XXIV

218 38 1
                                    

Ya las aguas estaban tranquilas.

Estábamos en mi cuarto, Erick entró al baño para mojarse la cara.

Regresó a la habitación y se sentó a mi lado sin decir nada.

—Lo siento —dijo después de unos segundos en silencio—. No debí haberte dicho eso.

—¿En serio piensas eso?

—Chris, yo te amo, eres básicamente lo único que me hace querer vivir un mañana, sólo lo dije por la situación.

—Pero por lo que dijiste en la misma situación fue más de una vez.

—Sí.

—Erick, no pienses eso.

—Es que —comenzó a llorar—. No sabes todo lo que daría para que todo sea diferente. Necesito verte siendo feliz, necesito verte yendo y viniendo por todos lados sin miedo, sonriéndole a todos y que nadie te diga nada. A veces pienso que hubiera sido mejor que no te hubieras vuelto tan cercano a mí.

—Erick no digas eso —pedí también rompiéndome en llanto, acercándolo a mí y rodeándolo con mis brazos.

—¿Crees que soy egoísta por no pensar en ti al pensar eso?

—Yo sé que no quieres pensar eso —besé su cabello—. Yo soportaría todo con tal de que nunca te alejes de mí, no podría estar sin ti.

—Yo tampoco. Perdóname, Chris, soy un idiota, lo siento.

—No, Erick, no eres un idiota. Eres el amor de mi vida.

—¿Por qué me amas tanto, Christopher? Te pierdes de tanto estando conmigo. Perdiste más de lo que pudiste haber ganado.

—Créeme que lo que gané es lo único que necesito en todo momento, tanto en mis días malos como en mis días buenos. Te gané a ti y no hay mejor regalo que eso. Ni siquiera creo que de verdad te merezca. Eres mucho más de lo que alguna vez había imaginado. Quizás habría podido ganar más con otra persona, pero no hay nada más que yo quiera que no seas tú.

Revélate Ante El Mundo || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora