Chapter XXXII

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  - ¿Chae?- la dulce voz de la mujer hizo que abriera sus ojos rápidamente, causando que la luz le provocara volver a cerrarlos inmediatamente. Mina. Era su Mina hablándole. - Despierta Chaeyoung- abrió sus ojos nuevamente y la vió, otorgándole una hermosa y suave sonrisa. Chaeyoung sonrió de vuelta y se acercó para abrazarla.

  - He tenido la peor pesadilla del mundo Mina- susurró justo en el cuello de la mayor. Mina acarició su espalda y se alejó, mirándola preocupada. 

  - ¿Todo bien?- susurró, acariciando la mejilla derecha de la menor. Chaeyoung cerró sus ojos y acarició la mano de la japonesa, después susurró.

  - Todo está bien si estoy contigo- ambas sonrieron y se acercaron para unirse en un beso. Un beso que nunca llegó pues Chaeyoung sintió como alguien la sacudía por los hombros y le arrebataba de ese maravilloso sueño.

  - Chae, despierta- la voz de su mejor amiga la hizo volver de golpe a la realidad. Chaeyoung talló sus ojos antes de abrirlos y sintió un nudo en su garganta al percatarse de que sólo había sido un sueño. Nunca volvería a ver a Mina y eso, eso hizo que su corazón se achicara y una lágrima bajara por su mejilla. - Vamos, estamos a punto de aterrizar- Jeongyeon, ajena al dolor de la menor, insistió en que se acomodara en su asiento y abrochara su cinturón. Chaeyoung observó por la ventana y pudo ver la gran ciudad de Tokio bajo ellas. Suspiró y abrochó el cinto de seguridad, esperando que el visitar Japón aliviara un poco su dolor.

Bajaron del avión y se apresuraron a tomar un taxi hacia su hotel. El lugar era lujoso, pero sin ser demasiado excéntrico, eso le agradó a Chaeyoung. Llegaron a sus habitaciones, una junto a la otra y se despidieron, recordando que en un par de horas saldrían a visitar la ciudad y buscar a los padres de Sana.

Los minutos pasaban y Chaeyoung no podía conciliar el sueño. Tenía miedo, miedo de no volver a ver a Mina, miedo de no soportarlo. Se acomodó en el colchón, dándose vuelta para poder observar la gran ventana que había en la habitación. Las luces de la ciudad, el oscuro cielo iluminado por una enorme luna. Se sentó un momento, recordando su apartamento y recordando a la japonesa junto a ella...

Dos golpes en la puerta la sacaron de su ensoñación. Observó su reloj, eran las 12 de la noche, ¿quién estaba tocando en su habitación? Se levantó lentamente y se acercó a la puerta, sin abrirla. Un nuevo golpeteo en la madera de lujo hizo que saltara en su lugar. Se acercó a la mirilla y pudo ver una cabellera conocida afuera de su habitación. Abrió la puerta y la mujer entró rápidamente sin pedir permiso.

  - Los encontré- dijo Jeongyeon en cuanto tomó asiento en la cama de la menor y acomodó su laptop en sus piernas. Chaeyoung se acercó con una cara de confusión. - Los padres de Sana, están viviendo en una granja, a las afueras de la ciudad- la bajita se acercó y se sentó a un lado de la publicista. - No nos queda lejos, podríamos ir a visitarlos mañana- La mayor apuntó el mapa en la pantalla. Chaeyoung la observó un momento. Después se levantó y comenzó a caminar, dando vueltas en la habitación hasta que finalmente se detuvo y se giró hacia Jeongyeon.

  - ¿No deberías estar durmiendo?- la reprendió y cerró la laptop, casi atrapando los dedos de la mujer en ella. - Lo siento- susurró al notarlo. - Vayamos mañana- sonrió de lado y se acercó a la puerta, abriéndola para que Jeongyeon pudiera salir. La mayor se levantó y asintió, después se retiró y dejó a una cabizbaja Chaeyoung en su habitación.

Era verdad que Chaeyoung quería encontrar a los padres de Sana y darles la noticia, pero a la vez, no quería hacerlo. Darles la noticia significaría que, de cierto modo, aceptaba que su vida terminara un ciclo y eso la aterraba. No quería cerrar ese capítulo de su vida, por más oscuro que fuera había una parte de ella que quería seguir aferrándose a Mina. La mañana llegó entre pensamientos e insomnio y Chaeyoung sólo se levantó de la cama para prepararse, sería un día pesado.

Addicted | [Michaeng] G!P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora