Ya eran las ocho de la noche, Midoriya Izuku se encontraba caminando por los pasillos del primer piso cabizbajo.
A su lado un alfa de aspecto imponente lo seguía con alegría y deseo.
Al chico le temblaban las manos. Aún no se acostumbraba a este trabajo. Luego de varios intentos logró por fin insertar la llave en la puerta.
La habitación número 305 fue abierta.
Midoriya Izuku tenía un contrato que le obligaron a firmar. Establecía que cada omega contratado tendría un apodo para todos sus clientes, nunca dirían su nombre real a nadie.
Cada omega tenía un disfraz de animal. Pues los Alfas se sienten más atraídos por los omegas tiernos y débiles. Eso si, con belleza física.
En el grupo de amigos del chico, Kaminari poseía un disfraz del pokemon pikachu, no es un animal real pero lo hace verse muy sensual. Así era apodado, debido a su peculiar cabello que le da un toque eléctrico.
Uraraka posee un vestido algo sensual con orejas y cola de perro. Su apodo es Uradog.
Tsuyu poseía un disfraz de rana. Su apodo es Renacuajo.
Midoriya posee un disfraz de gato color verde, muchos lo llamaban el gato verde y otros por su apodo oficial, Deku.
El alfa se recostó en la cama de manera sensual y con su mano acarició una parte de la cama para que el chico se recostara a su lado.
Él tragó, el miedo lo invadió una vez más y su cuerpo empezó a temblar. Con pequeños pasos torpes empezó a caminar hacia él.
— Pequeño gato verde. Ya moría porque fuera mi turno.
El hombre acarició el rostro del peliverde. Era sin duda el omega más hermoso de esa agencia, ¡no! quizás del mundo.
Con ese solo roce, sus feromonas se dispararon a mil dejando la habitación impregnada de ese olor a menta que desprendía.
Esto excitó al hombre, que de inmediato se lanzó sobre él como un cazador a su presa. Le bajó los pantalones y empezó a embestirlo muchas veces. El pobre chico casi lloraba, el dolor seguía allí.
Su primera vez había sido hace unos días, luego de que los Bakugo decidieran que era momento de darlo a conocer y el pequeño he indefenso omega había forzado su cuerpo todos esos días. Cada vez dolía menos, eso era algo de lo que estaba seguro.
Pero cada vez que alguien lo tocaba, sentía como su blanca piel se iba llenando de manchas y manchas, iba quedando podrido, asqueado.
[...]
Un alfa pelirubio claro con mirada imponente y claramente atractivo caminaba por una enorme mansión hacia el despacho de sus padres.Él se paró frente a la puerta durante un tiempo preguntándose qué querrían.
— ¿Miedo, Bakugo? — cuestionó Shoto Todoroki. Su mejor amigo de la infancia y mayordomo de la casa. No eran formales el uno con el otro, después de todo eran amigos y además estudian juntos.
El bufó y miró a su amigo con una sonrisa de medio lado.
— Pff, ¿acaso me ves cara de huir por mi vida mitad mitad? — respondió.
Usualmente Katsuki, solía llamar a todos por apodos que los definían. Quizás por flojera de memorizar sus nombres o quizás solo para molestar.
Pero no se equivocaba, Todoroki tenía una mitad de su cabello blanco y su ojo gris, y otra parte de cabello pelirrojo como las llamas y su otro ojo azul.
— Bueno, no te entretengo. — rió el chico. — suerte al ver qué te ordena tu madre.
El chico se fue caminando de manera tranquila, Katsuki lo mira con rabia, ya que probablemente sabía la razón de su llamado.
Suspiró y tocó la puerta.
— Adelante.— escuchó la voz de su madre.
Él entró y allí estaba, la mujer alfa sentada en su escritorio con esa mirada carmesí seria que la describía.
Su padre, era un omega. Y sin duda estaba un poco más nervioso, tenía un delantal y lo apretaba para alivianar sus feromonas a punto de salir.
— ¿Y bien? ¿Qué quieren? — caminó lentamente pero con seguridad hasta ella con las manos en los bolsillos.
Ella suspiró.
— Quiero que vayas a una cita con Himiko Toga, la hija del presidente de industrias Himiko. — respondió.
Katuski Bakugo, arquea una ceja y su mente procesa todo lo que su madre le acababa de decir. Evidentemente, quien fuera que conociera a Toga tenía claro algo, esa tipa tenía cara de asesina, era una omega bastante fuera de los gustos del chico. Entonces se echó a reír de manera sarcástica.
— ¡¿De verdad crees que yo te obedecería y saldría con esa desquiciada?! — colocó un pie sobre la mesa del escritorio mientras el otro se mantenía con firmeza en el suelo.
— Así es.— respondió sin cambiar de semblante. — luego te casarás con ella.
Esto hizo que él se pusiera algo tenso. Lo decía enserio.
— Haber, dime tú cuantas veces te he escuchado. Creo que emm...— fingió contar con los dedos.— ¡Nunca! — gritó después.
El padre del chico se acercó y lo tomó de los hombros.
— Sabía que tu madre estaba siendo algo impulsiva hijo... por eso le propuse algo.— habló el hombre.
— ¡¿Qué?! — gritó el hijo con ojos de fiera haciendo que el padre entrara en pánico y corriera a esconderse detrás de uno de los muebles de la oficina.
— Q...que f...fueras a la agencia y...y escogieras a uno de esos omegas... a tu gusto...así se decidiría cuál es tu mejor opción.— habló entrecortado, temeroso y con rapidez.
La mujer rodó los ojos.
— Seh, seh... en nuestra agencia hay omegas de la mejor calidad. Quizás uno de ellos pueda competir contra Himiko. — habló la rubia.— tendrán el plazo de un año, cuando cumplas los 18 heredarás el mando y necesitas estar casado. Si te niegas a buscar un omega de los nuestros entonces te casarás con Himiko.
>>Vamos hijo, no nos causes problemas y casate con ella.
Él estaba más que cansado. Odiaba que su madre le exigiera y se metiera en su vida.
Así que para fastidiarla aceptaría.
— No, por supuesto que no. Escogeré a un omega de los suyos y verán como lo disfrutaré.
El chico salió la habitación sin decir nada más.
[...]
Midoriya Izuku estaba desnudo, en una cama junto a un hombre asqueroso que roncaba a su lado.
Él se levanta, se dirige al baño y se da un baño. Su trasero ardía, su entrepierna estaba roja he hinchada al ser forzada a mantenerse parada.
Él quería ser liberado de ese infierno. Pero no debía ser tan mal agradecido. Era eso, o ser golpeado hasta que rompan sus costillas, ser hundido en agua hasta que sus pulmones se vacíen, ser agredido a látigos, no bañarse, durar días sin comer, pasar las noches en una celda con frío.
Él prefería agradecer a esta agencia. Porque tenía comodidades, cuidados, aunque ese fuera el precio.
Izuku se restregó el cuerpo entero muchas veces y se echó grandes cantidades de jabón.
Finalmente se cambió y salió de la habitación. Su trabajo había terminado.
Ese día había atendido a dos hombres alfa y a una mujer. Pero finalmente llegaría el fin de semana, donde tendría dos días de libertad.
Se dirigió a su habitación y se lanzó a dormir. Preguntándose antes lo mismo de siempre. ¿Qué era vivir? ¿Era la vida algo bello como lo describían?
¿Un omega merecía vivir?
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Pequeño Omega Izuku x Katsuki (+18)
FanfictionSipnosis: Los dos saben que está mal, pero aún así sus pieles arden al tocarse. Los dos saben que está prohibido, pero prefieren tomar el riesgo. [Alerta] °Esta historia tiene contenido de sexo explicito, maltratos, intentos de suicidio, asesinatos...