Un Omega Sin Libertad.

‡ ..... Episodio 45 ..... ‡

Daniel y Kael estaban en la sala junto a los pequeños, quienes jugaban con unos bloques de colores que Kael les había obsequiado.

Daniel vio a su padre bajando las escaleras. Iba más formal que otros días.-¿A dónde vas?-

Ash volteo para ver a su hijo.-una familia me contacto, están interesados en la casa que pusimos a la venta.-

-oh.-

Ash se acercó y les depósito un beso a los pequeños.-no tardo. Kael te encargo a mis hijos.-

Ash salió de la casa y subió a su coche, dirigiéndose a dónde una vez había vivido con el amor de su vida.

[•••••]

La familia parecía encantada con la casa, era perfecta para ellos, pues solo eran los padres y un pequeño. Al ver a esa familia se imagino a como eran las cosas antes. Eiji, Daniel y él.

-la queremos.-la voz del hombre beta le saco de sus pensamientos.-es perfecta.-

Ash sonrió y saco unos papeles que llevaba en el portafolio.-bien. Entonces solo debe firmar estos papeles y la casa es suya.-

El hombre firmo las hojas sin dudar.-es una casa perfecta.-

Si, una casa perfecta con millones de recuerdos.-bien, me retiro. La casa ahora es posesión de ustedes.-

-muchas gracias.-

Ash salió de la casa y lo único que hizo fue mirarla por fuera. Sin duda muchos recuerdos se habían quedado ahí.

-señor.-la voz de una mujer se escuchó a su lado.-usted era el antigüo dueño de esta vivienda, ¿Cierto?-

-si.-

-me alegro de verlo. Hace poco vinieron a buscarlo.-

-la casa ahora tiene dueño.-Ash abrió la puerta de su coche, pero la mujer siguió hablando.

-el chico parecía estar desesperado.-

-¿Chico?-preguntó curioso, pues aquello le intrigaba.-¿Cómo era él?-

-pues tenía cabellos negro y ojos cafés.-la única persona que llegó a su cabeza fue la única persona a la que amaba. Su corazón látio con fuerza.-venía con dos hombres. Uno de cabellos largos y otro hombre que era demasiado serio.-

-¡¿Hacía dónde se fueron?!-

-no lo sé, venían en un coche.-

No podía creerlo, su amado nipón había venido a verlos. Aunque también lo dudaba, eso era poco probable.

Al subir al coche saco su celular y marco de inmediato el número de la madre del nipón.

-hola, si, diga.-la mujer se escuchaba desesperada.

-hola señora Amelia... Soy Ash.-

-hola. Perdón, pensé que era otra persona.-

-no se preocupes... ¿Cómo está Eiji?-no pudo aguantar más y soltó la pregunta tan rápido como pudo.

Del otro lado de la línea de escuchó un largo suspiro.-hijo... No quería preocuparte. Pero Eiji desapareció. Estábamos en el hospital porque había tenido un pequeño desmayo... Cuando volví a la habitación de hospital ya no estaba... Hemos pegado anuncios por todo Japón y hay anuncios en la televisión... Pero no hay noticias.-

-disculpeme pero debo colgar.-su cuerpo comenzó a temblar y las lágrimas descendieron suavemente por su rostro.

Comenzó a lamentarse, se maldecia por no haberse quedado un día más en aquella casa.

[•••••]

Al abrir los ojos se dió cuenta de que estaba en una habitación desconocida, se sentó y llevó sus manos a la cabeza. Los recuerdos seguían pasando por su mente, un sabor agridulce le invadió.

-¿Cómo te sientes?-el nipón dirigió su mirada hacia la puerta, de dónde venía el hombre que lo había ayudado hace poco.

-un poco mejor, gracias.-

-un médico vino a revisarte, al parecer estás bien, el desmayo fue por falta de descanso y alimentos.-

-gracias por ayudarme, en cuanto tenga más energías prometo irme.-

-descuida. No nos molesta tenerte aquí. Solo somos mi esposo y yo, una persona más no es problema.-Yut pudo notar la tristeza del nipón, sin embargo se limito a esperar si el nipón quería contar su historia.

[•••••]

Un hombre de cabellos negros y piel blanca estaba en su pequeña biblioteca aquel libro que tenía en sus manos le gustaba demasiado, ya eran nueve veces que lo leía desde hace poco que lo había comprado.

La puerta se abrió y el pelinegro de largos cabellos entro para después cerrar la puerta.

-¿Cómo sigue?-

Yut le miro y soltó un pequeño y pesado suspiro.-acaba de dormirse de nuevo. El doctor dijo que es normal dormir tan seguido, lo necesita por las energías que le faltan.-

Blanka apartó su libro, se quitó los lentes y tomo de la mano a su esposo para que esté se sentará en sus piernas.

Yut le abrazo por el cuello y le beso de manera tierna.-te preocupa, ¿No es así?-

-me intriga saber lo que le pasó, pero no debo presionarlo. Siento que confía en nosotros.-Blanka descendió los besos al cuello de su esposo, comenzando a marcar esa piel lechosa.-¿Has sabido algo de la rata asquerosa?-

-aún no. Pero algunos contactos afirman que está aquí. Dicen que tiene un amigo llamado Aslan.-

Yut alejó un poco a su pareja, le sujeto del rostro y su mirada cambio de confundida a una más seria.-quiero que encuentres al bastardo de Shoter y me dejes matarlo.-

Blanka sonrió, sujeto una mano del Omega y le beso la palma.-lo que la reina pida.-

-el idiota pagará su traición.-

-tesoro, prometo que te dejare hacerle lo que quieras, pero déjame disfrutarte.-

Blanka beso a su esposo con desesperación, metió una se sus manos en la ropa del Omega y comenzó a acariciarle los pezones con suavidad.

Se pusieron de pie y el mayor aprovecho para quitarse la camisa y el pantalón deportivo que llevaba de pijama. Atrapó al Omega y lo sujeto con fuerza de la cintura, logrando que soltará pequeños gemidos.

Con agileza le quitó la ropa, lo tomo con fuerza de los muslos y lo cargo, logrando que su esposo enrollara las piernas en su cadera. Ante dicha posición, el miembro del neta rozaba la entrada del Omega.

Lung sonrió al sentir la fuerza de su amado beta. Fue levantado un poco y comenzó a ser penetrado.

Blanka lo beso y se volteo para poder acostar al Omega en el sillón. Le sujeto de las piernas y las subió a sus hombros para poner penetrarlo con muchas más profundidad.

El de cabellos largos sonrió y se aferró al cuello de su esposo.-tenías prisa.-

-no tienes idea.-las embestidas comenzaron a ser mucho más fuertes. Yut comenzaba a preguntarse como es que la sociedad seguía creyendo en los cuentos tan baratos que se inventaba, pues muchos decían que un beta jamás podría complacer a un Omega, sin embargo él se había acostado con muchos alfas, y ninguno le había dado el amor, cariño y placer que Blanka le brindaba.

>>>