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ADVERTENCIA: Este capítulo tendrá ciertas escenas muy fuertes. Si eres menor o sensible a estos temas, te recomiendo que no lo leas.

María está perpleja parada en el umbral de la puerta. Tiene los ojos y labios muy abiertos. Le cuesta procesar lo que está sucediendo. Mi respiración cada vez se vuelve más errática y mi pulso se dispara. Dios Santo. ¿Qué va pasar? ¿Cómo lo explicamos? Emilio se me quita de encima y camina hasta dónde está ella. Puedo ver que María retrocede por instinto, pero él la jala hacia dentro y cierra la puerta. La golpea.

-¡No, Mailo!-grito-¡No le pegues!

María cae al suelo sosteniéndose la mejilla.

-¿Qué haces aquí?-gruñe Emilio.

-Así que eso es...-María luce perdida- Ahora te estás tirando a Joaquín. ¿Desde cuándo te van los hombres?-está realmente consternada.

-Eso no te importa.

-¡Claro que sí! ¡Me estás engañando con un hombre!

Emilio levanta su mano. ¡No! Va golpearla de nuevo. No puedo permitirlo. Prácticamente salto a su lado y le detengo la mano. Él me mira furioso. Sus ojos encendidos en fuego que me dejan sin aliento.

-Ya no le pegues-mis labios tiemblan- Es una mujer, por Dios. Respeta eso.

-No te metas-dice entre dientes-Esto es algo entre María y yo.

-Así que ahora tú también sabes quién es realmente-María habla y yo bajo la mirada para observarla- Da miedo, ¿verdad?-Emilio tensa la mano- Sólo los que cogemos con él sabemos de su verdadero ser-se levanta- Cuando conocí a Emilio pensé que era un príncipe, siempre tan lindo y caballeroso. Me equivoqué-de sus ojos resbalaron lágrimas- Me equivoqué mucho con él. Emilio no es lo que pensé, es todo lo contrario.

-¿Qué dices?- Emilio se abalanzó contra ella. Lo detuve del torso-¡No hables de mí, pequeña mierda!

-¡Es suficiente!-grité- María, vete. No quiero que te pegue de nuevo.

-¿Por qué me defiendes Joaco? Si te lo estás tirando.

Me avergoncé.

-Eso no tiene nada que ver. Eres una mujer y no seré testigo de que te peguen.

- Te recomiendo que mejor te preocupes por ti, Joaquín-dijo con una mirada fría- Sé lo rudo que puede llegar a ser mi novio cuando tiene sexo y por los golpes en tu rostro y las palabras que escuché cuando venía entrando, sé que a ti te trata igual o peor que a mí.

No pude decir nada. Emilio se soltó de mi agarre y comenzó a caminar alrededor de nosotros. La tensión viva en el aire, el silencio tan ensordecedor y el miedo palpitante sobre nosotros. ¿Quién es realmente Emilio Osorio?

-Ya lo sospechaba-se dirigió a Emilio. Él la miró con las cejas fruncidas- Los vídeos, las fotos en las redes. Todo apuntaba a que había una atracción entre ustedes. Fui incluso tan tonta como para llegar a preocuparme por ti, Joaquín-me miró fijamente y a mí se me secó la boca-Temía que mi novio te hiciera daño. Ese día de la video llamada, donde estabas tú, realmente me preocupé. ¡Y es que siempre me dejo llevar por las primeras impresiones! Creí que eras un niño dulce e inocente, alguien a quién Emilio pudiera corromper; pero durante toda la obra lo sentí. Ambos se cargan una tensión sexual que es casi enfermiza, tanto que se puede percibir solamente en el aire. No lo quise creer, pero es la verdad. Ya lo comprobé. Son unos malditos y sucios enfermos.

-¿Seguirás con tu sermón?-le preguntó Emilio desinteresado-¿Y si te largas mejor?

-¿Por qué?-balbuceé-Si lo conoces tan bien... ¿Por qué sigues con él?

Deseo # 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora