Capítulo 11 - Ven A Jugar Conmigo.

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Cuando Freddy se despertó y abrió sus cansados ojos, lo primero que sintió fue la mano derecha de Billy acariciando suavemente sus mejillas. Él ya se había despertado hacía varios minutos, pero decidió mantenerse quieto y no trastocar el sueño del rizado. Le encantaba verle dormir, tan tranquilo, tan sereno, tan adorable... Entonces Freddy giró su cabeza y conectó su mirada con la de su novio, quién hizo lo propio y le sonrió con anhelo, para más tarde acercarse a su boca y atraparle con sus labios.

-Buenos días, Freddy.

-Oh, hola...

Freddy se sonrojó al sentir los dedos de Billy recorrer sus finos labios y toqueteando su barbilla. Intentó esquivar la mirada del más alto, pero fue en vano. Billy sonrió, acorralando a Freddy entre sus brazos, quién en vez de apartarse, se acercó todavía más a Billy y posó sus manos sobre la cadera contraria. De nuevo, ninguno quería separarse, como si esa conexión que tanto les había unido no les dejara escapar, haciéndoles esclavos de sus miradas y convirtiéndoles súbditos de sus deseos.

-Tan tierno por las mañanas... ¿Sabes qué te conozco más que nadie, verdad? Y sé que tienes algo en mente... ¿Vas a contármelo?

Y era cierto, Billy era quién mejor conocía a Freddy, tanto como un libro abierto. Era su pilar, su roca, la persona en la que Freddy podía depositar su confianza sin pedir nada a cambio. La persona que, en más de una ocasión, le había salvado la vida.

-No tienes de qué preocuparte. Es solo que... -intentó expresar Freddy. 

Billy fijó su mirada en los ojos marrones de Freddy y apretó sus labios mientras este intentaba dirigirse a él mediante las palabras, las cuales, le costaba encontrar. "¡Maldita sea! Es tan hermoso que siempre me acaba desconcentrando", sentenció Freeman en su mente. Sin embargo, decidió continuar con su improvisada confesión.

-He estado pensando en lo de ayer y... Bueno, ya sé que no fui la mejor compañía.

-¿A qué te refieres? -cuestionó Batson. 

-Creo que estoy preparado.

Entonces Billy comprendió a qué se refería. La noche anterior ambos chicos se dejaron llevar por sus emociones, arrancándose sus camisas y sumiéndose en una espiral de besos placenteros y jadeos desmedidos. Pero todo quedó ahí, quieto y parado, cuando Freddy sintió una punzada en su corazón, signo de agobio y de presión. Nunca había hecho algo parecido antes, al igual que Billy, pero ambos estaban experimentando, y al fin y al cabo, Freddy comprendió y pudo ver con claridad que haría cualquier cosa por satisfacer a su novio, al cual quería más que nada en el mundo, y a quién no quería dejar de besar jamás. No solo le quería por el resto de su adolescencia, sino que por su mente había volado la posibilidad de llegar a casarse con él y emprender una nueva vida juntos. Quizá era demasiado pronto, o un tanto alocado, pero así era Freddy Freeman, y daba gracias a Dios todos los días por haber creado una criatura tan hermosa y perfecta, considerada como su otra mitad.

-¿Estás seguro?

-Sí.

Aquella afirmación sonó firme ante los oídos de Billy, quién juntó su cuerpo contra el de Freddy lo máximo que pudo, besándole mientras sus manos se deslizaban por el abdomen de su amiguito.

-Veo que alguien se quedó con ganas de más ayer... -sonrió Freeman.

-¿Qué te creías? Dios, quisiera hacerte de todo... -expresó Billy, lamiendo literalmente a su novio.

-¿Ah, sí...? ¿Cómo qué?

-No me hagas hablar, precioso... -rio el ojiverde. 

-Me encanta cuando me dices esas cosas...

🌟 FOREVER 🌟 [A Freebat story; love + smut]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora