Capítulo catorce.

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El rizado miraba repetidas veces el reloj, seguido de la puerta. Sus dedos jugaban de forma ansiosa. Le angustiaba el hecho de no saber qué era lo que estaba pasando; de no saber cómo se encontraba Louis o que era lo que sentía en ese momento. Tenía miedo.

— ¿Quieres calmarte Harriet? Solo está con su padre, no tienes nada que temer—. Calmó Charlotte, entregándole un vaso de agua.

— Lo siento—. Susurró apenado, tomando agradecido el vaso.

La morena tomó asiento al costado de su prometido y entrelazó los dedos de sus manos mirando enternecida a la rizada. Se preguntaba si Harriet conocía todo acerca de lo sucedido con su familia, ¿Acaso Louis había tenido la valentía de enfrentarlo y había decidido hablarlo con "ella"?

— Harriet... ¿Me acompañarias a servir un poco de tarta?—. Pidió la teñida, liberando con delicadeza la mano de Tommy al momento de ponerse de pie.

— Claro—. Respondió la ojiverde con una sonrisa, levantándose y caminando detrás de Charlotte, dirigiendole una pequeña sonrisa a su prometido en gesto de amabilidad, recibiendo un movimiento de cabeza en respuesta.

Dentro de la cocina, Charlotte se dirigió al frigorífico para sacar una deliciosa tarta hecha por su madre. La colocó en la encimera y pidió al ojiverde algunos platos para servirla. El rizado los tomó de su respectiva alacena y los acercó a la teñida, sonriendo con emoción infantil, deseoso de probar el delicioso postre.

Charlotte lo miró con una sonrisa, tomando agradecida el primer plato y colocando con delicadeza la primera porción con ayuda de una espátula.

— Harriet—. Aludió, tomando el siguiente plato.

— Dime—. Respondió la rizada, preparando el próximo plato.

Luego de servir la segunda porción, Charlotte se detuvo en seco. Se giró hacia un costado para poder mirar fijamente al ojiverde y soltó.

— Sabes que Louis salió de casa cuando tenía solo dieciocho años, ¿Cierto?.

El rizado asintió con extrañeza.

— ¿Sabes el motivo por el cual decidió marcharse?—. Cuestionó, mirando con interés y especial atención en los gestos del rizado.

— No—. Respondió con un ligero tono de decepción. ¿Sería un problema el hecho de no conocer ese motivo siendo su "pareja"? Los nervios comenzaron a reflejarse en el temblor de sus piernas.

— Está bien Harriet, no tienes por qué sentirte mal—. Consoló, tomando una de sus manos.— Creo que... Debes de saber que Louis es una persona temerosa.

El rizado frunció el ceño. — ¿A qué te refieres con temeroso?—. Cuestionó.

— No me refiero al hecho de que se asuste por cualquier bicho o cualquier fantasma que sale en una película de terror—. Explicó — Me refiero a que Louis tiene un gran miedo a ser juzgado.

El ojiverde hizo una mueca sin comprender.

— Louis tiene miedo de creer que no está haciendo las cosas bien. Tiene miedo de ser quien quiere ser. Él cree que lo correcto es ser lo que "tiene" que ser. Tiene tanto miedo de no ser aceptado. Le asusta tomar riesgos para conseguir lo que lo hace feliz. Louis tiene miedo de aceptar lo que es en realidad—. Aclaró, mirando con semblante triste al rizado.

— Pe-Pero... Él...

— Louis tiene muchas inseguridades Harriet. Estoy segura de que la razón por la que no te ha mencionado nada de lo sucedido es por qué teme perderte—. Aseguró, haciendo una ligera pausa y esbozando una pequeña sonrisa — El mayor temor de Louis es perder lo que realmente ama. Perder lo que lo hace feliz.

| Pretty Lie |  Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora