Un Omega Sin Libertad.

‡ ..... Episodio 1 .....‡

La familia Okomura lloraba,perder a su hijo mayor les partía el alma.

Eiji trataba de verse fuerte,no quería causarle más sano a su familia.

-cuida de la casa y de mamá,Elisa.-pidio aquel pelinegro con una cálida sonrisa.

-hermano no quiero que te vayas... A la que quieren es a mi.-

Eiji sonrió mientras suspiraba.-eres mi hermanita.-susurro besando la frente de su adorada hermana.-jamas dejaría que algo te pasará.-

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Para la sociedad,los alfas eran la raza de más altura. Ellos eran más importantes que Betas u Omegas. Pero los más importantes eran los Alfas de sangre fina. Es decir,Alfa x Alfa. Aquellos si que eran más respetados y valorados.

En cierto año todos los Omegas eran vendidos y esclavizados,sin embargo aquello había cambiado con el tiempo,pero en ciertos lugares,o en ciertas circunstancias,aún se practicaba. Cómo en este caso.

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Por las calles de Nueva York la lluvia hacía que la gente se apresurara a llegar a sus casas o empleos.

Más sin embargo Eiji miraba a aquellas personas a través de la ventanilla de aquel coche. Esas calles eran eran nuevas para él,desde que había llegado a Nueva York solamente había recorrido una que otra calle.

El Omega de 20 años estaba tan perdido en los recuerdos de su familia,que no se dió cuenta cuando atravesaron una reja blanca y un hermoso y amplio jardín principal. Solo volvió a la realidad cuando el coche se detuvo.

Sus ojos se abrieron por la sorpresa. Aquella mansión era más grande que la que siempre veía en las peliculas.

Se bajó del coche y el chofer bajo su maleta para después retirarse,Eiji solo podía ver a las mucamas y a los sirvientes que estaban en la entrada.

¿Debo pasar?¿Me muevo?

-hola.-intento hablar con una mucama,más sin embargo no le respondió.

Ante aquella escena,cierto rubio platinado sonrió desde la ventana más alta.

-traelo a mi despacho.-

-en seguida.-

Eiji se resigno,solo se sentó en la fuente que había frente a la entrada.

Elisa

-oye... Omega.-

-¿He?-el nipón dirigió la mirada a la entrada, ahí observó a un chico como de su edad. Piel morena y cabello rapado por los lados,los cabellos largos que tenía arriba eran color morado. En sus ojos llevaba unas gafas negras. Además de un piercing al final de su ceja.

-ven conmigo.-

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Si la casa era hermosa por fuera,por dentro era todo un palacio.

Las paredes color blanco y algunas rojas,las cortinas blancas parecían ser de seda,el suelo era de madera dándole un toque hermoso a la mansión,los candeleros eran bellísimos. Los muebles que había logrado ver no podrían polvo alguno.