★ ESPECIAL 1 ★

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La noche era fría. Pero no le tomaba importancia. En su cabeza solo se repetía la discusión que había tenido hace poco con su Omega.

¿Quién había corrido el rumor de que los omegas eran dulces y delicados? No le importaba y tampoco quería saber. Seguramente solo eran opiniones y creencias de la gente estúpida. En la actualidad y en la realidad, nada era así. Pues por idiota, se había decido juntar con un Omega de carácter fuerte, un Omega que ahora lo sacaba de quicio.

Cansado de caminar sin rumbo, decidió sentarse en la banca de alguna calle, frente a algún establecimiento, no supo cuál, solo se sentó y echo su cabeza hacia atrás. Cómo si el destino quisiera hacerle saber lo patético que era, comenzó a llover.

-maldita sea, lo que me faltaba.-las gotas que le caían, se detuvieron repentinamente.

-¿Necesitas ayuda?-esa dulce voz le hizo levantar la mirada. Aquel azabache que conocía muy poco, lo estaba cubriendo con una sombrilla negra. Al reconocerlo, el azabache sonrió tranquilamente.-hola.-

-hola.-

-¿Estás bien?-

El pelirrojo se levantó, haciendo que el contrario levantará la cabeza un poco para poder mirarlo a los ojos.-si. Solo estaba meditando. Nos vemos.-

El pequeño beta vio como aquel hombre se alejaba entre la lluvia, su corazón tan puro no le permitió dejarlo avanzar con esa llovizna.-espera.-el pelirrojo se detuvo y volteo, para encontrarse al azabache caminando hacia él y colocándolos a ambos bajo la sombrilla para cubrirse.-puedes llevarte mi sombrilla si quieres, mi coche no está muy lejos así que no la necesito.-

-¿Tienes coche?-preguntó de inmediato, a lo que el beta asintió.-¿Ya vas a tu casa?-

-si.-

-¿Vives solo?-

-¿A qué vienen esas preguntas?-

-necesito un lugar para pasar la noche.-

-puedes quedarte en mi casa, pero primero deberás pasar una sencilla prueba.-

•••

Por alguna razón la mirada de esa pequeña castaña parecía juzgarlo. No se sentía nervioso, pero si un poco incómodo.

-¿Y? ¿Qué dices?-

-me agrada.-respondió la pequeña sonriendo y tomando la mano del pelirrojo.-¿Quieres jugar conmigo?-

-¿Jugar?-cuestionó mientras era arrastrado por la sala.

-Elina.-el azabache la detuvo hablándole desde la cocina, la pequeña se detuvo al ver que su padre se acercaba y se inclinaba a su altura.-Noa ha tenido un día bastante difícil, ¿Porque no lo dejas descansar? Mañana jugará contigo.-

-de acuerdo.-la pequeña lo soltó y salió corriendo, Logan entro de nuevo a la cocina, esta vez con el pelirojo detrás suyo.

-no sabía que tenías una hija.-

-es linda, ¿No?-

-¿Dónde está tú pareja?-

-no tengo pareja.-

-¿Eres divorciado?-

El azabache sirvió dos tazas de té de manzanilla, uno se lo ofreció al pelirojo y otro fue para él. Se recargo en la barra que tenía a un lado de la estufa y se quedó callado un momento antes de hablar.-fue una noche de invierno cuando la encontré en un callejón. Fue como la típica escena que aparecen en las películas. Ella estaba abandonada en un callejón dentro de una caja, su llanto me hizo acercarme.-Logan dirigió su mirada al dibujo que tenía pegado en la puerta del refrigerador, por curiosidad, Nos hizo lo mismo, encontrando el dibujo echo claramente por un infante. El dibujo mostraba un bebé dentro de una caja, mientras era observado y recogido por un hombre azabache.-la traje conmigo y días después pude adoptarla, no había registros de ellas así que no sé quién la abandonó, me dieron la opción de adoptarla o entregarla al orfanato. Tengo un buen empleo, un sueldo fijo y un departamento grande, no tuve problemas en traerla conmigo.-

-lo lamento, no tenía idea.-

-descuida.-Logan termino de beber su té. Dejo la taza en el lavabo y comenzó a sacar la vajilla para poder cenar.-Elina es hora de cenar.-

Noa tenía la mirada perdida en aquel beta, un beta que tenía el corazón más grande que había conocido.

Fue ahí cuando recordó la primera vez que lo había conocido, en la fiesta de los gemelos Ean y Elián. Kael les había encargado a los pequeños para poder alejarse con el castaño.

•••

Después de cenar, Noa se quedó solo en la sala del departamento, Logan se había ido con la pequeña para poder bañarla.

En los muebles habían fotos de ellos dos, tal parecía que no necesitaban a nadie más que no fueran ellos.

-encontré esto en mi armario.-el beta llegó y le tendió una pijama color azul con puntos blancos.-espero que te quede. ¿Seguro no quieres ducharte?-preguntó sentándose a su lado.

-estoy bien.-por pura curiosidad dirigió su mirada al pasillo donde estaba el baño y las habitaciones.-¿Ya se ha dormido?-

-bueno fuera. Se quedó en la bañera, adora jugar con la espuma hasta que los dedos sean iguales a las pasas.-

El cariño y la confianza que la niña le tenía a aquel azabache era increíble. En ese momento recordó el dibujo que estaba en el refrigerador.-ella lo sabe, ¿Cierto?-

-nunca me ha gustado ocultarle cosas a la gente. Se que es una niña pero siempre le he hablado con franqueza, ella al contrario de lo que otros niños podrían sentir, se siente bien. Ama la historia de cuando la encontré.-

-eres una persona increíble.-ambos se miraron y un extraño brillo aprecio en sus ojos.

-¿Porqué estabas en esa banca?-

Noa soltó un gruñido y desvío la mirada hacia la nada.-pues hace unos meses me junte con Omega que me llamo la atención. Me gustaba su forma de ser porque no dejaba que nadie lo pisoteara. Pero, disculpa la palabra, es un hijo de puta. Ya no lo soporto y solo quiero mantenerme lejos.-

-cuando quieras escapar puedes venir aquí. Elina está encantada con la idea de que alguien más este aquí.-

-muchas gracias.-

-¡Papá!-un grito les interrumpió.-ya soy una pasa.-ambos adultos rieron, Logan se levantó y le dedicó una sonrisa al pelirojo.

-ahora vuelvo.-

•••

Después de un rato, Noa recorrió el pasillo y se detuvo frente a la habitación de la pequeña, ella saltaba en la cama mientras que Logan tenía una lámpara de noche entre sus manos.

-¿Necesitas ayuda?-el azabache levanto la mirada, una que transmitía serenidad.

-solo le estoy cambiando las pilas.-

-Noa.-la pequeña bajo de la cama, se acercó a su mueble y tomó el cepillo, mismo que le extendió al pelirojo.-me cepillas el cabello por favor.

-Elina.-

-descuida. Puedo hacerlo. Siéntate en la cama.-la pequeña corrió y se sentó como chinito en la cama. Noa se acercó y comenzó a cepillar.

La niña comenzó a platicar de su escuela y lo mucho que le gustaba, Noa la escuchaba y de vez en cuando le preguntaba o daba consejos.

Logan veía esa escena encantado, pues la pequeña no era tan platicadora con quién recién conocía.

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Un Omega Sin Libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora