Resignado a perderte [Izuocha]

Llévame a las estrellas (parte II)

NOTA

Si eres mayor de edad, como comenté antes, esto es Lemon, por lo que recomiendo saltar este capítulo e ir al libro especial que se encuentra en mi muro, con la misma portada de este fanfic pero en color rosa.

Si en tu caso, eres menor de edad, puedes seguir leyendo...

Aunque en principio, Izuku pretendía llevar a Ochako a un restaurante fino para la cena, ante los sencillos gustos de ambos, terminaron la noche en un pequeño local, hablando placenteramente bajo el estruendoso ruido de la calle he ignorando que la gente les tomara fotografías y el timbre del teléfono ¿Había necesidad de voltear a los lados? Nada era de su incumbencia, lo único que podía importarles era la persona que estaba frente a ellos.

Si  bien, en ambos se podía ver el amor burbujeando en sus rostros, los ojos soñadores de Midoriya eran tan deslumbrantes que era imposible que la gente no supiera que el chico estaba profundamente enamorado de ella:

- Deku, creo que nos están mirando - muy sonrojada, comentó Uraraka tras pasarse un bocado de mochi.
- Bueno, supongo que deben estar viéndote a tí - tras un soñador suspiro, respondió Midoriya sin apartar su vista de Ochako.
- ¿No crees que se les hace extraño que el héroe más fuerte de América y el sucesor de All Might me este mirando?
- Más bien, creo que nos dan ánimo, pues al parecer todos sabían de lo que sentíamos...
- Eso es cierto, ahora que lo pienso más me da risa lo temerosos que fuimos para confesarnos - risueña respondió Uraraka.
- Valientes en la batalla, cobardes en el amor...
- Así es.
- Pero olvida eso, tenemos que terminar rápido si queremos ir al planetario...
- ¿Planetario?
- Si, es la única forma de esta cerca de las estrellas.

Ante la respuesta, Uraraka se rió discretamente, desconcertado. Midoriya.

- Lo siento Deku, creo que no expresé correctamente mi idea de estrellas, pero creo que tienes razón, ya es hora de irnos.

Aunque Midoriya estaba curioso por el mensaje de Ochako, tras pedir la cuenta, el peliverde se quitó su sudadera de All Might que traía puesto, para que Uraraka se cubriera del frío.

Dejándose guiar por la pequeña castaña, el peliverde corpulento siguió a Ochako en las calles principales de Tokio hasta llegar a un enorme y lujoso edificio. En cuanto entro a recepción, el guardia la saludo muy animado, evidencia de que ahí vivía, y luego de aceptar el correo, la castaña tomó la mano de Midoriya llevándolo al elevador.

- ¿Último piso? - preguntó Midoriya al ver el número que había seleccionado la chica.
- En un momento verás porque - risueña, respondió Uraraka entrelazando sus dedos con los del chico.
- ¿Tiene mucho que vives aquí?
- Aproximadamente medio año, pero por su tamaño estaba pensando mudarme a algo más pequeño.
- Imagino que Bakugo te aconsejo para comprar el departamento - risueño respondió Deku.
- Así fue...
- Pero conociéndote, es muy difícil que accedas a los consejos de Bakugo cuando se trata de tu dinero.
- Bueno, no niego que me abrumó el lujo, pero al final, terminé accediendo porque quería que mis papás vivieran conmigo.
- Bakugo me dijo que estaban delicados de salud.
- Así es, el exceso de trabajo afecto en su salud y aunque hice de todo para que pudieran estar conmigo, con el dolor de mi alma, los tuve que internar en un hospital especializado en cardiología.
- ¿Ellos se enteraron de tu estado de salud? - aferrando su agarre de la mano de Uraraka, preguntó Deku, mirando con atención la reacción de su amada.
- Algo así, jamás había olvidado las video llamadas nocturnas, y mucho menos faltado a mi vista mensual, así que de inmediato quisieron saber que me había pasado en cuando incumplí con eso, aunque intenté no preocuparlos, papá siempre a logrado leerme bien y teóricamente supo que estaba algo enferma, aunque no de algo tan grave; si no fuera por Bakugo y la señora Mitzuki, sin duda, habrían escapado del hospital y no me imagino la desgracia que hubiera pasado...
- Imagino - tras un cálido silencio, Midoriya nuevamente miró hacia la castaña, y acariciando con su otra mano el sedoso cabello de la chica, dijo- casi no conviví con ellos.
- Bueno, no es lo mismo presentar al chico que te gusta.
- Es verdad, pero si me permites, en tu próxima visita me gustaría acompañarte.