Capítulo 17 - Ahora Lo Sé.

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Freddy volteó la cabeza y observó su pequeño reloj. Qué horror. Todavía quedaban treinta minutos de clase. A él siempre le encantaba leer historias sobre los orígenes de sus super héroes favoritos, pero la clase de Historia Contemporánea no era tan entretenida como su pasatiempo favorito. Solo podía pensar en Billy, no había cabida para nada más en su estrecha aunque desorbitada cabecita. ¿Qué estaría haciendo en aquel momento? ¿Estaría echándole también de menos? Solo deseaba que el timbre sonara a todo volumen por los megáfonos para poder coger a Billy de la mano y abrazarle. Delante de todos, sin miedo. Como él le había enseñado.

Si bien el tiempo parecía haberse congelado, su suerte cambió para bien cuando sus deseos se hicieron realidad. Billy apareció por la puerta, con la mochila colgando sobre su hombro derecho, pidiendo permiso a la maestra para poder entrar en el aula.

–Gracias. –dijo un sonriente Billy, avanzando por la sala con un destino claramente fijado.

¿Por qué estaba tan contento? O todavía más importante, ¿Qué hacía en su clase? Sin duda se traía algo entre manos, pero Freddy temía su contenido, pues Billy no dejaba de sorprenderle día tras día.

–Hola, ¿A qué viene esa cara tan blanca? –bromeó Billy, sentándose en el asiento vacío que había al lado de Freddy.

–Es solo que... No te esperaba aquí. –sonrió y le ayudó a colocar su mochila tras la silla–. ¿Qué te ha traído a mi clase, joven Batson?

–Simplemente me han castigado. Ha sido una casualidad... –soltó Billy, con una sonrisa juguetona mientras deslizaba sus dedos por el frío pupitre.

–Já, puedo ser un rarito, pero no soy estúpido. –le guiñó un ojo. Tal vez le estuviera poniendo a prueba.

–Está bien, está bien...

Billy se colocó hacia adelante, mirando hacia los lados para evitar oídos cotillas, y aún más importante, una llamada de atención por parte de la maestra. Freddy inclinó su cabeza, ansioso por escuchar a su novio.

–Como no vamos a vernos en el recreo porque estarás ocupado con ese examen tan largo e importante... He pensado en acercarme y ver cómo estaba mi chico favorito.

–¿Y qué has hecho para que te traigan aquí? –realmente le interesaba saber su excusa.

–Oh, nada... Comerme el almuerzo de mi maestro. –sonrió, dándole un pequeño codazo al rizado.

–¿Y no hay nada más, mi amor...?

–Ugh... ¿Ya no puedo ocultarte nada, cierto? Me conoces mejor que yo mismo.

Freddy asintió y se acercó más a Billy, apoyando su brazo derecho sobre el hombro del contrario. Ambos sonrieron y se dejaron llevar, sumergiéndose en una pequeña burbuja dónde solo había cabida para las sonrisas y las miradas sinceras. Estaban tan descentrados que no contaban con que todos los ojos estaban puestos en ellos, incluidos los de la maestra.

–Batson, si te he permitido entrar a mi clase no es para que distraigas a mis alumnos. Y que haya aire entre los dos... –sentenció, intentando regresar a la explicación.

Sin embargo, Billy no lo pudo evitar. ¿Qué "haya aire entre los dos"?. Aquella expresión, de algún modo, despertó su espíritu vacilante que tanto tiempo llevaba enterrado. Mientras tanto, Freddy continuaba cómodamente apoyado sobre su novio.

–Solo le estoy ayudando a estudiar química. Formamos un gran equipo, ¿Sabe? Nos ayudamos mutuamente. ¿Usted no estudia química con su marido por las noches? Freddy y yo sí, y siempre...

No pudo finalizar debido a las risas de toda el aula, incluida la de Freddy, quién intentaba aguantarse pero le resultó inútil. Billy sonreía triunfante, estrechando más el cuerpo de Freddy contra el suyo. Era increíble lo mucho que podía llenarle un chico tan pequeño. Pero la diversión terminó antes de lo esperado.

–¡Al despacho del director! ¡Ahora mismo!

Billy se levantó, no sin antes posar sus labios sobre la mejilla de Freddy y dedicarle un dulce "hasta más tarde". Freddy se sonrojó e inclinó su mirada hacia los apuntes esparcidos sobre su mesa. Antes de marcharse definitivamente, Billy deslizó un pequeño papel, que llegó hasta los finos dedos de Freddy. Lo observó con curiosidad y, sin dilucidarse, lo abrió por completo.

"Esta noche tendremos la casa libre. Tu y yo, con nuestros pijamas de Batman y Superman. Te cocinaré tu comida favorita, mi príncipe. Todo será perfecto".

Freddy no pudo evitar emocionarse. Arrugó la diminuta nota y la estrujó contra su corazón, suspirando y controlando su agitada respiración, comenzando a contar las horas hasta su cena romántica con Billy, su héroe incondicional.

Y, alejado de la realidad, Freddy ignoraba el hecho de que, en ocasiones, la vida nos da un revés cuando menos lo esperamos.

🌟 FOREVER 🌟 [A Freebat story; love + smut]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora