Capítulo 6 - Cómo Salvar Una Vida.

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Las once en punto. Esa era la hora exacta en la que Billy había quedado con esos matones para defender a su hermano a base de golpes; o al menos eso le había parecido leer a Freddy en el teléfono de su amigo. Todo había transcurrido tan rápido que, en cuestión de segundos, su mente le había traicionado al no poder almacenar con precisión y exactitud toda la nueva información recibida. Pero ya había tomado una decisión. Esos matones le llevaban haciendo la vida imposible desde hacía muchos meses... Así que él mismo pensó en acudir ante ellos y ¿dejarles las cosas claras? Freddy pensó en aquello, tal vez no fuese una buena idea y todo podría acabar patas arriba con él medio muerto... Pero tenía que comenzar a ser valiente y arrojar la cobardía a su cajón personal del olvido. Así Billy podría estar orgulloso de él. Así todos podrían estar orgullosos de él. Así él podría estar orgulloso de sí mismo. Era, de todos modos, una locura que encajaba a la perfección en la meticulosa y derivada mente de Freddy Freeman. Quizás era una misión suicida, pero debía hacerlo. Por mucho que amase a Billy, no iba a permitir que pagara los platos rotos y él saliera impune. Eso era basto y egoísta, y Freddy sentía que tenía que comenzar a ocuparse de sus propios problemas, sin involucrar a terceras personas. Así pues, comenzó a idear su plan a expensas de su hermano. "No va a salirse con la suya. Esto lo tengo que hacer yo solito", se convenció Freddy, todavía un tanto estupefacto.

Esperó el momento adecuado. Pero unos minutos antes de que ese momento llegara, tuvo una fugaz conversación con Billy en la cocina, mientras ambos depositaban sus platos usados de la cena sobre el fregadero.

–¿Podemos hablar un momento? –cuestionó Freddy, en un intento de crear un ambiente íntimo y amistoso.

–Depende. ¿De qué quieres hablar?

El tono de Billy era esquivo y determinante, al igual que su mirada. Freddy dejó su plato a un lado y agarró, sorprendentemente, a Billy de la mano. Este alzó su vista y sus ovalados ojos se entrelazaron con las pupilas color café de su adorable y tierno amigo. Tal vez fuera un momento de debilidad, pero ambos sintieron el nacimiento de un calor interno que originó la semilla de una impenetrable conexión. Así eran Billy Batson y Freddy Freeman, inseparables.

Pero Billy no tardó en reaccionar, y en modo de auto reflejo, apartó su mano, lo que causó una perspectiva triste y melancólica en la mirada de Freddy. Billy dio un paso atrás, en dirección a la salida de la cocina.

–Sé lo que pretendes. Sé de qué quieres hablar. Pero ya te lo dejé muy claro: Voy a ir allí y voy a darles una paliza.

–Deja que piense en algo...

–Deberías de estarme agradecido, ¿Sabes? –añadió Billy.

–Y lo estoy. –la voz de Freddy sonaba un tanto apenada.

–Entonces deberías saber que si hago esto es para protegerte.

Lo vio marcharse. Según Billy Batson, no había otra alternativa. Pero Freddy estaba seguro de que sí la había. Fue entonces cuando agarró su muleta con fuerza y abandonó el domicilio. Se dirigía a aquel callejón en el que Billy se había citado con aquellos desalmados. Sabía que esos chicos acudirían antes al encuentro, así que él podría llegar a tiempo si se daba prisa. Jugaba con la ventaja de que Billy saldría de casa más tarde, así que, ¿Qué podría salir mal?

* * *

Las calles retumbaban sobre un profundo silencio que asemejaba no retornar jamás. Las farolas parpadeaban mientras las tímidas pisadas de Freddy Freeman se abrían paso hasta su propio destino. Le costó llegar a aquel sucio y maloliente callejón de los suburbios de Filadelfia, debido a su problema de rodilla. Al llegar a su única parada, pudo observar fríamente la escueta silueta de un hombre al final del callejón. ¿No eran dos? Aún así, pese a sus inquietudes e inseguridades, Freddy avanzó a paso ligero y decidido hasta aquella sombra. Le sorprendió ver lo rápido que andaba cuando estaba furioso (y a su vez, terriblemente muerto de miedo). Uno de sus abusones salió de la oscuridad, y la silueta se transformó en realidad. Allí estaba, cara a cara con él. ¿Pero dónde se encontraba el otro matón?

🌟 FOREVER 🌟 [A Freebat story; love + smut]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora