XVII

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Erick y yo caminabamos por los pasillos de la preparatoria durante el receso. Era un día de lluvia, casi nadie vino al instituto y para nosotros era un momento único. Podíamos sentirnos con más libertad de expresarnos.

Al estar transcurriendo un pasillo desolado tomé su mano con cautela.

—Se siente bien.

—¿Qué cosa? —pregunté.

—Esto de no sentirme diferente.

—¿Por qué lo dices?

—Porque estoy de la mano con un chico en un lugar donde siempre me discriminan por esto y ahora no hay nadie diciendome nada.

—Es lindo ¿No?

—Totalmente —lo miré y me sonrió—. Te quiero. Gracias por acompañarme en este momento tan... excepcional.

—Excepcional eres tú.

—Qué halago —reimos.

—Oigan, chicos —soltó mi mano al primer sonido que salió de la boca de aquel muchacho. Nos volteamos asustados—. Tranquilos, no voy a hacer nada.

—Zabdiel no quiero habl-

—No, no, es precisamente lo que no quiero que hagas. No hables, escúchame.

—¿Por qué no quieres que él hable? —preguntó Erick. Lo miré confundido. Zabdiel suspiró.

—Porque... sé que dirá la verdad, todo esto que viven y sé que no podré con ello. Aunque merezco oírlo por lo estúpido que he sido quiero evitarlo. Sólo escúchame, Christopher, bueno, los dos.

—Habla entonces —dije.

—Desde la charla que tuviste con nosotros he pensando mucho todo lo que está pasando y lo que pasó. Sinceramente, admiro mucho lo fuertes que son. Sé que fue un acto horrible el cómo los he tratado y cómo he tratado a Erick estos años. Pero, en verdad, pido perdón, estoy completamente arrepentido de mis actos este tiempo. Me siento una basura por haber sido una mala persona, un mal compañero, un mal amigo. No merecen esto, y aunque yo tampoco merezca su perdón, quiero que sepan que estoy totalmente arrepentido. No hay excusas para mi accionar, Chris, sé que hemos hablado entre el grupo de casos de asesinatos por homofobia, los hemos repudiado y sin embargo... hemos discriminado a Erick.

Las palabras de Zabdiel y la completa sinceridad que se reflejaba en su voz me dejaban con la mente en blanco. Verdaderamente se veía no sólo arrepentido, sino que también dolido.

—Te perdono, Zabdiel —me acerqué y posé mi mano en su hombro—. Después de todo, somos humanos, cometemos errores y tomamos malas decisiones, pero lo mejor de nosotros, es que podemos darnos cuenta de lo que estamos haciendo mal, cambiarlo, aceptar el acto y pedir perdón.

Zabdiel dejó ver su llanto y no dudé en abrazarlo dejando que se aferre a mí. Era bueno saber que uno de los que alguna vez había conciderado mis amigos en verdad lo era.

Al apartarnos, Erick se acercó y se paró a un lado de mí.

-Erick, tú eres a quien más le debo unas disculpas. Perdón, Erick, por no haber sido un amigo para ti, por al menos no tratarte como un compañero, perdón.

—Tranquilo, Zabdiel, tal como dijo Chris es bueno saber que eres un humano. Te perdono.

...

"Humanos somos todos, pero
¿Qué tanta humanidad
hay en nosotros?".

Revélate Ante El Mundo || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora