Capítulo 29 - Voy A Besarte Un Poco Más.

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-Está bien. Eso puede arreglarse -dijo Billy, volviendo a sonreír.

Freddy sintió más presión sobre su espalda. Los brazos de Billy volvieron a rodearle por completo, dándole calor. Había pasado mucho tiempo desde que ambos no hacían el amor y se daban placer. Quizás demasiado. Pero los dos chicos necesitaban celebrar su reconciliación. Al fin habían superado aquel horrible episodio de Finn. Ya eran libres. Ya podían ser felices sin que nadie les molestara. Y Billy tenía unas cuantas ideas en mente...

Sus manos escalaron por la suave piel de Freddy hasta descansar en su cuello, mientras unió su boca a la del rizado y dejó que el amor que sentían el uno por el otro hiciera el resto. Aquella no era como su primera vez, algo torpe aunque entrañable, ahora ambos eran expertos, uno en una zona y el otro en la otra.

Freddy sonrió en medio del beso, contagiando su euforia a Billy, que no dudó en deshacerse de su camiseta en un sorprendente y veloz instante. Freddy le imitó y expuso ante su novio su cuerpo semi desnudo. Ya no tenía miedo. Nada. Quería que Billy le viera y le dejara claro lo mucho que lo amaba. Y así fue. Billy no tardó en abalanzarse sobre él, tumbándolo en la cama por completo y agarrando sus manos, mientras pecho y estómago hacían contacto. Era como si Billy no quisiera dejarle escapar, poniendo todo su peso sobre él y besándole con una gran pasión desenfrenada.

-Oh, Billy... -gimió Freddy, lo más bajo posible, pues no quería despertar a toda la tropa.

-Te amo, Freddy, te amo tanto... -susurró Billy a su oído.

Los besos y las caricias continuaron. Freddy cerró los ojos y dejó que Billy hiciera el resto. Ya podía sentir el gran bulto de su novio apoyado sobre su propio pantalón. Deslizó la mano hacia abajo, escapando del agarre de Billy, y agarró aquella potente erección. Aunque la tocó por encima de los pantalones, se sentía caliente y gruesa. Bah, Billy era perfecto en todos los sentidos.

Y lo que antes pudieran haber sido celos, ahora era orgullo. Se sentía tan afortunado de tener un novio tan hermoso. Y su cuerpo era lo mejor. Los pectorales de Billy rozaban sus pequeños pezones, haciéndole gemir todavía más. Billy se levantó un poco, rompiendo el beso y bajando sus labios harta el cuello del rizado. Sí, primero fue el cuello, luego su abdomen... hasta llegar a su verdadero objetivo. Freddy volvió a cerrar los ojos en cuanto supo de lo que se trataba.

-¿Cuándo dejaremos de tener sexo cuándo todos están dormidos? -cuestionó Billy, en una extraña mezcla de gemidos y susurros.

-¿No te gusta? A mí me excita...

Billy sonrió enormemente y sacó su lengua y a relucir, lamiendo el pálido aunque lindo estómago de Freddy. Él le devolvió la sonrisa y deseó que el otro chico le arrancara los pantalones de una vez. Su polla estaba muy dura y rebotaba ligeramente contra su pantalón. Billy hizo sus deseos realidad, bajando el pantalón con su propia boca hasta que este quedó bajo las rodillas de Freddy. En el aire quedó su hermoso pene. Era más pequeño que el de Billy, pero grueso y bastante jugoso. Billy no dudó ni un segundo, abriendo su boca y acercándose al miembro palpitante del que una vez fue su mejor amigo.

Sintió un calor extremo en cuanto su polla entró en la boca de Billy. Se deslizó con facilidad sobre su lengua hasta llegar a su garganta. Billy movió su cabeza, en un ritmo constante aunque lento, y Freddy posó sus manos sobre el cabello del ojiverde, sujetando su flequillo y guiando los movimientos de su cabeza. Billy aceptó aquellas manos, y mientras chupaba y lamía el rabo de Freddy, sus ojos miraban a los que tenía enfrente, aunque estuvieran completamente cerrados.

Freddy suspiró, dando gracias al mundo por haberle cruzado con Billy Batson. Un Billy Batson que en aquel momento tenía su polla dura en toda su boca. Billy movió su cabeza como un experto, sin atragantarse y consiguiendo que su garganta estuviera lo suficientemente ancha para que aquel miembro entrara con facilidad. También se dejó ser guiado por Freddy, que movió sus caderas hacia su boca para llenarle por completo. Era su particular muestra de afecto.

