Capítulo 12 - Dar Por Garantizado.

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No había transcurrido tan siquiera un solo día desde que Billy Batson y Freddy Freeman habían tirado abajo un gran pilar y habían fundido sus cuerpos en uno solo. Al hacer el amor aquella noche, ambos jóvenes se sentían más conectados que nunca, y habían adoptado la ardua necesidad de verse con constancia, para así poder satisfacer sus deseos reprimidos y suprimir sus ansias de excitación desmedida.

Tras un largo día de escuela, Billy y Freddy volvieron a verse a la salida del Instituto. Billy apoyó su brazo sobre los hombros de Freddy y fue el causante directo del sonrojo de sus mejillas. Le daba igual. Le daba igual lo que pensaran los demás acerca de ellos y de su lasciva relación sentimental. La gente había comenzado a hablar y Freddy comenzaba a preocuparse, por ello Billy pensó que una tarde de helados y chucherías podría arreglar el recurrente panorama y animar el estado de ánimo de su novio. Ya alejados de la escuela, Freddy se aventuró a acariciar los dedos de Billy, quién sonrió y agarró con fuerza la mano contraria, pensando interiormente en no soltarla jamás. Deseaba que aquellos momentos, tan simples como ágiles, durasen para siempre. Pero sabía con certeza que aquello, como todo en la vida, tendría un final. No quería pensar en el desenlace, solo quería disfrutar de aquella preciosa tarde de invierno con Freddy, quién tenía su mirada postrada ante un carrito de helados. Billy entonces caminó hasta el establecimiento y pidió dos helados de vainilla. Sabía que era el sabor favorito de Freddy, así que agarró los cucuruchos y le tendió uno a su ya establecida y considerada alma gemela. Ambos caminaron durante varios minutos, intentando saborear sus derretidos helados bajo la afligida tonalidad anaranjada del atardecer. Aquellos momentos también llenaban de felicidad a Freddy, quién, a pesar de los últimos acontecimientos, se sentía completo al lado de Billy, al que veía como su rotunda y absoluta salvación.

Nada más acabar con su helado, Billy y Freddy se detuvieron frente a una pequeña feria que había sido estacionada en un parque del centro de la ciudad. A la cabeza vinieron los recuerdos de la feria en la que lucharon contra el Doctor Sivana, dónde Billy hizo que el gran sueño de Freddy se hiciera realidad cuando este último se convirtió en un súper héroe. Aunque aquel alterego no era utilizado con frecuencia por Freddy, debido a que los últimos meses se habían torcido y no habían salido como él esperaba. Sin embargo, tras su reciente aventura amorosa con Billy, comenzó a implantar un pensamiento en su interior convenciéndose así mismo de que tal vez había llegado el momento de volver a transformarse en "Super Freddy", o así era como lo llamaba el propio Freeman. Billy siempre se reía a carcajadas al escuchar aquel nombre, intentando hacer rabiar a su pequeño novio. Más pronto que tarde, los dos chicos se encontraban frente a un puesto de algodón de azúcar rosado. Mientras esperaban su turno para comprar uno de aquellos y compartirlo, Freddy separó su mano de la de Billy y miró hacia los lados.

-¿Va todo bien? -cuestionó Billy, extrañado.

-Sí, sí... Es solo que me había parecido ver a unos chicos de la escuela...

-¿Te han vuelto a decir algo? No habrán sido capaces de...

-No, no... -Freddy le interrumpió. No quería que se pusiera hecho una furia-. Lo único es que... Bueno, la gente está empezando a hablar...

Billy arqueó su una de sus cejas. Realmente no estaba siguiendo con claridad a Freddy.

-Ya sabes... La gente piensa que somos novios...

-¿Y qué hay de malo en eso? ¿O es que te da vergüenza? -alzó su mano y le acarició su mejilla izquierda.

-En absoluto, Billy... Pero esta mañana, cuando iba de camino a clase, varios grupos de chicos han susurrado tu nombre en un tono burlón...

-Serán capullos... -le cortó un mosqueado Billy.

-Y cuando me he girado me han dicho que ahí no estaba mi novio para defenderme.

🌟 FOREVER 🌟 [A Freebat story; love + smut]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora