Hermanos | Loki y Tu |

Comienzo en Midgar

___ fue a su habitación. Cogió una bolsa de viaje y la comenzó a llenar con lo que consideró necesario para un viaje. Después fue a la habitación de Loki e hizo lo mismo.
Su hermano le había enseñado algunas formas para salir de Asgard sin necesidad de pedírselo a Heimdall y sin que él lo viese.
Cogió una nave y se dirigió con las dos bolsas hacia la gruta que le enseñó Loki. Aterrizó en Nueva York, donde Odin había mandado al dios.
Le estuvo buscando durante toda la mañana por la enorme ciudad, hasta que lo encontró sentado en un banco, con ropa Midgardiana. Ella también llevaba un conjunto Midgardiano. Se sentó al lado de su hermano, que tenía los ojos cerrados, pensativo.
- Loki.
- ¿Para qué has venido? - el dios ya parecía esperarselo. A ___ no le extrañó. Nunca había conseguido asustar ni sorprender a su hermano.
- No voy a dejarte solo en esto.
Loki la miró.
- Estamos en Midgar, pequeña. No tenemos ni sitio para dormir.
- Podemos conseguirlo.
- Eres demasiado optimista.
- Y tu demasiado pesimista. ¿Y si vamos a la torre Stark?
- Ni en broma. No quiero ni encontrármelos. A ninguno de "los perdedores". Tengo suficiente con Thor.
- Vengadores.
Loki ignoró la corrección de su hermana.
- ¿Qué pretendes hacer aquí? Tu puedes disfrutar de las comodidades de Asgard.
- Ya te lo he dicho. No te voy a dejar solo en esto. He traído varias cosas que tal vez puedan resultar útiles. Y oro. Bastante oro. Podemos comprar un piso.
- Tal vez podamos resistir los primeros meses. ¿Y el resto? El oro no es eterno.
- Tendremos que trabajar.
Loki miró a su hermana como si acabase de decir la mayor estupidez del mundo.
- ¿Trabajar?
- Si, Loki, trabajar. Se que eso no se adapta bien a tu vocabulario, pero no hay mas remedio.
Loki reflexionó unos segundos, sopló y fibalmente dijo:
- Gracias, ___.
- De nada Loki. Te lo debía. Tu siempre estás cuando te necesito. Me toca devolverte el favor.
El dios le sonrió.
- Vallamos buscando el piso.
- Si.