Continuaron así por varios minutos, hasta que Freddy puso sus manos sobre la barbilla de Billy y desplazó su cabeza hacia atrás. Su polla mojada salió de su boca, un hilo de saliva conectaba los labios de Billy con la cabeza de su pene. Ambos rieron en voz baja.

-Aa-ahora me toca a la mí...

-Lo estás deseando, ¿Verdad? -bromeó Billy, tumbándose y viendo como Freddy se acomodaba entre sus largas piernas.

Freddy se lamió los labios mientras su cuerpo desnudo tocaba las sábanas de Billy. Acercó su mano al gran bulto, que también daba pequeños saltos contra el pantalón. Quería salir al exterior y Freddy se aseguraría de ello. En un rápido movimiento, los pantalones de Billy desaparecieron y cayeron abajo, a la cama de Freddy. Su enorme polla rebotó contra sus sudados abdominales. Sus marcados músculos se flexionaron haciendo agua la boca de Freddy. Ese chico superaba cualquier ideal de perfección.

Freddy no pudo aguantar más. Se llevó a la boca la jugosa carne de Billy, y jugueteó con ella entre sus labios. Su boca se aseguró de lubricar bien el venoso y grueso pene. Billy alzó sus manos y las colocó en los extremos de la cabeza de Freddy, follando su boca y desplazando su caliente polla hasta lo más profundo de su garganta. Iba a llenarlo entero y sabía que Freddy no iba a negarse. Es más, estaba totalmente encantado de tener la polla de Billy solo para él.

Billy gimió descontroladamente. Su flequillo se quedó pegado en su frente, repleto de sudor, mientras Freddy seguía trabajando ahí abajo, atragantándose con la hermosa herramienta de su novio. La cabeza de su pene rozaba el interior de su garganta y provocaba que sus labios se ensancharan. Dios, si alguien le hubiera visto en aquel momento, succionando aquella gran polla como si su vida dependiera de ello. Podía ser humillante, pero estaba muy cachondo.

-Sí, así, Freddy... -gozó Billy, jadeando sin parar-. Sigue así...

Sus caderas no se detuvieron, por lo que su pene continuó en el interior de la boca de Freddy por mucho más tiempo. Pero ambos necesitaban algo más. El siguiente paso.

-Oye... -comentó Billy, sintiendo la lengua de Freddy ahí abajo-. ¿Quieres...?

-Quiero.

No dudaron un segundo más. Sin premeditación alguna, Freddy se puso a cuatro patas, exponiendo su agujero ante Billy, quién se mordió los labios y abofeteó una de las nalgas de Freddy. Si algo amaba Billy Batson sobre Freddy Freeman, era su enorme trasero, tan redondo y rechoncho. Era perfecto para su rabo, que rebotaba en el aire ansiado entrar en aquel estrecho agujero.

Billy volvió a dar otra bofetada. Sabía que a Freddy le encantaban. Se posicionó justo detrás de él e inclinó su cuerpo contra el contrario, dejando suaves besos sobre la espalda y el cuello de Freddy. Entonces el rizado sintió el pene de Billy presionando contra su entrada. Ya estaba demasiado abierta y el pene de Billy muy mojado, por lo que entró sin dificultades. Los gemidos, no muy altos para no despertar a toda la familia, no tardaron en llegar.

-¡Se siente tan apretado dentro de ti...! ¡Me encantas, bebé! -susurró Billy, follando lentamente a su novio.

-S-sii...

Billy movió sus caderas hacia adelante y hacia atrás, descansando sus manos sobre la cintura de Freddy, que se mordía los labios con los dientes y apretaba sus manos contra las sábanas. No pasó mucho tiempo hasta que se corrió, manchando las sábanas de Billy con su gruesa leche. Billy sonrió y continuó llenando a Freddy, que ahora apoyó la cabeza sobre la almohada.

Pasaron varios minutos más en aquella postura, hasta que Billy salió de Freddy y le tumbó sobre su espalda, alzando las piernas de Freddy hasta lo más alto y volviendo a entrar en su pequeño agujero. Se veía tan indefenso y necesitado, que Billy no dudó en darle más amor, besándole directamente en los labios mientras su polla acabó llenando su entrada con su jugoso y caliente semen.

Billy cayó sobre Freddy. Volvieron a abrazarse, sintiendo aquel calor de nuevo.

-Gracias, Billy.

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