— Te odio—. Susurró el ojiverde cruzado de brazos, esperando impaciente el taxi que minutos antes habían solicitado.
— Yo lo sé—. Respondió el ojiazul, sonriendo con cinismo.
— Estoy hablando en serio Louis, ¿Cómo te atreves a hacerme esto?—. Reclamó, jalando de su abrigo lo más fuerte posible para cubrir su cuerpo vestido ridículamente afeminado.
— Tú decidiste aceptar el trato—. Recordó el castaño.
— ¿Tenías que mentirle a tu padre? Además... ¿Qué tan difícil es encontrar a una chica? Seguramente cualquiera se hubiera sentido "afortunada" de acompañarte con tu familia.
El castaño relamió sus labios para luego apretarlos, evitando algún tipo de sonrisa. Su mirada se dirigió a las piernas del rizado, las cuales estaban libres de cualquier vello, delgadas y perfectamente contorneadas por las rutinas de ejercicio que Harry seguía. Su piel parecía tan fina como la de una chica, tan sensible y tan higiénica.
— Deja de mirar mis piernas maldito pervertido—. Ordenó el rizado, sintiendo su rostro ruborizandose provocando en Louis una risa ahogada.
— ¿De dónde conseguiste la ropa?—. Preguntó curioso.
— Una chica me debía un grande favor. No puedo creer que lo haya desperdiciado en esto—. Comentó con molestia, señalando la maleta.
El vehículo llegó en cuestión de un par de minutos, estacionandose justo frente a ambos chicos, más bien, frente a la "pareja". El rizado fue el primero en abordarlo sin necesidad de que el ojiazul insistiera.
El transcurso había comenzado con un silencio no tan confortable, pero preferible para ambos pasajeros. Todo marchaba bien, hasta que Harry se cansó de sentir la mirada de Louis clavada en él, como si quisiera leer su mente.
— ¿Podrías dejar de mirarme?—. Preguntó el rizado, mirándolo con irritación.
— No puedo hacerlo—. Confesó el castaño con una sonrisa de oreja a oreja.
El rostro del rizado se había tornado de un color rojizo, el cual era bastante notable aún con el maquillaje que se había aplicado.
Louis estaba encantado con el resultado del maquillaje de Harry, o más bien, de Harriet. No podía creer que el chico con el que había vivido por alrededor de 5 años ahora se encontraba a su lado como una hermosa chica.
— No puedo creer que me hayas orillado a hacer esto. Es humillante—. Susurró desconcertado, evitando cualquier tipo de contacto con el mayor.
— ¡Vamos Harry! No es lo más vergonzoso que has hecho en tu vida.
El aludido se giró al castaño, dirigiendole una mirada de muerte provocandole un escalofrío.
— Bueno... Tal vez si lo es. Pero deberías mirar el lado bueno...
— ¡No hay ningún maldito lado bueno Louis! ¿Crees que esto es divertido?—. Exclamó el ojiverde, preso de la vergüenza.
— Harriet... Esa no es la forma en la que una señorita debería expresarse—. Comentó en tono de burla, provocando que el rizado girará su rostro con molestia a la ventana.— Vamos Hazzie... No te molestes—. Pidió con un puchero, jalando de su antebrazo con actitud infantil.
— Me tomará un buen tiempo pensar en la mejor venganza para ti castaño—. Amenazó, alejando su brazo de las manos del mayor.
— Te olvidas de algo, en caso de que me propongas algo estará en mí aceptar ayudarte porque yo nunca prometí cumplir tus caprichos—. Comentó, guiñando un ojo después.
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| Pretty Lie | Larry Stylinson
FanficLouis necesita una compañera de último momento para la boda de su hermana, Charlotte, con el único propósito de demostrar a su padre que puede lograr lo que se proponga. A falta de tiempo, pide ayuda a su mejor amigo, Harry Styles, quién en un inici...