Capítulo 3 - Hoy Por Ti, Mañana Por Mí.

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Era un nuevo día. La alarma del despertador sonó y se coló por sus oídos. "Hubiese preferido que me despertara Billy", pensó Freddy. Pero Billy ya no se dedicaba a romperle el sueño a su compañero de habitación. Al menos no desde aquel día en el baño. Ya habían pasado varias semanas desde aquel improvisado encuentro, en el que Freddy interrumpió la intimidad de Billy. No es que se les hubiera olvidado, simplemente aquel momento se evaporó del baúl de sus recuerdos. Freddy pensó que se había pasado actuando de aquella manera con su amigo, y Billy no vio el modo de sacar ese tema de conversación. Así que ambos decidieron mantener el silencio, o más bien, ocultar aquel pequeño secreto.

De algún modo, los días pasaban más lentos desde que eso pasó. Sus miradas eran esquivas y migratorias; y sus respiraciones adquirieron un tono más acelerado. Sin duda, se había originado una palpitante tensión entre los dos jovencitos. La pregunta, tan sencilla como evidente, que rondaba por sus cabezas no era más que "¿Cuándo volveremos a tener una conversación normal?". Freddy echaba de menos hacer rabiar a Billy con cualquier tontería. Ahora, desde el incidente de la toalla, las cosas habían cambiado. Billy estaba más distante, casi tanto como cuando llegó por primera vez a la peculiar casa de acogida de los Vázquez. Tampoco es que Freddy se acercara a él. Prefirió darle un espacio, hasta aquel día, un miércoles por la mañana, justo después de desayunar. Billy estaba posando la taza sobre el fregadero cuando Freddy se acercó por su espalda, sin hacer ruido alguno.

-Oye, Billy...

-¡Por Dios, Freddy! ¡Casi me matas! -expresó un exaltado Billy.

Freddy no pudo evitar soltar una pequeña carcajada. Lo echaba de menos. Reírse por los modales tan característicos de su amigo. Billy dejó la taza y, sorprendentemente, fijó la mirada en el centro de sus ojos. Freddy no se esperó aquello. De pronto, no encontró las palabras adecuadas para iniciar su oratoria.

-¿Qué? ¿Ahora te has quedado mudo?

-¿P-por qué estás así, Billy?

-¿Así, como?

Billy sabía a lo que se refería, pero mintió. Era algo que hacía inconscientemente desde que se dedicaba a buscar a su madre por las calles.

-Hace semanas que no somos Billy y Freddy. Somos Billy... Y Freddy.

-¿Y qué hay de malo en eso? -se hizo el tipo duro. Ya no le pegaba.

-Te siento lejos, Billy... No quiero sentir eso. Yo...

Se detuvo. ¿Acaso estuvo apunto de decirle que le amaba? Error. Grave error, Freeman. Billy no lo encajaría bien.

-...yo te echo de menos. -improvisó.

-Y yo, tío... -confesó Billy, mientras lavaba su taza con el agua.

-Entonces... ¿Podemos volver a como estábamos antes de...?

-¿De...? -deseaba que no se estuviera refiriendo a aquel incómodo momento.

-Aquel día en el baño. Cuando te pillé... -sí, en definitiva se estaba refiriendo a aquel incómodo momento.

-¡Freddy! ¡Te dije que no estaba haciendo nada! -quizá mintió un poco...

-Sí, sí... Te crees muy listo y que yo soy muy estúpido, Billy Batson... -bromeó Freeman.

Ambos rieron. Al fin habían derribado la muralla que les había separado durante semanas. Freddy posó su taza al lado de la de Billy, y salpicó con el agua el rostro de Billy, a quién le pilló desprevenido.

-¡Te voy a matar...! -dijo, con la cara empapada de agua.

Billy envolvió a Freddy entre sus brazos, alegre, sin dejarle ninguna salida para escaparse de su agarre. Sólo era un gesto amistoso, pero a Billy, en cierto modo, le gustaba estar encima de su hermanito. Freddy se puso de espaldas a Billy, y este le envolvió aún más. Sus cuerpos estaban completamente juntos, de nuevo. Más juntos que nunca, tanto que podían sentir la piel bajo los pantalones del otro. En aquel momento, Freddy estaba en el paraíso.

🌟 FOREVER 🌟 [A Freebat story; love + smut]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora