Deseo # 1

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-¿Seguro que estarás bien?- pregunta Anto cuando ve el auto de Emilio estacionado a unos cuántos pasos.

-Claro-fuerzo una sonrisa-Siempre consigo librarme de él.

Bueno, casi siempre.

-Y yo siempre me quedo tan preocupada cuando tengo que despedirme de ti-veo en sus ojos la alarma.

Oh, Anto... Creo que ella es mi única amiga real en este país. La única que verdaderamente se preocupa por mí. La única a la que la he dejado conocer un poco del auténtico Joaquín. A su lado no tengo que fingir, ni reprimir mis emociones. Sin embargo, lo hago. Porque ella no merece sufrir ansiedad por mí. Sé lo que piensa, la conozco y la leo a la perfección. Intento tranquilizarla, pero no puedo hacer con Antonella lo que hice con mi ex-mejor amiga en el pasado. No es tan ingenua como Andy, ni tan blanda como Niko.
A decir verdad, creo que es la única que le ha podido dar guerra a Emilio. Ya que por más que ha intentado librarse de ella, no ha podido hacerlo. Es incluso mucho más fuerte que yo.

-Mejor voy rápido. No quiero que baje y nos vea-muerdo mis labios en gesto nervioso.

-Creo que es tarde. Ya está saliendo del coche.

-¿Qué?

¡Oh, no! Mierda. Lo primero que noto para mi extrañeza es que se ha cambiado de outfit. Ya no lleva el simple pantalón jean y la chaqueta. Está vestido semiformal con un traje de etiqueta. Se ha peinado el cabello y sus rizos ahora están acomodados hacia un lado. Trago saliva. No puedo negarlo. Se ve ardiente, pero... ¿Por qué se ha arreglado tanto?

Más que un picnic, parece que se dirige a una cita con la reina de Inglaterra.

Emilio se planta frente a nosotros y le dedica una rápida mirada desaprobatoria a mi amiga. Antonella retrocede un paso, precavida. Sin embargo, un segundo después él sonríe y la saluda con un beso en la mejilla.

Nos quedamos helados.

-Hola, señorita Antonella. Siempre es un gusto volver a verla.

¿Quién es este tipo y que ha hecho con el verdadero Emilio? Él ni de broma habla formalmente. Esto debe ser un error o un sueño. ¿Estoy soñando despierto?

-Emilio-Antonella ríe nerviosa y me pega un codazo para que yo diga algo-Hola. ¿Cómo haz estado?

-Muy bien, no puedo quejarme-esa sonrisa de maníaco nos causa escalofríos a ambos.

Anto me mira con ojos alargados, esperando mi reacción. Los segundos pasan, ella se cansa y me clava un fuerte pisotón. ¡Mierda! ¿Por qué carajos usas esas botas con tacón? Hago una mueca de dolor y la volteo a ver furioso. Ella se encoge de hombros y hace un gesto para indicarme el problema que tenemos delante de nosotros.

Sí, sí. A mí también me ha sorprendido. ¿Pero qué quieres que haga mujer? Me he quedado pasmado; no sólo por su actitud amigable, también porque vestido de traje elegante de verdad parece un top model americano.

Desde que empecé esta carrera en el mundo de la moda y las pasarelas, me he topado con personas realmente hermosas. Desde rostros bellos, hasta cuerpos esculturales y musculosos. Despampanantes y surreales. Como salidos de un cuento de hadas y sirenas. Pero no exagero cuando digo esto: Emilio no les debe ningún favor a ellos. Tiene todo lo que se necesita y mucho más. Debería dejar la música de lado y probar suerte en el modelaje. De seguro le iría muchísimo mejor que a mí.

Yo tengo un cuerpo demasiado femenino para la industria y eso sumándole mi rostro andrógino, me limita mucho. Algunas marcas exclusivas para "hombres heterosexuales con pene largo" se rehúsan a contratarme. Dicen que no manejo el mismo estilo de su empresa.