Addicted | [Michaeng] G!P

Chapter XVII

  - ¿Están saliendo?- la japonesa trataba de pasar por el tumulto de gente que había en la calle. Sólo quería poder entrar al restaurante y "comer" en paz. - Mina, ¿Estás saliendo con Han?- volteó a ver al periodista, ahora entendía el por qué Bambam los llamaba cuervos.

  - No- fue lo único que dijo y después entró al elegante edificio, tratando de no escuchar el ruido de los periodistas. Suspiró una vez estuvo adentro.

  - Te dije que vistieras discretamente- el chico se acercó a Mina y la besó, un beso tan dulce, que hizo sonreir a la mayor.

  - Vamos Han, aunque vista como pordiosera me asecharán- abrazó la cintura del chico y comenzaron a caminar hacia la habitación. No estaban saliendo, aunque todos pensaran que lo hacían. Sólo habían firmado un contrato que le daría mayor publicidad al chico y unos cuantos miles de dólares a Mina. Aunque era cierto que tampoco desaprovechaban su tiempo juntos. La mayoría de las veces que se veían, se encontraban en elegantes hoteles con restaurantes y sin duda, nunca habían pasado de unos tragos en los mismos.

Han era una estrella en ascenso. Cantante, de rap. Un modelo que sabía cantar, era como muchos se referían a él. El chico era conocido por ser impecable, tanto en su trabajo como en su vida privada. Nada se sabía, a menos que sus managers lo quisieran así.

Mina lanzó al chico a la cama y se montó sobre él. Comenzó a mover sus caderas lentamente, le encantaba escuchar los gemidos de Han. Le recordaban a cierta diseñadora a la que no veía hace tiempo. El chico la atrajo hacia él y comenzó a desabotonar la camisa de la mujer.

  - ¿Qué haces?- susurró. Han nunca había visto a Mina desnuda, ella siempre le colocaba algún pañuelo o tela para taparle sus ojos.

  - Vamos Mina, quiero verte- la japonesa bufó mientras se separaba. No le sorprendía que el chico quisiera verla, pero definitivamente no lo dejaría hacerlo. No quería que se repitiera lo que pasó con Chaeyoung. Suspiró y se sentó en el borde de la cama. "Chae" pensó. La chica que amaba, más de lo que pudiera llegar a aceptar. Nunca lo diría, pero, al parecer, tampoco la superaría.

  - Mierda- susurró y se acomodó sus prendas. - Me voy Han- el chico frunció el ceño. - Mañana termina nuestro contrato, así que no volverás a verme- se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta.

  - Espera Mina- Han acomodó sus pantalones y caminó detrás de la japonesa. - ¿Por qué no disfrutamos está noche?- la tomó suavemente de la cintura, por detrás - Ya que no habrá ningúna otra- susurró decepcionado. Y en verdad lo estaba. Había pasado tan buenos momentos con Mina, que sentía que ya la extrañaba.

  - Tengo que irme Han- lo enfrentó y el chico finalmente pudo ver su rostro. Mina estaba llorando.

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  - En serio no puedo creer que vayas a hacerlo- Mina miraba atónita a la coneja, vestida toda de blanco. La coreana volteó a verla.

- Yo tampoco- suspiró, sentándose en el sillón, al lado de Mina. - Pero no puedo esperar para hacerlo- ambas se miraron. - Mina- tomó sus manos, - En verdad lo amo- Nayeon le sonrió. Una sonrisa como ninguna otra que le hubiera visto antes. Eso la hizo sonreír.

  - Entonces hay que hacerlo- Mina se levantó y atrajo a la coreana hacia ella, la envolvió en un cálido abrazo. Realmente admiraba a Nayeon, casarse con alguien que había conocido hace algunos meses... El simple hecho de casarse, de querer compartir su vida con una persona, de ser completamente transparente con la misma; lo recordaba a la perfección, y era demasiado. No podía imaginar el hacerlo dos veces.

Caminaron hacia la puerta, Mina se detuvo antes de abrirla. - Estoy muy orgullosa de tí Nayeon- la coreana la observó. - Te deseo lo mejor con el galán del doctor- amabas sonrieron - Sé que realmente se amban y les deseo lo mejor, ahora y siempre- Nayeon asintió, sus ojos llorosos. - No sabes cuánto me alegra que finalmente hayas encontrado a una persona que te ilumine la vida, porque si no lo sabías- tomó sus mejillas y las apretó un poco. - Nunca te había visto tan feliz- se miraron unos segundos.