Revélate Ante El Mundo || Chriserick

XXXII

La semana transcurrió como las demás.

Todo estaba bien a pesar de la homofobia y demás inconvenientes que eso nos traía, pero ambos pensábamos lo mismo "Lo aceptarán, algún día, pero así será".

Estaba mirando una película con mi mamá en el living, hasta que una repentina llamada de Erick comenzó a sonar en mi celular.

—C-Christopher, les contó, les contó —decía llorando y asustado.

—¿Eh?

—El director les dijo que estamos juntos, Chris —contó tropezando en las palabras. Incluso en la llamada se oían los regaños de su madre quien parecía estar del otro lado de su habitación.

—Tranquilo, amor, tranquilo. ¿Estás en tu cuarto?

—S-Sí.

—¿Tienes una ventana de la que puedas salir sin problemas?

—Sí.

—Bien. Respira, toma tus dos mochilas y guarda todo lo que puedas, sal y empieza a caminar para acá. Ahí salgo con mi mamá en el auto.

—O-Ok.

—Ya voy, amor —corté—. Mamá llévame a la casa de Erick.

—¿Pasó algo?

—Te explico en el camino.

Dicho y hecho le dije lo ocurrido y le pedí que Erick se quedara en casa a lo que no se negó. Mamá adoraba a Erick.

Lo encontramos a unas cuadras de su casa. Me bajé, lo abracé a pesar de que alguien podía vernos y lo ayudé a subir.

—¿Estás bien? —le pregunté mientras lo abrazaba. Erick ya estaba más calmado.

—Sí. Y... hay algo más.

—¿Qué?

—Nos expulsaron de la preparatoria.

—No hay problema, amor, no te preocupes —decía tranquilo. Dejé varios besitos en su cabello y mejillas—. No llores, todo estará bien ahora. Vas a quedarte con nosotros.

—No sé cómo agradecerles.

—Sonriendo —propuse. Me miró y de a poquito fue haciendo una sonrisita. Reí ligero y volví a abrazarlo.

—Te dije que nunca dejaría que me alejen de ti y así será—susurré en su oído.