¿¡SOMOS PAREJA!?

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Al entrar a la gran sala de conferencias puedo ver como la pantalla con incrustaciones de rubí esta encendida, mostrando una cifra desconocida en números rojos y brillantes.

Rápidamente me situo frente a ella para atenderla. Me siento en mi sillón para conferencias de máxima importancia, decorado con zafiros y diamantes por Donutelo Versacco, de edición limitada y que solo unos pocos han visto.

Al contestar la llamada puedo ver proyectada la cara de Hunter.

Stock.

Horror.

¿Qué pintas tengo? Oh my Dioorr. Si ya me vio con ese espantoso vestido rojo... Esto ya es el colmo.

¿Por qué quería llamarme? Y lo mas importante: ¿cómo ha conseguido mi número de conferencias nivel Rubí? Para gente como él tengo guardada la pantalla de zafiro; es más pequeña y tiene un espejo enorme al lado para verme más a mí que a las personas con las que hablo.

Raymunda, tranquilidad. Puedes salir de esta con elegancia. Recuerda que eres una mujer forzuda e independentista totalmente capaz de ir a comprar huevos. Esto no es nada en comparación.

—Emm... Hola, Rayita. Soy Hunter. Creo que me recordarás...

—Raymunda para ti. Pero sí, recuerdo haberte visto en la gala... —para mi desgracia, pienso—. Pero no creo que ese sea el motivo de esta llamada, ¿me equivoco?

—No, tienes razón. Como bien sabrás, soy Shayenger en un videojuego llamado Lul. Hago muchos estrims por Dwitx y ayer me preguntaron por ti en un directo...

—¿Y bien? —No se por qué le sorprende. Quién no querría saber de mí: soy increíble. Es lo más normal del mundo.

—Bueno, pues que muchos de mis fans creen que somos pareja...

Tengo que digerir eso. Aunque me cuesta.

Pareja.

¿Pareja ha dicho? ¿Pareja?

Miro a Hunter para que me diga que es una broma de mal gusto.

Él, al ver mi cara de horror, intenta remediarlo, pero ya es demasiado tarde.

—Intenté sacarlos del error pero... las revistas de corazón ya se han encargado de difundirlo. Creo que ha sido cosa de nuestras publicistas.
En fin, quería invitarte a mi casa para hacer un directo y así poder hablar sobre el tema. Supongo que recibirás algun que otro mensaje de mis seguidores, pero no te preocupes por ellos, tú solo ignoralos.

—Me estas diciendo que toda la gente cree que somos pareja. ¡Y dices que no me preocupe! ¡Esto es una catástrofe! Mi reputación de fama mundial no puede ser mancillada con esto.

Hunter suspira.

—A decir verdad, esto me ha ayudado a ganar seguidores y, a ti también. Puedes comprobarlo si quieres...

Observo atónita como ese ser del diablo tiene razón al comprobar la subida de seguidores en Eggstagram que he tenido en estas ultimas 24h. No puedo creerlo: 5000 fulouers nuevos en una noche. Y eso que antes ya me seguía hasta la última persona de este planeta.

Quizá mi publicista tenía razón...

Pero qué dices, Raymunda. No necesitas sus estupidos seguidores jugadores del Lygo Legents ese. Tienes que solucionar esto. No pueden relacionarte así con él. Eres Rayita, influencer de éxito internacional, y no puedes tener un novio que no esté a la altura.

Pero hay que admitir que feo no es...

Estrella, una palabra más y te saco el brillo.

Tendré que arriesgarme por el bien de mi fama...

—¿Qué día dices que voy a tu casa?

Hunter finge pensárselo.

—¿Mañana por la noche? Así tengo tiempo de avisar a mis seguidores y tu deberías también avisar a los tuyos. Todos deben ver el directo —duda antes de añadir—: Ya sabes, para enterarse.

Cuando ya está todo planificado cuelgo la conferencia y me dirijo a la cocina. Mi chef debe haber preparado ya mi batido proteico; si no, habrá que despedir a alguien.

No puedo tolerar ningún error más, hoy.

*           *          *

Mientras desayuno mi batido con purpurina ámbar con jade recuerdo la nota. Busco entre los finos bolsillos de mi bata para encontrarla.

Una vez la tengo entre las manos puedo notar que esta húmeda y tiene olor a cloro, por algun motivo que desconozco. Al abrirla puedo ver una frase escrita con una letra horrible y con tinta... ¡AZUL! Sin duda, por alguien que no tiene sentido de la moda alguno. Además, hay un marco que rodea el papel con dibujos de...¿Pelotas?

"Tengo una propuesta para ti, ven el Domingo a mi casa.

Marco"

¿Una propuesta? ¿De Marco?

¿Marco?

¿...Marco?

¿Debo arriesgarme e ir a su casa?

Claro que sí, Rayita, si lo estás deseando.

Cállate, Estrella, no es el momento. Hoy estás muy pesada.

Bueno ya me lo dirás mañana cuando estés en su casa...

¿Mañana? Tonterías. Iré el Domingo y no volveré a pisar esa casa.

Hoy es Sábado. Duh.

¿Hoy es Sábado? Por toda la purpurina, llego tarde a mis clases de yoga online. Naendra me matará si no llego antes de que se le haga de noche en la India.

Rápidamente salgo corriendo de la cocina y giro por el Ala Este para coger un atajo a mi habitación. No suelo hacerlo, pero esta vez es necesario.

Después de abrir la décima puerta girando a la izquierda, junto a la tercera escalinata está el ascensor que me lleva a la planta alta donde esta mi habitación de yoga. Al salir del ascensor cojo mi segway cian (solo para emergencias como esta) y cruzo los pasillos que estan cerca del Gran Salón de Oro para llegar antes.

Una vez allí me pongo mi conjunto de Dosigual para ir perfecta y llamo a mi peluquero con la campana que hay colgada al techo mediante una cuerda, para que me haga mi total look con un medio recogido.

Cuando ya estoy randiante me hago fotos para subirlas a Eggstagram y que mis seguidores vean lo deportista que soy y cuelgo una Eggstory con una frase motivadora y zen que Naendra me ha enseñado.

Cuando tengo las fotos llamo a mi instructor de yoga para empezar la clase. Es el mejor: siempre consigue que haga las posturas más complicadas. No puedo entenderlo, pero estoy segura que alaba mi manera de aprender.

WaterloveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora