Capítulo 12: Eres mío, solo mío.

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Narrador omnisciente.

El omega terminó de narrar todo lo que había ocurrido compartiendo miradas con su amigo.

— Después de eso no supe más de él, y además el señor Himiko me violaba constantemente.

— ¡MALDITO ENANO! ¡FUE TU PROPIA CULPA QUE LOS ATRAPARAN! — gritó Bakugo a punto de golpearlo.

Midoriya se interpuso y trató de calmarlo.

— ¡Estaba preso del pánico! ¡No fue mi culpa! — chilló.

Sin embargo mientras Bakugo lo amenazaba, Deku lo defendía y Mineta se excusaba, Todoroki se encontraba pensativo.

— Osea que desde hace ya mucho tiempo... Ellos estaban planeando todo. Tu madre en ese momento negociaba con ellos, ¡la tenían en la mira! Ya conocían toda su vida, tenían una foto tuya junto a la de la psicópata asesina. — señaló a su rubio amigo.

Entonces todos desviaron su atención hacia él.

Era cierto, tenía razón. Esa tranquilidad de Todoroki lo hacía analizar más.

— ¡Idiota mitad mitad! ¡¿Por qué tienes que ser tan malditamente listo y yo no?! — le reprochó.

— Porque tu eres un impulsivo explosivo. — declaró sin cambiar su expresión serena de su rostro.

Él rubio empezó a gruñir muy bajo. Mineta se escondía detrás de Deku asustado y el peliverde de piel de porcelana solo lo observaba con una dulce sonrisa.

Ya no le tenía miedo a su carácter explosivo. Dentro de él había un bondadoso corazón, después de todo era su predestinado.

— Por lo que Midoriya pudo contar, matan omegas mediante violaciones y matan otros para vender sus órganos, no solo eso sino que encierran a los niños y los maltratan. — habló. — Esto tiene que saberse.

— No servirá de nada, los policías...— empezó el rubio pero el bicolor lo interrumpió

— ¿Quién dijo que implicaríamos a esos enemigos de la sociedad en esto?

Eso los confundió.

— Tengo un amigo que tiene un omega experto en tecnología. Él puede ayudarnos, pero solo después de que organicen todo para su boda. Así que tendríamos que esperar un poco.

— ¿Cómo se llama? — preguntó curioso Midoriya.

— Kirishima Eijiro.

Entonces él achicó sus pupilas de la impresión.

El Omegaverse era más pequeño de lo que él imaginaba.

[…]

La noche había pasado ya. Deku se encontraba en el comedor para merendar, nadie se acercaba a él. Todos temían preguntarle algo debido al grito que soltó su alfa al escucharlos y verlos observarlo al llegar.

Solo, comían con él Uraraka y Tsuyu.

— ¡Woow!  ¿entonces decidiste volver solo para protegerlo? — dijo Tsuyu.

— ¡Eso es amor! — Uraraka puso ojos de soñadora.

Él asintió algo sonrojado.

— Pero... nadie debe saber de esto ¿entendido?

Las dos chicas asintieron.

Él nunca hablaba de su pasado con nadie, ni siquiera a sus amigas. Sin embargo ellas la llenaron de preguntas y le insistieron, así que él se vio obligado a responder solo lo que ellas le habían preguntado.

Les contó solo que los Himiko los amenazaban y él decidió volver para protegerlos. Nada de su intento de suicidio o de su niñez.

— ¡Midoriya! — gritó Iida.— Tienes trabajo.

Él tragó saliva.

— Bueno, volveré de nuevo. — suspiró.

Éste era su tercer cliente del día.

— Mucha suerte al omega más codiciado de la empresa. — rió Uraraka.

Él solo pudo sonreír con tristeza.

Caminó hasta la habitación que le había indicado su jefe y llegó hasta ella, abrió la puerta encontrándose a uno de sus antiguos clientes habituales.

— Te extrañaba bebé.— le lanzó un beso.

El omega sintió asco. Pero se acercó debido a que debía cumplir con su deber.

El alfa empezó a besar su cuello, sus manos bajaban el cierre de la chaqueta verde del chico. El aroma a menta de éste impregnó el lugar.

Entonces la puerta se abre de pronto y entra un rubio ladrando furioso, parecía uno de esos perros guardianes o un animal depredador luchando por su hembra.

— ¡E...es Bakugo! — habló el hombre separándose de inmediato del omega.
— ¡Lárgate de aquí maldito gusano de alcantarilla! ¡Y ni se te ocurra ir a reclamar tu dinero o te mataré! — gruñó.

El alfa salió corriendo. Una gota se formó en la cabeza del omega.

— T...te lo agradezco Kacchan, pero ya haz hecho esto por tercera vez. ¿Podrás venir todos los días a impedir que trabaje?, digo... no es que no me guste que me rescates pero...

Deku se sentía mal, sentía que con él los Bakugo ganaban mas dinero pero a costa de amenazar a sus clientes sin que ellos obtengan nada. 

Aunque por otro lado él ya no quería tener sexo con desconocidos, ni siquiera le daban placer, solo lo lastimaban.

— Escucha, Deku, imbécil. Tu eres mío, solo mío.

Él se dirigió a la puerta y la cerró con llave.

Se recostó en la cama y su omega hizo lo mismo.

— Extraño tu presencia en mi casa.— le susurró al oído.

Eso lo hizo sonrojar.

En ese momento, Deku se sintió mareado, luego sintió como su respiración se agitaba y su interior se humedecía. Su alfa sintió ese aroma que se intensificaba.

Le había llegado el celo.

Él y su predestinado, solos, en una cama y él con celo... Eso sonaba peligroso.

— Mierda...Deku...

Él se sintió apenado porque no le gustaba que nadie supiera que tenía celo. Y como se le había adelantado no tenía preparado inhibidores.

— Hueles...muy bien...

Tanto él como su alfa empezaron a entrar en un estado de excitación. Kacchan se subió sobre él y empezó a besarlo con desesperación.

Él no se negó. Los cuerpos de ambos se encendieron. El pecoso no sabía que al lado de un alfa podía experimentar estas sensaciones.

Continuará....

Pequeño Omega Izuku x Katsuki (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora