IV

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Me quedé callado.

—Lo siento, Christopher —detuvo una lágrima e intentó levantarse. Tomé su mano tirando un poco para que vuelva a sentarse.

—Erick... —lo acerqué a mí y lo abracé. Se quebró en llanto al instante
—. Tranquilo, Erick, yo no voy a hacerte daño —daba caricias en su espalda.

—¿Por qué? sólo soy... un enfermo, un idiota.

—No, Erick, eres alguien genial. No sabes cuánto me agradas.

Una vez que se calmó se alejó por sí solo.

—¿Quiéres agua?

—¿Tienes?

—Sí —respondí y saqué mi botella de la mochila, bebió un poco y la dejó a un lado—. ¿Hace cuánto empezaron a tratarte así?

—Bueno... —miró a su alrededor asegurándose de que no haya nadie—. El año pasado olvidé mi libreta íntima en los baños. Alguien la encontró y leyó el contenido. Tenía una página en la que declaraba mi sexualidad y que me gustaba un chico del instituto. Esa persona se lo llevó al director y como tenía mi nombre supieron que era yo. Luego lo supo todo el instituto, mi familia y... nadie ha querido acercarse. El director me llama todos los días para dejarme claro que no debo exponer mi "pecado" porque sólo dejaría mal visto al instituto. Los alumnos me han estado molestando desde entonces. Es... eso.

—Lo siento, Erick. No mereces eso.

—No, Christopher, es lo que merezco, está bien, yo no debería ser así. He intentado cambiar pero me es imposible, nadie le da el visto bueno a mi condición —rompió en llanto y lo abracé.

—Erick no digas eso.

—¿Qué?

—No es una condición. Eres humano, amar no es un pecado.

—Claro que no lo es, sólo lo es si amas a quien no debes, a quien no es correcto —se alejó.

—Díme algo, Erick. ¿Te han prohibido el contacto con otras personas?

—No, pero de todos modos es lo mismo porque si alguien se acerca a mí ya le darán el visto malo y comenzarán a molestar.

—Erick... yo quiero ser tu amigo —me miró sorprendido.

—N-No puedes.

—Claro que puedo.

—Christopher, si te juntas conmigo van a molestarte y n-no puedo permitir eso, tú eres bueno.

—Tú también.

Continuamos hablando un rato más y luego lo acompañé a su hogar aunque él había insistido en que no lo haga.

Me agradeció por escucharlo y por ser bueno, yo sólo lo miré y le sonreí para despedirme con un "Hasta mañana, amigo" robándole una amplia sonrisa que se sintió como una caricia.

En el camino a casa pensé en el motivo por el cual lo ignoraban, me parecía completamente estúpido.

Erick era alguien bueno, sumamente fuerte y con un hermoso corazón, no merecía todo ese daño.

—Voy a tener que hablar con mis amigos acerca de esto.

Después de todo, ellos también lo "ignoraban".

Y me dolía pensar en por qué lo hacían cuando ellos me habían dicho que sí aceptaban a los homosexuales, que ni siquiera debería ser aceptar porque no es algo que debería aprobarse, es simplemente entender que no a todos nos gusta lo mismo y respetarlo, después de todo no es algo muy relevante, lo que es relevante en alguien es su persona, su corazón, no cosas como su orientación y físico.

. . .

Me hizo saber que él dejaba
que lo dañen de esa manera
porque "era lo correcto"
y luego lloró contra mi pecho.

Él decía que quizás ellos tenían
razón, y yo sólo lo miraba
tratando de entender por qué
le hicieron creer
que aquellas mentiras
eran ciertas.

Revélate Ante El Mundo || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora