MIS CONTINENTES

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Tengo ganas de morderme las uñas pero debo contenerme; no quiero cometer un crimen contra la comunidad fashionista.

No me puedo creer que Marco me haya vencido, ahora tengo que pensar una heroica aventura sobre el rescate de Grace: ¿la salvé de la terrible Ala Norte? No cuela... ¿En qué momento pondría mi cuerpo en un lugar tan inóspito? Creo que no van ni los mayordomos, excepto el Dos, que por alguna razón insiste en que lo llamemos Ca2. Es una persona peculiar, pero cuando se trata de operaciones binarias o hexadecimales él es el mejor.

Piensa, Raymunda, piensa.

Usa tu materia amarilla (¿o era la gris?).

Miro el reloj brillante con incrustaciones doradas de diamantes. Ya han pasado dos horas y mi mente sigue en blanco.

Bueno, no importa. Ya se me ocurrirá algo.
De todos modos siempre puedo decir que la intentó robar el mayordomo Treinta y cuatro y yo lo pillé in fraganti.

RIIING. ¡RIIIING!

¡Oh, my Dioor! Está sonando el smarty que uso para hablar con... ¿Marco?

Me apresuro a cogerlo.

-Huevín, reúnete conmigo en la intersección del pasillo norte con el verde. Es urgente. Tenemos que hablar ya. Tu vida depende de ello.

Cuelga.

No me ha dado tiempo a decir nada. Como se nota que a este chaval le faltan modales...

Da igual, debo llegar lo más rápido posible. Pero el punto de encuentro me queda un poco lejos. Quizá sería conveniente ir en patinete eléctrico.

Corro la cortina del armario y ahí están. Ahora el dilema de escoger: el dorado con purpurina de plata o el plateado con purpurina dorada.

¡AAAAGGGGHHHH!

¿Por qué mi vida ha de ser tan complicada?

Da igual, cierro los ojos y el destino me indica que debo elegir el dorado con purpurina plateada.

Abro el Guguel Mapas y le indico mi destino. Ya está todo listo, ahora solo me he de subir y poner mi música a todo volumen.

* * *

Diez minutos más tarde me encuentro a Marco agachado. Problemas de la gente alta.

-Huevín, por fin has llegado. La espera se me ha hecho eterna. Bueno, no importa. Te tengo que contar algo sumamente importante.

¿Por qué me ha de llamar Huevín? Debería sentirme molesta, pero noto un nudo en la garganta

-Cuéntame.

Marco infla el pectoral y luego suelta el aire (casi me despeina).

-Nos vamos dentro de media hora. El entrenador quiere acabar de practicar una estrategia para el partido de este sábado.

-No me lo puedo creer. ¿¡ Y Grace¡? ¿Qué le decimos ahora a Octavio?

-Le puedes echar la culpa a cualquiera de tus hermanos. Me apuesto el bañador a que alguno de ellos es el típico bromista que se dedica a quitar objectos.

Y, me duele reconocerlo, pero tiene razón. Tiene más sentido que culpar al mayordomo Treinta y cuatro.

Nos quedamos un rato sin decir nada.

-Creo que he de ir a preparar mi equipaje, pero... -carraspea Marco -. Tengo una entrada VIP para el partido de este fin de semana... ¿Quieres venir?

-Ehm..e...p...ues...

Raymunda, ¡despierta! El que ha de estar nervioso es él, no tú.

-No importa, te la doy y ya decidirás. Por cierto, nos vemos en diez minutos delante de la habitación de Octavio y dejamos el tema zanjado.

Marco me guiña un ojo y veo como su silueta va desapareciendo en la profundidad del pasillo.

* * *

Regresó a mi cuarto con sentimientos encontrados. ¿Qué me ha pasado?

Dejo la entrada VIP en el diván de objetos importantes. Me miro en el espejo y estoy brillante como siempre, pero me veo el rostro ligeramente diferente.

Mi mente está abatida, necesito darme un baño en el jacuzzi antes de ir a hablar con mi hermano.

Me quito la ropa, cojo el albornoz de días duros pero dulces y me dirijo a la sala de jacuzzis. ¿Por qué ha de estar tan lejos?

Un rato más tarde me dispongo a entrar cuando de repente...

¡AAAAAAAAAHHHHHHHH!

¿Qué hacen Marco y África juntos en el mismo jacuzzi? Mira que tienen varios para elegir...

Los rostros de ambos se vuelven pálidos y se les dibuja una expresión del terror más puro.

-Raymunda, te juro que esto no es lo que parece. De verdad, déjanos explicártelo...

WaterloveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora