche.

Mi respiración vuelve a cortarse.

-Pero está bien –dice rápidamente-. Está bien por ahora.

"Amaneciendo lo transferirán a una habitación, recuperará el conocimiento en el transcurso de la mañana.

"En cuanto esté en la habitación te informarán para que pases a verlo.

-Gracias, Doctor. Se lo agradezco inmensamente.

Estrecho su mano y la aprieto con calidez.

-Ve a casa, Alexander –me dice-. Descansa estas horas que quedan. De todas formas no puedes entrar a la habitación hasta después de las diez de la mañana.

"Date un baño, ponte ropa cómoda, descansa un poco. Roman estará bien. No corre riesgos.

"Además cuando despierte seguro querrá verte bien, y descansado.

"Y bueno, pasará un buen rato aquí en el hospital. Quizá quiera sus artículos personales, de aseo, o incluso de entretenimiento.

Asiento.

Y aunque no quiero irme de aquí, lo último termina por convencerme.

Roman se volverá loco acostado en una cama.

Trataré de hacerlo más soportable.

Pasan de las tres de la mañana, y por la falta de tráfico llego al departamento más pronto de lo que esperaba.

Lo primero que hago es tomar una ducha, y después armo una maleta con todo lo que podría ocupar Roman.

Además de un par de libros y un iPad para que se entretenga.

A las cinco de la mañana ya tengo todo listo.

No tengo mucho sueño, pero sé que tengo que dormir, y que de nada sirve mantenerme despierto estas horas.

Así que tomo un descanso.

Despierto a las ocho treinta de la mañana.

Como ya tengo todo listo lo único que hago es darme una ducha rápida, vestirme e irme al hospital.

Durante el trayecto le llamo al Coronel, para ponerlo al tanto de la situación.

Le he dicho que estoy a diez minutos del capitolio, por si me necesita.

No tiene ningún problema con mi inasistencia. Por suerte estos días no tenemos trabajo importante que hacer, así que no soy necesario en la oficina.

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