LA CUEVA DE LOS LIBROS

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Me siento extraña y confundida, ¿cómo funciona este sistema tan peculiar de espera?

Mis manos tiemblan al mismo tiempo que se adentran en uno de los bolsos de Chonnel.
Miro a mi alrededor y, para mi alivio, nadie parece haberse fijado en mi look casual.
Voy horrible, o sea, unos jeans sencillos de color escarlata, adornados con un jersey barato; de esos que venden en las tiendas de lujo. Para rematar el esperpento, mi peinado es un simple alisado.

Estoy al borde del ataque de nervios. Mis piernas empiezan a fallar y el oxígeno fluye por mis venas (creo) con cierta dificultad.

Después de media hora buscando entre el bolso de bolsos consigo encontrar uno de mis teléfonos. No es el más cute pero como mínimo tiene el Yutul instalado.

Inspira.

Espira.

Después de cinco tutoriales creo haber aprendido mucho sobre este sistema de espera; te has de poner al final y esperar.

Camino insegura hacia la última persona y me situo detrás suyo.

Pasan 3 segundos, 8 segundos. Hasta 37 segundos y allí sigo esperando. Jamás había sentido semejante indignación. Tengo ganas de llorar, pero me contengo.

Después de 58 interminables segundos consigo entrar en un lugar bastante peculiar. Es como una cueva adornada con libros.

Unos pasillos estrechos se extienden delante de mi mirada. Hay estanterías en los laterales y personas que parecen estar observando esos documentos sin pantalla.

No entiendo porque no usan sus smartphones. Ya no estamos en la Prehistoria.

Camino durante un buen rato por ese laberinto antiguo. Intento apreciar el paisaje pero mi instinto natural me obliga a leer los comentarios de mi última publicación:

Adoro tu peinado.

Tía tía te sigo desde que tenías 40 seguidores y me encanta todo lo que publicas.

Que lindo look.

Te adoro.

¿Dónde has comprado esa falda tan mona?

Wooow, espectacular.

* * *

¡Buuuuuuuuum!

Noto mis mejillas doloridas. Abro los ojos y no veo nada (qué agobio, ayuda...). Doy un paso hacia atrás y de repente veo mi makeup en la pared.

La ira empieza a extenderse por cada rincón de mi cuerpo.

¡Pero en qué momento ponen un muro en mi camino!

A la derecha de mi agresor inamovible se encuentra una puerta nada austera.

La decido abrir.

Me encuentro ante una sala que me
suena de haberla visto en alguna serie (¿o era en el telediario?). Se parece mucho al Despacho Orbal.

Mis ojos no pueden evitar posarse en un chico muy alto que está agachado. Si se pone de pie su cabeza colisiona contra el techo.
Su musculatura tampoco pasa desapercibida...

Suspiro.

De repente dirige su mirada hacia mi persona. Qué vergüenza, pero al mismo tiempo noto como se me detiene el corazón. Me remata con su sonrisa.

Hace un movimiento nervioso y se pone la camiseta. En ella se puede leer love (la o es un balón de... algo).

WaterloveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora