‡ ..... Episodio 41 ..... ‡

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-¿Han encontrado a la rata que logro salir del sótano?-

-no. Nadie lo ha visto. Pero no debe estar muy lejos, hay gente en los aeropuertos y carreteras, nadie lo ha visto en intento de fugarse, es 100% seguro que siga en Nueva York.-

-busquenlo y averigüen su paradero.-

-si señor.-

-esa maldita rata traidora... Juro que lo voy a matar en cuanto lo vea.-

[•••••]

Ya había pasado una semana desde que Daniel se había mudado junto a sus hermanos a la casa de su pareja, Ash se tomaba el tiempo de ir al supermercado y comprarles despensa, para ellos y las cosas que los bebés ocupaban.

Pero comenzaba a darse cuenta que su vida ya no tenía sentido. Ya solo trabajaba desde el hospital, había perdido a muchos clientes. Había comenzado a descuidarse para cuidar de Eiji. Su cabello estaba largo y ya tenía algo de barba, además había perdido peso y se sentía más cansado cada vez.

-¿Entonces ya puede ir a casa?-pregunto una vez que el médico le informo que ya todo estaba bien.

-si, solo necesito que firme el alta.-

-de acuerdo.-Ash siguió al médico, este le entrego los papeles correspondientes y Ash los firmo, en aquel documento pudo ver el nombre completo del nipón, uno en dónde se juntaban ambos apellidos. Le dolía, lo que haría iba a dolerle mucho, pero era más dolor vivir junto a una persona que se niega a avanzar.

Abrió la puerta de la habitación y el Omega de inmediato volteo a verlo.-volví. Iré a casa a traerte un cambio de ropa.-

-te lo agradezco.-

-Eiji.-el nombrado le miro curioso, Ash no se movía, solo se mantenía de pie a un lado de la puerta.-he pensado en todo lo que ha pasado últimamente, y quiero hacer las cosas bien.-

-¿A qué te refieres?-

-tus memorias se fueron, y por lo visto no hay avances. Tus sentimientos no parecen cambiar y creo que algo realmente se esfumó. En Nueva York no hay nada que te retenga.-

-¿Qué quieres decir?-

-iras de regreso a Japón.-una punzada de dolor lastimo al azabache.-creo ya es tiempo de... Tomar caminos diferentes. Los caminos que nos corresponden.-

-pero... Tenemos un lazo.-

-descuida, no nos matará. El lazo comenzó a deshacerse cuando entraste en coma, tu cuerpo ha comenzado a olvidarse de mi, y tu cabeza no tiene sentimientos hacia mi persona, en poco tiempo el lazo ya no existirá.-

Eiji bajo la mirada y apretó la sábana con sus manos.-¿Y los niños?-

-tampoco dolerá. De Daniel recuerdas muy poco,y de los gemelos no tienes ni un solo recuerdo, en poco tiempo nos habrás olvidado.-

-¿Y tú?-aquella pregunta evito que Ash saliera de la habitación.-¿Qué pasará contigo?-

-hare lo que tuve que hacer cuando me negué a creer que no me amabas. Me dedicaré a mi familia.-

Ash se marchó y Eiji se quedó confundido. Él estaba seguro de que no sentía nada por ese alfa, ¿Entonces porque había buscado un pretexto para hacer que el rubio cambiará de opinión?

-¿He?-llevo su mano a su rostro, ahí se dió cuenta que sus ojos derramaban lágrimas.

[•••••]

Daniel había terminado de vestir a sus hermanos, quienes miraban al castaño con muchísima curiosidad. Daniel cada vez que veía a sus hermanos, lograba ver a sus padres. Los pequeños eran las copias perfectas.

El pequeño que tenía aroma a fresas se parecía a Eiji, su cabello era oscuro y sus ojitos verdes, mejillas regordetas y piel blanca. El que tenía aroma a dulces se parecía a Ash, sus cabellos rubios y sus ojos verdes, mejillas rosadas y nariz pequeña.

Los pequeños parecían entender la situación, pues no le daban tantos problemas a su hermano, quien había dejado la escuela para poder cuidar de ellos. Kael salia a trabajar, hace poco había terminado de trabajar para Aisha, pero no habían roto su comunicación, se habían vuelto en los mejores amigos, sobre todo después de que la joven logrará divorciarse de su marido.

Cuando Kael llegó al departamento vio a los bebés dormidos y a Daniel sentado en el sillón abrazándose las piernas y hundiendo la cabeza entre estas y sus brazos.

Kael se sentó a su lado y lo abrazo con fuerza. Daniel se recargo en su pareja y comenzó a desahogarse como casi diario.

Kael solo lo abrazaba, ya sabía cuál era la causa del motivo de sus lágrimas. Cuando Daniel se animaba a hablar, él lo escuchaba, sin duda tenían una hermosa relación.

-es tarde, mi amor.-le susurró alejándolo suavemente.-ve a la habitación, llevaré a los pequeños a sus cunas.-Dsniel se fue a dónde su pareja le indico.

Karl se encargó de llevar a los bebés a su lugar. Le parecían muy bonitos y aquella situación le gustaba. Parecía que estaba casado con Daniel y esos bebés eran sus hijos.

Sonrío ante sus ideas. Les beso la frente a cada uno y salió rumbo a la habitación que compartía con su pareja.

Daniel lo estaba esperando ya acostado. Kael se quitó los zapatos y el pantalón, quedando solo en camiseta.

Se metió a la cama y de inmediato atrajo al Omega hacia si. Daniel sintió aquella calidez que le encantaba. Se sentía inútil al ver que su pareja trabajaba a diario y él había dejado la escuela.

-¿Cómo te fue?-pregunto recibiendo gustoso los mimos de su pareja.

-bien.-

-lamento tener que ser una carga.-

-no digas eso, no son una carga. Tienes que entender que siempre estaré para ustedes porque son mi familia.-

-gracias. Por no abandonarme.-

-jamás lo haré, puedes estar seguro.-

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Un Omega Sin Libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora