Addicted | [Michaeng] G!P

Chapter XXI

- ¿Despertó?- Mina la miró apenas entró a la habitación, Nayeon la observó unos segundos.

- Mina, créeme que te enterarás de inmediato cuando despierte- susurró y se sentó de mala gana en el sofá de la habitación. Mina la observaba desde su cama. Nayeon suspiró y después cubrió su rostro con sus manos, la japonesa asintió y bajó la mirada. Sabía que Nayeon estaba triste, tan triste por su ex esposa, una mujer a la que aún le tenía muchísimo cariño, incluso después de todo lo que pasaron.

Ambas suspiraron pesadamente. La coreana observó a su amiga una vez más.

- ¿Por qué demonios te fuiste del hospital?- Mina volteó a verla, pero instantáneamente bajó la mirada. Nayeon rodó los ojos, se acercó y le dió un sape en la cabeza. Mina la fulminó con la mirada. - ¿Realmente quieres perderla?- la japonesa negó rápidamente. Nayeon bufó, Mina podía ser infantil algunas veces. - No seas idiota y acepta su amor- la menor rió sarcásticamente, negando. - Ella no te esperará para siempre Mina- la japonesa frunció el cejo, Chaeyoung la amaba, estaba segura de que si ella se alejaba, ella la esperaría el tiempo que fuera necesario... Ella misma esperaba poder entregarle su amor a la diseñadora, algún día...

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- No sé por qué lo hago, ¿de acuerdo?- Mina la observó. - No sé por qué te alejo, por qué huyo.. - bajó su mirada y tomó la mano de la chica. - Despierta Chaeyoung- murmuró en un susurro apenas audible. - Por favor..- se derrumbó observando a la chica, se veía tan indefensa en esa enorme cama.

Nayeon la había llamado apenas su esposo le había informado sobre el ingreso al hospital de la diseñadora. Ahora eran las dos de la mañana y ella seguía ahí a pesar del termino del horario de visita, como un favor de su mejor amiga y su esposo. Limpió sus lágrimas cuando escuchó la puerta abrirse.

- Mina, son las 2:47am- el médico habló despacio pero manteniendo su claridad. - Será mejor que descanses- ella negó. - Mina..- la mujer lo fulminó con la mirada.

- No me pidas que me vaya porque no lo haré, Matthew- seguía aferrada a la mano de la menor. - No la dejaré una vez más- el hombre suspiró asintiendo, se acercó y dejó una bandeja con comida en la mesita de noche. - Gracias - la japonesa lo miró.

- Descansa- y salió de la habitación. Mina suspiró y caminó hacia la mesa, tomó pequeño envase con leche en la bandeja e insertó la pajita en el mismo. Tomó un sorbo y sonrió, sentándose en el sillón a un lado de la mesita.

- Sé que no debería estar aquí, probablemente ni siquiera te gustaría que lo estuviera- subió sus pies al sillón. - Te he lastimado tanto Chae..- escuchó a Chaeyoung suspirar. - ¿Así que me escuchas?- sonrió nuevamente. - Nunca ocultes tus sentimientos de mi Chae, no lo hagas- dejó el envase ya vacío en la bandeja y cubrió sus pies con una pequeña manta. Abrazó sus piernas con sus brazos y se dedicó a observar por la ventana del cuarto.

Las horas pasaban y ella seguía ahí, viendo cómo el sol lentamente salía, y con eso daba comienzo a una nueva mañana.

"Sé que no merezco y no me darás otra oportunidad.." pensó, "definitivamente mereces estar con alguien tan bueno como tú pequeña".

Suspiró ante su pensamiento. Observó una vez más a Chaeyoung, se veía tan relajada después de esos meses con tanta angustia. Se veía tan... feliz. Eso hizo que el corazón de Mina se entristeciera, la mujer tomó su abrigo y salió de la habitación, dejando sola a la coreana, dejando la posibilidad de estar con ella de nuevo.

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La mujer observaba el paisaje por la ventana, mientras cubría sus piernas con una manta, su viejo y enorme perro a sus pies. Era un día helado, con fuertes lluvias azotando la ciudad; intentaba distraerse con un libro y una gran taza de café.